Gonzalo Moliner se estrenó este lunes como presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) reclamando unidad de todos los vocales para terminar 'la travesía del desierto' y 'las heridas abiertas' en la última etapa de su antecesor en el cargo, Carlos Dívar, forzado a dimitir por sus escapadas de fin de semana a Marbella con cargo a las arcas de la institución.

Tras prometer su cargo ante el rey y tomar posesión en una brevísima ceremonia en el Supremo, a la que asistió el ministro Alberto Ruiz-Gallardón, Moliner compareció en rueda de prensa prometiendo austeridad como leit-motiv de su mandato, además de defensa de la independencia de todos los jueces.

El nuevo presidente del Consejo y del Supremo informó que el próximo lunes se celebrará un Pleno del CGPJ para aprobar sus Presupuestos, y avanzó que propondrá recortes en los mismos. 'No me voy a gastar ni un euro que no me tenga que gastar', explicó en otro momento, para añadir que quiere mirar hacia el futuro y no hacia el pasado -donde su vista se encontraría con la crisis provocada por Dívar-

En el capítulo de la reforma del Consejo que propone el ministro de Justicia y que ha soliviantado a todas las asociaciones de jueces y fiscales, Moliner se ha citado la semana próxima con Ruiz-Gallardón, que le ha prometido darle una copia del informe que recoge sus planes. Hasta que tenga ese documento, el presidente del CGPJ no se pronunciará al respecto.

Sobre el hecho de que vocales de la asociación progresista Jueces para la Democracia, a la que él mismo pertenece, no le votasen como presidente del Consejo, Moliner destacó 'en las mejores familias hay de todo, como en bótica', y recordó que 'otros señores que no son de mi familia me han votado'.

En todo caso, Moliner dijo sentirse el presidente de todos los vocales del Consejo (le votaron 12 de los 20 que forman el órgano, 5 votaron en contra de su candidatura, y 3 en blanco). Opinó que es 'difícil pero posible recuperar la compleja situación creada. Cuento con todos los vocales. El éxito no será de uno frente a terceros, o nos salvamos todos o perdemos todos'.

Moliner mostró el compromiso del poder judicial español, con el Consejo y el Supremo a la cabeza, para contribuir a salir de la crisis económica con la eficiencia y agilidad de sus juzgados.

Destacó que el Tribunal Supremo, que considera la verdadera cúspide del poder judicial, no ha estado en crisis como el Consejo. Agregó que las protestas de los magistrados del alto tribunal porque les hayan quitado los escoltas y los coches oficiales son sobre todo de formas, porque el Gobierno no negoció previamente con ellos. La Sala de Gobierno del tribunal tratará la cuestión la próxima semana.

Preguntado por los periodistas, el presidente del Consejo no quiso pronunciarse sobre la intención de Ruiz-Gallardón de reforma la Ley de Aborto eliminado la malformación del feto como supuesto de despenalización, y dijo que lo hará cuando el anteproyecto correspondiente llegue al CGPJ para informe.

En cuanto a las críticas de la familia de Publio Cordón al juez Gómez Bermúdez por dejar en libertad bajo fianza a dos miembros del GRAPO, señaló que tienen todo el derecho a opinar aunque él da por supuesto que el juez ha actuado conforme a derecho y de forma razonada.