Este artículo se publicó hace 17 años.
Marruecos aumenta su enfado por la visita de los reyes "a las ciudades expoliadas"
La tensión sigue creciendo. La visita de los Reyes a Ceuta y Melilla ha devuelto las relaciones entre el Marruecos y el Estado español a la situación que culminó hace cinco años con la crisis de Perejil. Crece y se extiende. Tras la llamada a consultas de su embajador en España el pasado viernes, ayer la protesta llegó hasta la Cámara marroquí.
Según informó la agencia MAP, varios parlamentarios solicitaron a su gobierno que adopte una postura "firme" ante lo que calificaron como "provocación grave". Los diputados, reunidos en la comisión de Asuntos Exteriores, Defensa Nacional y Asuntos Islámicos, criticaron además, las fechas elegidas para la visita: "no pueden ser inocentes". El martes, último día del viaje real, se cumplirán 22 años desde que, gracias a la Marcha Verde, Hassan II arrebatara a España el control del Sahara Occidental.
"Ciudades ocupadas"
Abdelila Benkiran, dirigente del islamista, Partido de la Justicia y Desarrollo (PJD), y miembro de la comisión, llevó al límite ese argumento. A través de la cadena Al Yazira, Benkiran llamó a recuperar "las dos ciudades ocupadas" y aludió al episodio de 1975. "¿Por qué no otra Marcha Verde?", se preguntó.
El también islamista Daubi Lasset fue más allá e hizo referencia a las nuevas amenazas vertidas por Al Qaeda. Según el secretario del PJD "esta visita va a aumentar aún más el extremismo". Tanto el partido de Lasset como otra formaciones han convocado movilizaciones de repulsa durante los dos días que durará la vista real.
Mientras, la tensión se extendía a los medios de comunicación. Ayer, en las calles de Marruecos era fácil leer "provocación", "inaceptable" o "inadmisible" en los principales periódicos. El diario "Al Bayane" aseguraba que el país "no abandonará jamás sus derechos históricos sobre los territorios en el Norte".
Por su parte, el Gobierno alauí descartó ayer como un primer paso en la solución del incidente diplomático "una reunión de alto nivel" copresidida por José Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro marroquí, Abbas el Fassi. En el Ministerio español de Exteriores evitaron comentar si la iniciativa había partido del Ejecutivo español.
Minimizar el incidente
Desde que comenzó la crisis, todas las manifestaciones del Gobierno trataban de resaltar la "normalidad" del viaje del Rey a las ciudades autónomas. Ayer, el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, pidió calma para evitar "un deterioro de las relaciones entre dos países que por lo demás tienen buenas relaciones".
El secretario de Organización socialista José Blanco también puso su grano de arena: "Vamos a intentar dar explicaciones que espero que entienda el Gobierno de Marruecos". Los alauitas, sin embargo no parecen dialogantes.
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