La crisis griega tampoco acerca a Zapatero y Rajoy

A José Luis Rodríguez Zapatero se le torció el gesto cuando Mariano Rajoy le espetó ayer, en el Pleno del Congreso: "Señor presidente del Gobierno, usted no dice la verdad. Tengo aquí el informe de la Intervención General del Estado y dice que los ingresos impositivos totales experimentan un aumento del 0,8, tasa que se sitúa en un descenso del 0,5 en términos homogéneos (...). [El informe] dice que el déficit de caja ha aumentado un 37% y el déficit de contabilidad nacional un 15%. Por tanto, yo le digo que usted ha dicho mentira en esta Cámara".

El jefe de la oposición acusa a Zapatero de falsear datos

Minutos después, la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, afirmaba: "No somos Grecia, pero no basta con decir que no lo somos". Sin embargo, la acusación lanzada por su jefe de filas venía a decir precisamente lo contrario, al poner el foco sobre la posibilidad de que, como en Grecia, se esté produciendo en España un falseamiento de las estadísticas.

Para mayor irritación del Gobierno, la andanada se produjo a una hora en la que los iniciados ya sabían que la agencia de calificación Standard&Poor's suministraría nueva carnaza a las pirañas que engordan con la especulación y mientras en la vecina Portugal su primer ministro y el líder de la oposición cerraban filas. En España, ni está (previsto) ni se le espera (a Rajoy en la Moncloa). Si la relación ya era tensa, el choque de ayer le añadió acidez.

"Usted ha tocado suelo en su credibilidad y en su capacidad para afrontar la crisis económica, y está haciendo un daño descomunal", sentenció Rajoy. Zapatero respondió contenido y a lo más que llegó fue a pedir "una política un poco más constructiva". Fue la vicepresidenta Elena Salgado la que dio un paso más, aunque con envoltorio perifrástico: "Nuestra estabilidad institucional y la calidad de nuestras estadísticas es lo que nos diferencia fundamentalmente de Grecia".

El presidente reprocha al líder del PP que hable "de oído"

Desde el Gobierno se mantiene que, pese a lo que digan las agencias de riesgos o la última EPA, hay muchos indicadores que apuntan a una mejoría en los próximos meses. Y también que Zapatero no espera ningún apoyo del PP.

El presidente y el líder de la oposición se bombardearon mutuamente con cifras, negativas todas las de Rajoy y positivas todas las de Zapatero. El jefe del Ejecutivo pidió al del PP que evite "tocar de oído" y se reafirmó en que los ingresos del Estado han alcanzando una tasa positiva por primera vez en dos años.

Moncloa descarta que se pueda recrear el consenso político de Portugal

"Hay indicios de que empezamos a dejar atrás la recesión y es probable que en el primer trimestre hayamos tenido un crecimiento positivo, aun cuando, como es evidente, la recuperación del empleo va a ser más lenta", insistió el presidente. Inútil la búsqueda de un punto de encuentro. "El termómetro para medir la eficacia de unas medidas económicas es la creación de empleo, con lo cual sus medidas son lisa y llanamente una catástrofe", dijo Rajoy arrancando "¡bravos!" de su bancada, en la que sólo faltó sacar pañuelos para pedir la oreja de Zapatero.

Al rescate acudió Salgado, cada vez más suelta en el ataque: "Señoría, no saben ustedes interpretar ni los datos. Sí, son ustedes como los eruditos a la violeta, aquellos a los que Cadalso recomendaba siete lecciones para siete días a la semana para hablar de todo sin saber de nada". D