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Los grandes bancos ganan más de 26.000 millones en 2023 después de pagar unos 1.200 en el nuevo impuesto a la banca

Pese a incrementar sus beneficios un 27% el año pasado gracias al fuerte repunte de los tipos de interés y pese a que las expectativas para 2024 son igual de buenas, la banca española se queja amargamente de tener que pagar el gravamen.

Ana Patricia Botín
Ana Patricia Botín, presidente del Santander, el mayor banco español, que en 2023 ganó 11.076 millones de euros, en un recienta acto en Madrid. Carlos Luján / EUROPA PRESS

Los cinco grandes bancos españoles -Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Bankinter- tuvieron un gran año en 2023: 
ganaron en conjunto 26.088 millones de euros, una cifra nunca antes vista. Supone un  27,2% más que en 2022. Este espectacular crecimiento de los ingresos está provocado por el aumento de los tipos de interés dictado por el Banco Central Europeo (BCE) en su lucha contra la inflación, y por la escasa remuneración que dan los bancos españoles al ahorro. 

Como suele ser habitual, el Banco Santander obtuvo los mayores beneficios del sector, la cifra inédita de casi 11.100 millones de euros -exactamente 11.076 millones, un 15,3% más- animado sin duda por el tirón de los ingresos en Europa, que compensaron esta vez el menor dinamismo de América Latina. A continuación, el BBVA, con más de 8.000 millones de beneficios por primera vez en su historia -8.019 millones, un 26,1% más-.

En tercer lugar por beneficios, pero con una diversificación internacional mucho más limitada, aparece CaixaBank. La entidad participada por el Estado tras la absorción de Bankia ganó 4.816 millones el año pasado.

El Sabadell obtuvo un beneficio nunca visto de 1.332 millones en 2023, un 55,1 % más que un año antes; por su parte, Bankinter ganó 845 millones, un 51% más, una nueva marca para la entidad.

Estas cifras de negocios son, simple y llanamente, espectaculares. Pero los bancos quieren más. Lejos de ser un año puntualmente excepcional, los máximos responsables de los bancos españoles ya han expresado su confianza en que 2024 será aun mejor y serán capaces de pulverizar de nuevo más récords históricos, tanto en resultados como en rentabilidad.

Sin embargo, los bancos no están contentos. No dejan de recordar que estos resultados serían aun mayores sin el impuesto extraordinario a la banca aprobado por el Gobierno. A pesar de estar recurrido, este impuesto extraordinario obligó a los grandes bancos a pagar al en torno a 1.200 millones en el año 2023 por sus beneficios.

En este sentido, CaixaBank desembolsó 373 millones; BBVA, 215 millones; Santander, 224 millones; Sabadell, 156 millones, y Bankinter, 77 millones.

Con esos datos encima de la mesa, Yolanda Díaz, vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, declaró este pasado jueves que el Gobierno hará que los bancos "contribuyan como deben" tras su récord de beneficios en 2023. "Queremos que contribuyan como deben al sostenimiento de lo común, toca blindar y hacer permanente el impuesto a la banca", abundó Díaz. El impuesto extraordinario a la banca y a las empresas eléctricas fue aprobado en un principio para los años 2022 y 2023, pero al final del año pasado el Gobierno lo amplió hasta finales de 2024, aunque Sumar y otros partidos de la izquierda quieren que sea permanente.

Es cierto que en esta ocasión no ha habido referencias por parte de miembros del Gobierno a los "escandalosos" beneficios de los bancos como ocurrió otras veces, pero esa tregua dialéctica no aplaca el malestar de los grandes ejecutivos de la banca española. A lo largo de esta semana, en las que las diferentes entidades han ido presentando sus resultados, tanto Ana Patricia Botín, presidenta del Santander, como Carlos Torres, jefe máximo del BBVA, han expresado su absoluto rechazo al impuesto a la banca. 

Botín y Torres insistieron en una misma idea: la importancia de que los bancos obtengan buenos resultados económicos. Es más, Botín adoptó el clásico discurso neoliberal de que lo mejor para recaudar no es pagar más impuestos, sino facturar más: "La mejor manera de recaudar más es crecer más, que las empresas ganen más y eso va a hacer que se recaude más (...). El gran reto es que crecemos poco", dijo Botín. Por si no hubiera quedado claro, la presidenta del Santander rechazó la posibilidad de que el gravamen extraordinario a la banca se vuelva permanente.

Ante el volumen extraordinario de beneficios, los sindicatos CCOO, UGT y FINE, siguen reclamando un incremento salarial de entre el 17% y el 23% en tres años para los empleados de la banca. Las organizaciones sindicales animan a los trabajadores a manifestarse en Madrid el próximo 8 de febrero "ante el inmovilismo" de la patronal bancaria en las mesas de negociación de los convenios. Los sindicatos también llaman a secundar un paro de dos horas el 26 de febrero. Y si no hay avances, advierten, habrá huelga de 24 horas el 22 de marzo.

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