De forma similar al resto de puertos mundiales, especialmente los asiáticos, las cifras de volumen de negocio del Port de Barcelona han sido negativas durante la primera parte del año. Hasta julio, la infraestructura ha movido 38 millones de toneladas de mercancías, un 10% menos si se compara con el mismo periodo del año pasado. Los responsables de la entidad atribuyen el dato "al marco de la coyuntura económica actual, con un comercio mundial lastrado por los efectos de las tensiones geopolíticas".

Pese a este freno a la actividad, el director general del Puerto de Barcelona, José Alberto Carbonell, prevé que la cifra de negocio de este año mejore la de 2022. Durante la presentación de los resultados del primer semestre, Carbonell reveló que la facturación va a superar los 92 millones de euros, lo que representa 4,2 veces más que en 2022, lo que en términos porcentuales supone un 5% más que hace un año. Paralelamente, la cifra de negocio a cierre del pasado año se incrementó un 20%.

Durante los siete primeros meses del año, pasaron por el Port de Barcelona 38 millones de toneladas de mercancías, un tráfico en el que destaca los vehículos nuevos, que suman 482.904 unidades y crecen un 67,4% y los sólidos a granel, tres millones de toneladas y un 15,9% de incremento por encima del mismo período de 2022.

El comportamiento que está teniendo el tráfico de mercancías en el puerto barcelonés durante este año se enmarca en la coyuntura económica actual, marcada por la guerra de Ucrania, una inflación elevada, el endurecimiento de las políticas monetarias y la incertidumbre de los mercados financieros, con las grandes economías experimentando desaceleraciones del crecimiento.

En este escenario, el tráfico de contenedores ha alcanzado entre enero y julio de este año 1,89 millones de TEUS, experimentando un descenso del 10,6% respecto al mismo periodo de 2022. Destaca, sin embargo, el crecimiento que registra el cabotaje, con un incremento del 21,3% de los contenedores llenos (70.817 TEUS), fruto de la mejor situación de la economía española respecto al resto de la Unión Europea.

Buen momento del automóvil

Durante la presentación de los resultados del primer semestre se evidenciaron dos caras. Por un lado, bajadas del 10,9% del tráfico de contenedores o del 15,8% a los líquidos a raudales, mientras que los sólidos a raudales han aumentado un 15,9% gracias a las exportaciones de cemento y sal y las importaciones de cereales y harinas por escasez de estos productos a causa de la sequía. El sector que más ha contribuido al aumento del tráfico ha sido los automóviles, con un alza del 64,8%.

El restablecimiento de las cadenas de suministro ha favorecido la recuperación de el tráfico de vehículos, el sector que mejor comportamiento presenta en el tráfico del Port de Barcelona durante el primer semestre. Entre enero y junio se movieron 410.809 coches, lo que supone un incremento del 64,8%. A pesar de estos buenos resultados de las exportaciones de vehículos, el foco debe ponerse en las importaciones, que han aumentado un 146,3% gracias al posicionamiento de Barcelona como un hub de entrada en Europa y EEUU de los coches eléctricos.

Fruto de esta demanda, desde el Port de Barcelona se ha admitido que se está produciendo un déficit de car carriers, los barcos que transportan los vehículos, que se prevé solucionar una vez se construyan los pedidos ya ordenados.

De hecho, esta tendencia, derivada de la apuesta por el traslado de la producción automovilística hacia el sudeste asiático, ha comportado un incremento exponencial del precio de los fletes de los barcos que transportan automóviles, similar al vivido por los de los contenedores durante la pandemia de la covid-19.

Apuesta sostenible

Más allá de los datos vinculados a la actividad, la cifra de negocio del Port de Barcelona aumentó un 20% durante el pasado año, según se refleja en la Memoria Corporativa de la entidad, publicada recientemente. Así, en 2022, el importe neto en este concepto ascendió a 181,2 millones de euros, lo que supone 29,7 millones de euros más que en 2021.

Este incremento se explica en una parte importante por la recaudación mayor en las tasas portuarias, que en 2022 supusieron 162,5 millones de euros, un 18% más que los 137,4 de 2021. En global, 25 millones de euros más.

Hace 10 días, el Port de Barcelona sacó a licitación la construcción de la subestación eléctrica que se convertirá en el nodo principal de la red para electrificar sus muelles, haciendo posible la descarbonización de la actividad portuaria. La licitación de la obra tiene un presupuesto de 14 millones de euros e incluye la redacción del proyecto, la dirección y la ejecución de las obras, así como el mantenimiento y la operación de la subestación durante un período de dos años una vez finalice su construcción, prevista para el año 2025.

La construcción de la nueva subestación se realizará en paralelo a los numerosos trámites y obras necesarios para hacer realidad el proyecto 'Nexígeno' para la electrificación de los muelles, en el que el puerto prevé invertir, en las primeras fases, unos 130 millones de euros. En paralelo a la subestación, se construirá la red de media tensión que unirá este equipamiento con las diferentes terminales, incluyendo la conexión subterránea que unirá los muelles de la Energía y Adosado, permitiendo electrificar todas las terminales de cruceros, donde hasta seis barcos se podrán conectar de forma simultánea y la futura terminal de ferrys.

Durante el segundo semestre del año, según explica el presidente del Port de Barcelona, Lluís Salvadó, la entidad seguirá avanzando en los retos que establece su IV Plan Estratégico 2021-2025. Salvadó destaca que "el puerto está trabajando desde hace tiempo para ser una infraestructura sostenible, pero la emergencia climática, este año más evidente que nunca, pide que todos los proyectos que estamos desarrollando en este ámbito se aceleren. La transición energética, el impulso de combustibles más limpios y la electrificación de muelles son los grandes ejes sobre los que trabajamos".