Este artículo se publicó hace 16 años.
"No denuncies la violación porque es buen chaval y, en el fondo, fue culpa tuya"
Un capitán del ejército y los compañeros de cuartel de una recluta presuntamente violada exculpan al acusado
Un capitán destinado en el cuartel del Ejército de Tierra del municipio madrileño de Hoyo de Manzanares recomendó a una subordinada, víctima de una supuesta violación cometida por un compañero de acuartelamiento, que no denunciara los hechos por ser "en el fondo, culpa suya" al haberle provocado en alguna ocasión.
"Yo no le ordené que no denunciara, sino que creía que no debería hacerlo porque el chico era un buen chaval y ella sabía que, en el fondo, era culpa suya", aseveró hoy el capitán Pedro Colomino González durante su testifical en el juicio que celebra la Audiencia Provincial de Madrid contra Miguel Angel M.G., a quien se acusa de un presunto delito de agresión sexual cometido el 15 marzo de 2005 contra su compañera Sheila G., de su misma compañía.
En su declaración, el capitán, que en un primer momento se encargó de la investigación interna, recordó ante el juez un episodio que ocurrió unos días antes de los hechos. "Estaba en la oficina y pude ver desde la ventana cómo la chica se acercó a él por detrás cuando la compañía estaba formando y le golpeó con sus pechos", narró Colomino, algo que a su juicio demuestra los actos de provocación que llevaba a cabo la joven.
El acusado, de nacionalidad venezolana, se enfrenta a una petición fiscal de nueve años de prisión y a una reclamación de indemnización de 15.000 euros para la víctima por las secuelas sufridas. Miguel Angel aseguró en la vista oral que la acusación era "totalmente falsa" y recalcó que en ningún momento la forzó porque ella consintió la relación.
Choque de versiones
La víctima, que ha abandonado el Ejército, explicó a la Sección Cuarta que el 15 de marzo de 2005 quedó con Miguel Angel para que le acompañara a Torrelodones a comprar unos medicamentos y, de paso, "dar una vuelta" por el pueblo. Tras comprar los fármacos, se fueron a un bar, donde entablaron una conversación. Según el encausado, en ese momento intimaron, algo que ella niega.
De vuelta, llegaron a Hoyo de Manzanares y decidieron caminar hasta el cuartel, situado a unos tres kilómetros. "Ibamos andando y me empujó. Se echó encima mía y yo no supe reaccionar. Me agarró las manos y, con su pierna, abrió las mías. Me desabrochó los pantalones y me penetró", contó la chica, quien añadió que de repente el agresor se levantó, dejándola sola en el callejón.
De camino al cuartel, llamó para avisar de que llegaría tarde a formar, sin contar nada de lo sucedido porque "no quería que se supiera". "Quería jurar bandera e irme", subrayó. Una vez en el acuartelamiento, un capitán le sugirió no denunciar los hechos porque habría que dar parte a los superiores y el trámite era "lioso".
"En el Ejército, la gente que no hace una piña la echan. Los compañeros me dieron la espalda"La joven explicó que era la segunda vez que intentaba entrar en el Ejército y quería seguir, pero la echaron. "Me considero una víctima porque me obligaron a hacer algo que no quería. En el Ejército, la gente que no hace una piña la echan. Los compañeros me dieron la espalda. Si estás dentro, te apoyan. Si cometes un fallo, te excluyen y se pisan".
Durante su interrogatorio, Miguel Angel contó que Sheila se le había insinuado en varias ocasiones, al igual que a otros compañeros. Una semana antes de los hechos, la víctima le sugirió pasar juntos el fin de semana en Madrid, pero él rechazó la propuesta.
Según su versión, el 15 de marzo quedó con su compañero de habitación para ir a tomar algo a Torrelodones. Estando en la marquesina del autobús, la chica "se pegó" a ellos.
"Se sentó conmigo en el autobús. Me tocó la mano, el cuello y nos besamos", recordó. Ya en Torrelodones, se separaron del compañero para irse a un bar a intimar. "Cuando regresábamos en el autobús --narró-- nos tocamos y la señorita intentó quitarme el cinturón. Me lo quité y me hizo una felación. Ella estaba muy caliente".
Según Miguel Angel, la víctima quería ir más allá y le propuso mantener una relación sexual en un callejón de Hoyo de Manzanares, donde les dejó el autobús. "Ella misma se bajó los pantalones", explicó. También argumenta que cambió de idea y "ella se enfadó porque no terminamos de hacerlo".
Tras ello, la chica le dijo que le daba igual llegar tarde a formar, a lo que éste respondió: "Yo tengo mucho más que perder porque si me echan, no tengo donde ir".
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