¿Qué significa soñar con viajes?
Descubre cómo los destinos y trayectos en tus sueños reflejan tu estado mental y aspiraciones.

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Viajar es una de las actividades preferidas para mucha gente. Los motivos son variados: el conocer nuevas culturas, visitar lugares únicos, experimentar otras formas de vida o, simplemente, desconectar de la rutina. De hecho, se suele emplear la expresión ‘un viaje de ensueño’ cuando queremos resaltar lo idílico del destino; ya sea una playa virgen en el Océano Índico, un espacio natural perdido entre altas montañas o una civilización casi alienígena para nosotros.
Sin embargo, la expresión también puede tomarse de un modo literal ya que, al fin y al cabo, el soñar con un viaje es algo muy habitual. Evidentemente, la interpretación más sencilla es la que apuesta por la textualidad de creer que, si soñamos con un viaje, es que necesitamos unas vacaciones. No obstante, hay matices en ello, pues en el terreno onírico no siempre todo es lo que parece.
Qué significa soñar con un viaje
La teoría más extendida es que soñar con un viaje implica unas ganas no resueltas de experimentar un cambio en la vida. De esta manera, el viaje del relato onírico puede no ser literal, sino metafórico. Es decir, buscamos algo que nos permita desconectar de la rutina, de la misma manera que unas vacaciones nos permiten experimentar durante unos días una vida nueva.
No obstante, soñar con un viaje es algo muy genérico teniendo en cuenta la diferencia que puede haber entre una expedición y otra. No es lo mismo hacer una escapada de fin de semana al pueblo que dar la vuelta al mundo, por poner dos ejemplos extremos. Por ello, es importante tener en cuenta los detalles.
Según el destino
En el caso de soñar con viajar a algún lugar lejano, es muy probable que el anhelo de un cambio de vida sea radical y profundo. Si además se trata de un destino desconocido, es probable que tenga que ver con un asunto laboral, quizá un cambio de trabajo o el deseo de alcanzar un estatus nuevo como puede ser un ascenso o cambio de rol.
Por su parte, si el destino es la playa el sueño está relacionado con nuestro estado mental. Concretamente con una necesidad de relajarnos y desconectar. Quizá sea el momento de reevaluar nuestra rutina, nuestras obligaciones y ver si merecen la pena o en qué ámbitos podemos descargarnos de la presión que soportamos en el día a día.
Si el sueño se dirige a un lugar aislado, como por ejemplo el desierto, los polos o un bosque deshabitado, este nos habla de una personalidad solitaria. Ya sea algo habitual, de nuestro día a día, o quizá aspiracional, como las ganas de alejarse de todo y de todos por un tiempo para poder hacer introspección y disfrutar de nuestra propia compañía.
Según el método de transporte
Claro que una parte importante del viaje es el trayecto, más que el destino. Por ello el método de transporte también es relevante en los sueños. Sobre todo porque en muchas ocasiones es probable que el relato onírico se limite este, sin llegar nunca al lugar de vacaciones.
En este caso, si en el sueño viajamos en un avión, implica que queremos ir lejos y, por lo tanto, tenemos un anhelo de libertad y romper con todo. Por su parte, los viajes en tren están vinculados con la aventura, generalmente una necesidad de darle picante a nuestra rutina. Por su parte, los viajes en coche están relacionados con asuntos económicos o laborales, mientras que si el trayecto se hace en barco es probable que el cambio sea personal o en nuestro círculo social. Finalmente, un viaje en autobús se relaciona con un asunto de introspección.
¿Cómo te sientes durante el viaje?
En la interpretación de sueños, además del qué se sueña, se le suele otorgar un gran peso al cómo nos sentimos durante el relato onírico. Al fin y al cabo, la mayor diferencia entre un sueño y una pesadilla es el estado de calma o agitación que uno y otra nos provocan mientras dormimos.
Por norma general, si el sueño nos ofrece una sensación de tranquilidad implica que puede ser un buen momento para realizar esos cambios que ansiamos. No en vano, estaríamos en un buen momento mental para afrontarlos y poder exprimirlos al máximo. De lo contrario, si el viaje nos infunde miedo o inquietud, es mejor esperar a estar en un momento más equilibrado de nuestra vida antes de realizar una ruptura con nuestro yo anterior.
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