Los seis bancos españoles del Ibex 35 estiman que abonarán a las arcas públicas unos 1.493 millones de euros en concepto del nuevo impuesto a la banca, lo que supondría un alza del 33,3% respecto a su contribución del año pasado. Sin embargo, esta cifra no es definitiva y podría variar hasta que las entidades bancarias terminen de formalizar sus cuentas de 2023, a finales de marzo.

Este gravamen extraordinario se implantó con un carácter temporal de dos años, para 2023 y 2024 (recaudando sobre los resultados de 2022 y 2023, respectivamente), pero la intención del Gobierno es volverlo permanente. Sin embargo, el nuevo ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se ha ido reuniendo este último mes con diversas entidades que han trasladado la petición de que el impuesto se modifique para reducir lo que considera un "carácter discriminatorio".

Este impuesto a la banca es de un 4,8% para entidades que ingresan menos de 800 millones de euros por margen de intereses y comisiones netas. Por ello, no afecta a la banca extranjera que opera en España.

Los seis grandes bancos españoles –Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja– tuvieron un gran año en 2023:
ganaron en conjunto 26.088 millones de euros, una cifra nunca antes vista. Supone un 27,2% más que en 2022. Este espectacular crecimiento de los ingresos está provocado por el aumento de los tipos de interés dictado por el Banco Central Europeo (BCE) en su lucha contra la inflación, y por la escasa remuneración que dan los bancos españoles al ahorro.

La recaudación banco por banco

Caixabank repite como el banco más afectado por este gravamen, al ser el mayor banco en volumen de negocio en España. La entidad abonará unos 500 millones de euros, un 34% más que los 373 de 2023.

En segunda posición se sitúa Banco Santander que, al igual que le ocurre a BBVA, su peso se debe principalmente al negocio exterior. La banca con el logo de la estrella afrontará un desembolso de 338 millones, un 50,9% más, al tiempo que BBVA contribuirá con 285 millones, un 26,7% más.

En cuanto al Banco Sabadell, el gravamen le supone un desembolso  de 190 millones de euros, un 21% más que el año pasado. Bankinter, por su parte, abonará unos 100 millones (un 29,9% más). Unicaja se ha puesto a la cola y se dejará unos 80 millones de euros.