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Unicaja y Liberbank: una fusión ‘dopada’ con 5.000 millones de ayudas

Dos de las entidades financieras que dieron lugar a estos bancos  ellas (Caja Castilla La Mancha y Banco CEISS) recibieron importantes inyecciones de dinero, cuya mayor parte se da por perdido.

Vista de sendas sucursales de Unicaja Banco y Liberbank, en Madrid. E.P.
Vista de sendas sucursales de Unicaja Banco y Liberbank, en Madrid. E.P.

VICENTE CLAVERO

El proceso de concentración bancaria en España, que tuvo su apogeo con motivo de la crisis de las cajas de ahorros, va a ser objeto de una nueva vuelta de tuerca. Tras la absorción de Bankia por CaixaBank, acordada en septiembre, otras dos entidades han comunicado oficialmente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que están negociando su fusión: Unicaja Banco y Liberbank.

La malagueña Unicaja absorbió en su día a Caja Jaén y a Banco CEISS, fruto de la fusión de Caja Duero y Caja España. Liberbank, surgió de la unión de Cajastur, Caja Cantabria, Caja Extremadura y Caja Castilla La Mancha, entidad esta última que el Banco de España se vio obligado a intervenir en 2009 para evitar su quiebra.

El reflotamiento de Caja Castilla La Mancha requirió ayudas por importe de 4.215 millones de euros, de los que sólo se han recuperado 59. También Banco CEISS recibió una inyección de 1.559 millones, aunque en su caso el reembolso ha sido mucho mayor: 604 millones. Sumando ambas entidades, el coste supera de largo los 5.000 millones de euros.

La negociación entre Unicaja y Liberbank no es nueva, pues ya intentaron alcanzar un acuerdo entre 2018 y 2019. Entonces se dijo que el fracaso se debía, básicamente, a las discrepancias sobre el peso que cada una de ellas tendría en la sociedad resultante. Unicaja quería el 60% y Liberbank no aceptaba quedarse con menos del 42%.

Sin embargo, había otros dos motivos que dependían, sobre todo, de los reguladores. Primero, la obligación de que la ratio de solvencia tras la fusión fuera como mínimo igual al de la entidad que más alto lo tuviera (en este caso, Unicaja, con el 14,4%). Y segundo, la exigencia que el presidente no contara con poderes ejecutivos.

Subir la ratio de solvencia hubiera exigido una ampliación de capital del orden de 300 millones de euros, con el consiguiente coste para aquellos accionistas que no quisieran ver diluida su participación.

Las principales participaciones de Unicaja, a 31 de diciembre de 2019, pertenecían a la Fundación Bancaria Unicaja (49,68%), Indumentaria Pueri, dueño de la cadena de ropa infantil Mayoral (7,10%), Santander Asset Management (4,39%), los fondos estadounidense FMR LLC (3,57%) y Wellington Management (3,03%), el noruego Norges Bank (3,41%) y el británico Lansdowne Partners (1,20%).

En el capital de Liberbank figuraban como accionistas destacados, también a finales del año pasado, las fundaciones bancarias de las antiguas Caja Asturias (23,40%), Caja Extremadura (4,62%) y Caja Cantabria (3,23%), la sociedad de capital riesgo anglomaltesa Oceanwood Capital Management (17,69%), la familia Masaveu (10,80%), el inversor mexicano Ernesto Tinajero (7,15%) y Norges Bank (3,13%).

La concentración de todos los poderes en manos del consejero delegado impuesta por los reguladores chocaba, a su vez, con el reparto que ya se había perfilado. Según dicho reparto, el actual presidente ejecutivo de Unicaja Banco, Manuel Azuaga, lo seguiría siendo de la sociedad fusionada, mientras que Manuel Menéndez asumiría el puesto de consejero delegado que ahora desempeña en Liberbank.

De los tres motivos por los que fracasó la fusión en 2019, al menos uno de ellos ya no puede aducirse. El Banco Central Europeo (BCE) retiró en julio la exigencia de que en los procesos de concentración prevalezca la ratio de solvencia de la entidad más sólida. Desde entonces es suficiente con que sea la media de los participantes en la operación, de modo que Unicaja y Liberbank ya no tendrían que hacer la ampliación de capital.

Quedan por resolver la proporción de cada una en el capital y cómo se distribuirá el poder en el nuevo banco, que tendría activos por valor de 101.326 millones de euros, de los que 63.002 millones son aportados por Unicaja y 38.324 por Liberbank, según datos correspondientes al cierre del primer semestre de 2020.

Ese volumen de activos les mantiene todavía muy lejos de los grandes líderes de sector: Santander, con 1.573.000 millones de euros en todo el mundo; BBVA, con 753.000 millones; la nueva CaixaBank, con 660.000, e incluso Sabadell, con 234.000. Pero les permite adelantar a Bankinter, que a 30 de junio pasado superaba por poco los 90.000 millones de euros.

Unicaja tiene un 26,68% de su capital en Bolsa y Liberbank, un 42,86%. Antes de que se confirmaran las negociaciones, su valor de mercado era de 1.031,4 y 691,1 millones de euros, respectivamente. Suman 10.800 empleados y más de 1.800 oficinas, con una presencia destacada en Andalucía, Castilla y León, Castilla La Mancha, Asturias, Extremadura, Cantabria y Madrid.

Principales datos de las dos entidades

Activos

  • Unicaja: 445.000 millones de euros

  • Liberbank: 218.000 millones de euros

Capitalización

  • Unicaja: 1.031 millones de euros

  • Liberbank: 691 millones de euros

Oficinas

  • Unicaja: 1.182

    Liberbank: 684

Empleados

  • Unicaja: 6.916

    Liberbank 3.933

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