La gran banca gana más de 26.000 millones en un año tras cobrar 85.000 en intereses a familias y empresas
La presión que las subidas de tipos de los bancos centrales imponen a hogares y negocios provoca un descomunal trasvase de dinero hacia las entidades financieras que ganan tres millones limpios por hora mientras la actividad económica se ralentiza.
Zaragoza-
La gran banca española acaba de cerrar un año sin precedentes pero sí con claros antecedentes: las subidas de tipos del BCE (Banco Central Europeo), junto con las de otros emisores y reguladores como la Reserva Federal estadounidense, el mantenimiento de una elevada presión a los clientes con un sinfín de comisiones y el ahorro que le supone no remunerar el depósito del dinero con el que operan ha provocado una descomunal extracción de rentas a familias y empresas que se ha traducido en unos beneficios de magnitud histórica.
Los resultados del ejercicio de 2023, el primer año de aplicación de la vertiginosa subida de tipos, que los grandes bancos españoles del Íbex 35 han ido entregando en los últimos días en la CNMV (Unicaja cierra la ronda el martes) se resumen en cuatro datos: más de 26.000 millones de beneficios netos, que en realidad superan los 46.600 si se tiene en cuenta el dinero que destinan a provisiones y dotaciones, tras ingresar 85.000 en intereses y 24.500 en comisiones.
Las ganancias netas declaradas por tres de esos bancos, Bankinter, CaixaBank y Sabadell, superan en más de un 50% a las de 2022, mientras el crecimiento de los beneficios limpios de los dos grandes grupos, que mantienen el 80% de su negocio en el exterior, se sitúan en el 18% en el caso del Santander y en el 35% en el del BBVA.
Unicaja acumulaba un aumento del 10% en el año móvil que va del 1 de octubre de 2022 al 30 de septiembre de 2023, periodo del que proceden los datos atribuidos a esa entidad en esta información y frente a los que no van a presentar grandes variaciones los que presentará el martes.
La cuantía de los beneficios declarados ha alcanzado niveles de récord para la mayoría de las principales entidades de la gran banca española.
Ganar seis donde se ganaban cinco con el mismo negocio
¿Y tanto tienen que ver en esos resultados las políticas monetarias que, con el objetivo declarado de aplacar la inflación, lleva casi año y medio desplegando el BCE a costa de ralentizar la economía de la eurozona y acercarla a una recesión que ya ha llegado a países como Alemania?
Los datos apuntan a que la escalada de los tipos y la del euríbor, que suele fluctuar con un alto grado de mimetismo, han resultado claves para esa mejora del negocio bancario, ya que la mejora del margen de intereses ha sido de 15.252 millones de euros para, con un crecimiento del 22%, alcanzar los 85.029.
Eso supone que el aumento del precio del dinero les ha permitido ganar algo más de seis euros con el mismo negocio que el año anterior les rentaba apenas cinco, una mejora de la rentabilidad que se alcanza, simplemente, por aplicación de la normativa vigente que el BCE va actualizando.
"Se trata de un resultado disparatadamente alto, y obsceno porque muestran una mejora del negocio que no tiene nada que ver con una buena gestión de las entidades sino con las decisiones del BCE sobre un mercado cautivo", señala el economista Carlos Sánchez Mato, quien llama la atención sobre el destino de esas ganancias.
"Más del 50% de esos beneficios se van a repartir entre los accionistas. Si eso nos asegurara que nunca más va a hacer falta dinero público para la banca …pero no va a ser así", apunta.
Dinero para los socios, pero no para reforzar los balances
¿De dónde sale ese temor? De la observación de los balances de esos grandes bancos, que indican que, salvo en el caso del BBVA, que alcanza el 7%, el patrimonio neto del resto de entidades se queda por debajo del 6% del valor de sus activos.
Ese 6%-7%, que marca la diferencia entre los activos y los pasivos exigibles, indica el margen de resistencia real del sector financiero español ante eventuales adversidades económicas, cuya escasez resulta llamativa en un escenario de elevado reparto de dividendos, discursos catastrofistas sobre el futuro de la economía y críticas exacerbadas por la aplicación de un gravamen que, al final, les supone menos de un 3% de las ganancias reales que distribuyen entre beneficios oficiales, provisiones y dotaciones.
"La banca no se ha portado nada bien con sus clientes en la remuneración del ahorro", explica Antonio Luis Gallardo
"Pueden quejarse del impuesto, pero la banca no se ha portado nada bien con sus clientes en la remuneración del ahorro", explica Antonio Luis Gallardo, responsable de Estudios de Asufín (Asociación de Usuarios Financieros), que recuerda que tampoco el ejecutivo ha sido muy exigente en este aspecto.
La estampa real de ese conflicto retórico tiene un algo de desolador, ya que "la banca se queja de boquilla del gravamen y el Gobierno dice que hay que remunerar el ahorro, pero no lo impone", describe.
La situación oligopolística del sector financiero en un país en el que es necesario disponer de una cuenta bancaria para establecer cualquier tipo de relación administrativa, laboral o profesional tiene bastante que ver con esas tendencias.
"El aumento de los márgenes les ha permitido, en ese mercado cautivo, seguir aplicando la misma política de no remuneración de los depósitos con solo guiñarse el ojo. Los bancos españoles no actúan como competidores, y eso redunda en un aumento tremendo del margen de intereses y genera una sobrerretribución por los tipos de interés", anota Sánchez Mato, para quien "el Gobierno habría podido aplicar un planteamiento tributario más agresivo".
Los resultados del negocio local
El cobro de comisiones por la prestación de servicios financieros sigue siendo uno de los puntales de la banca española, ya que supone más de la quinta parte de sus ingresos de carácter comercial con 24.500 millones de 109.500 (22%).
No obstante, los resultados que han ido presentando las entidades financieras apuntan a una ligera relajación, con un crecimiento de solo el 4% (993 millones) en el negocio global y una reducción de porcentaje similar (-468) en sus operaciones en España que se concentra en las cuentas de CaixaBank (-197), Sabadell (-184) y Santander (-118).
Se trata del único de los epígrafes principales del negocio de la gran banca española en su país de origen que tiende a la baja, aunque eso posiblemente se deba más, o cuando menos en parte, a una reducción del número de operaciones ante el claro descenso de la contratación de créditos y al menor volumen de descubiertos por la mejora de los salarios y de la ocupación.
Los bancos españoles se apuntaron el año pasado unas ganancias de 12.209 millones de euros en su negocio local a las que hay que sumar otros 4.108 que fueron distribuyendo como provisiones y dotaciones.
Eso supone una cadencia de 1,86 millones por hora (1,4 solo con los beneficios oficiales) que equivaldría a algo más de un tercio de las ganancias reales a escala global (5,3 cada sesenta minutos) y a casi la mitad (3,01) de las declaradas como tales.
El margen de intereses les aportó unos ingresos brutos de 29.406 millones de euros, con un aumento de 9.366 (+46,7%) que ilustra con claridad la intensidad de la presión financiera a la que está sometiendo a las empresas y las familias españolas la combinación de la política monetaria restrictiva del BCE con la situación de oligopolio de la actividad bancaria que se da en el país.
Lo que probablemente viene a partir de ahora
¿Y qué sería lo previsible a partir de ahora en el sector financiero español en cuanto a cobro de intereses y de comisiones, a posibilidades de inversión y, también, a la calidad del servicio?
Todo apunta a que el BCE va a comenzar a bajar los tipos dentro de unos meses
Todo apunta a que el BCE va a comenzar a bajar los tipos dentro de unos meses, probablemente antes de septiembre, en una relajación que el euríbor, el indicador con el que se revisan las hipotecas, comienza a perfilar.
Si esa tendencia se materializa, "los márgenes de intermediación de los bancos se van a estrechar, pero esa relajación de los tipos se va a trasladar muy despacio. Van a mantener el pacto de no romper el mercado", pronostica Gallardo, quien estima que "van a seguir consiguiendo resultados excelentes, quizás no tan elevados pero sí muy buenos".
Y, en ese escenario, advierte, "habrá que estar atentos para que no suban las comisiones con la excusa de que ganan menos por la caída del margen". "Han bajado las extraordinarias, pero las de los servicios básicos siguen siendo caras", añade.
El negocio de la renta fija y la deuda pública
En cuanto a las ofertas, lo previsible es que comiencen a crecer las propuestas de inversión de renta fija, las que mejor funcionan en un país de ahorradores conservadores como los españoles, ante el repunte de los intereses de la deuda pública, un flanco que abre una segunda línea de negocio para los bancos.
"Los balances se han ido llenando de títulos de deuda al 3,5% y el 4% que van a ir soltando en los próximos años con una elevada remuneración para las entidades", anota Sánchez Mato.
Un bono de deuda a 10 años al 3% renta un 30% en ese periodo, algo que, por ejemplo, a los cuatro hace rentable su transacción con un recargo del 10% tanto para el vendedor, que sumaría esa rentabilidad al 9% que ya habría acumulado, como para el comprador, que conservaría una expectativa de negocio de más del 10% en los siete años restantes una vez descontando el coste de adquisición.
Por último, en cuanto al servicio, Gallardo señala que "el ajuste de oficinas y de personal no ha acabado".
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