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La tortuosa apuesta de Euronext por la Bolsa española

El grupo paneuropeo que cotiza en París corre el reisgo de poner a prueba su estabilidad financiera y su deuda si presenta una oferta por BME mayor que la que ha planteado ya el grupo suizo Six.

El logo de Euronext en un edificio en la Defense, el distrito financiero de Paris. REUTERS/Charles Platiau

Lisa Jucca/Reuters Breakingviews

El consejero delegado de Euronext, Stephane Boujnah, podría estar llevando su gira europea de fusiones y adquisiciones a España. Después de haber vencido al Nasdaq en la pugna por la compra de la Bolsa de Oslo, ahora está considerando la posibilidad de arruinar los planes amistosos de su rival suizo SIX para adquirir el operador de bolsa español BME en una operación de 2.800 millones de euros. Con una oferta más alta el grupo paneuropeo que cotiza en París podría llevarse el gato al agua, pero pondría a prueba su disciplina financiera.

Mientras que el consejero delegado de SIX, Jos Dijsselhof, dibujó el lunes su estrategia para BME, Boujnah aún no ha mostrado sus cartas. El momento no es el ideal: Euronext todavía está digiriendo la adquisición de Oslo Bors por unos 800 millones de dólares. Pero la apuesta por BME es tentadora: la bolsa española expandiría el negocio de Boujnah a siete mercados y reforzaría su negocio de compensación.

Sin embargo, una contraoferta presentaría algunos retos, entre los que destaca la dimensión de la misma. Para hacerse con BME, Euronext probablemente tendría que ofrecer al menos 35,5 euros por título, en línea con la cotización actual de la acción, valorando al grupo español en unos 2.900 millones de euros, o unos 2.700 millones de euros si se contabiliza en efectivo. La compra de Oslo Bors ya ha elevado la deuda neta de Euronext a casi 2 veces el resultado operativo bruto (Ebitda). Para evitar una rebaja en la calificación de las agencias de calificación crediticia, Euronext probablemente tendría que financiar la operación con una gran cantidad de acciones, diluyendo a sus propios inversores.

Asimismo, el retorno para los accionistas de Bojnah está lejos de ser convincente. Suponiendo que pudiese reducir la base de costes de BME prevista para el próximo año en un 25%, un nivel más o menos acorde con operaciones anteriores del sector, conseguiría un ahorro anual de unos 30 millones de euros. Si a ello se añade el beneficio de explotación previsto de BME de 177 millones de euros en 2022, el retorno de la inversión es de un escaso 5,8%, por debajo del coste de capital de BME, que UBS estima en torno al 8%.

Pero además, Boujnah también tendrá que lidiar con la política española. La oferta deberá ser aprobada tanto por el regulador bursátil español, la CNMV, como por el Gobierno.

SIX ya ha conseguido puntos extra en España al prometer hacer de Madrid su principal centro de operaciones dentro de la Unión Europea.

Euronext no puede igualar esa oferta, pero al menos tendrá que comprometerse a mantener los puestos de trabajo en España, en lugar de trasladarlos a otro lugar. Esto dificultaría la reducción de costes. La batalla por BME será un difícil equilibrio entre los intereses locales y la lógica financiera.

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