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Montilla: "Descentralizar no debilita a Madrid"

Asegura que decisiones como el traslado de la CMT 'fortalecen a España'. Los empresarios catalanes piden otra Constitución

FERRAN CASAS

En diciembre de 2004, el Consejo de Ministros acordó el traslado de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) a Barcelona. Lo hizo tras un pacto político entre el entonces president de la Generalitat, Pasqual Maragall,y el del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Parecía empezar una serie de traslados de grandes organismos desde Madrid a otras ciudades con ánimo descentralizador. Pero no ha sido así. Por eso ayer, en la inauguración de la sede corporativa definitiva de la CMT en Barcelona, el president, José Montilla, insistió en la necesidad de convertir España en un 'Estado federal' que haga justicia a su pluralidad.

Lo hizo él y lo hizo también el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ambos del PSC. Como les suele pasar a los socialistas catalanes más a menudo de lo que les gustaría, la otra parte no se mostró concernida. El ministro de Industria, Miguel Sebastián, presente en el acto, basó su discurso en repasar el estado del sector de las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías. Y ante el moderno edificio, de 12.000 metros cuadrados para 170 trabajadores, admitió su 'admiración por Barcelona y su urbanismo'.

Montilla trazó, en cambio, un discurso muy político y recordó que fue en su época como ministro de Industria cuando se hizo el proceso administrativo de traslado con los consiguientes problemas operativos y políticos. El president aseguró que descentralizar no 'debilita a Madrid', ciudad que, en tanto que capital de un Estado de matriz centralista es sede de todos los organismos de la Administración del Estado. Aseguró que experiencias como la de CMT lo que hacen es 'fortalecer España', a la que se refirió como 'proyecto común'. 'Con estas cosas se fortalece más España que hablando de ella', aseguró.

Montilla indicó que traslados de este tipo, a los que aspiraron otras ciudades, deberían ser 'normales' y no 'excepción' y se mostró convencido que es 'lo que prefigura la Constitución de 1978'.

Para sustentar su tesis se basó en el ejemplo de Alemania, 'que nadie diría que es un Estado débil'. No es débil, pero sí federal. Por eso, recordó el president, el Gobierno y el Parlamento están en Berlín, los servicios secretos en Múnich, el Tribunal Constitucional en Kalsruhe o los entes financieros en Fráncfort.

En todo caso, se van haciendo algunos avances. Ayer, tanto la Generalitat como el Estado confirmaron estar cerca de cerrar un acuerdo para el traspaso de los trenes regionales, tal y como prevé el Estatut. Pero hay temas como las becas o las infraestructuras en los que no hay acuerdo y que desaconsejan convocar la comisión bilateral prevista para septiembre. Así lo denunció ayer el conseller Joan Saura, que pidió al Estado 'que cumpla'.

Por otra parte, el Círculo de Economía, principal lobby empresarial catalán, reclamó un 'nuevo pacto constitucional' que favorezca faltas de actualización, un mejor encaje de Catalunya con España y aporte estabilidad institucional para las próximas décadas.

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