El Gobierno aprobó ayer una nueva reducción de altos cargos que supondrá la eliminación de tres secretarías de Estado, dos secretarías generales y tres direcciones generales. El recorte reorganiza los departamentos de Asuntos Exteriores e Industria y Presidencia. La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega cifró en dos millones de euros el ahorro para las arcas públicas que supondrá este nuevo adelgazamiento de la administración.

Los tres secretarios de Estado afectados son el de Turismo, cuyo titular, Joan Mesquida añade a su cartera Comercio Interior y pasa a ser secretario general; los de Exteriores e Iberoamérica, que se fusionan en una sola secretaría a cargo de Juan Pablo de Laiglesia y el alto representante para la Presidencia de la UE, que desaparece al finalizar el semestre español.

Con esta decisión, el Gobierno da por finalizado el plan de reducción de altos cargos que inició en abril con la eliminación de 36 de estos puestos. En ese momento, durante la Presidencia de la UE, el Ejecutivo prefirió dejar al margen de los ajustes a los departamentos ahora suprimidos para no afectar al mandato de España en la Unión.

Austeridad

El déficit público manda. Razones de austeridad son las primeras que alegó De la Vega para justificar este recorte, con el que la reducción de altos cargos en la administración alcanza el 12%, según el Ejecutivo. La eliminación de la secretaría de Estado de Turismo no implicará 'ninguna merma' del compromiso del Gobierno con este motor económico, según insistió en trasladar al sector la vicepresidenta primera.