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Las obras de la "Y" vasca siempre han sido uno de los objetivos prioritarios de ETA

ETA ha atentado en repetidas ocasiones contra empresas adjudicatarias de las obras, entre ellas, la propia Altuna y Uría, de la que era propietario Ignacio Uría, asesinado

EFE

La construcción de la 'Y' ferroviaria vasca se ha convertido en los últimos años en uno de los objetivos prioritarios de ETA, que ha atentado en repetidas ocasiones contra empresas adjudicatarias de las obras, entre ellas, la propia Altuna y Uría, de la que era propietario Ignacio Uría, asesinado este miércoles en Azpeitia.

De hecho, en uno de sus últimos comunicados del pasado 16 de agosto, la banda terrorista calificaba al Tren de Alta Velocidad de un proyecto 'ajeno a los intereses de Euskal Herria'.

'No ha habido derecho a decidir al respecto', aseguraba ETA, que acusaba al PNV y a sus 'acólitos' de querer prorrogar sus ganancias a costa de 'enterrar en cemento' el territorio por el que pasará la infraestructura ferroviaria, empleando un argumento muy similar al utilizado en su día contra la presa de Itoiz o la central nuclear de Lemoniz.

Ya en el pasado mes de junio, el secretario de estado de Seguridad, Antonio Camacho, confirmó que las obras del TAV estaban en el punto de mira de ETA. A la amenaza de la propia ETA se suman además las constantes movilizaciones de la llamada izquierda abertzale en contra del proyecto que unirá por tren de alta velocidad las tres capitales vascas.

La empresa Altuna y Uría, cuyo propietario ha sido asesinado hoy, ya sufrió el 16 de marzo del 2007 un ataque que consistió en pinchar las ruedas de cinco o seis camiones, taponar sus tubos de escape y realizar pintadas en la sede.

El ataque se produjo en las instalaciones de la empresa en el barrio de Madalena, en la localidad guipuzcoana de Azpeitia. Al día siguiente, el ataque fue condenado por la Junta de Portavoces del Ayuntamiento de Azpeitia, compuesto entonces por los representantes del PNV, EA, PSE-EE y PP.

Las pintadas que se hicieron en aquel ataque se referían a la construcción del tren de alta velocidad. Altuna y Uría, junto a Tecsa, había conseguido un año antes, en marzo de 2006, la adjudicación del primer tramo de este trazado de alta velocidad, entre las localidades alavesas de Arrazua-Ubarrundia y Legutiano.

En los últimos meses la banda ha reivindicado varios de los ataques contra las empresas constructoras de las obras perpetrados los pasados meses de junio, julio y agosto contra la empresa Amenabar en Hernani y Zarautz, y contra Fonorte y Acciona en Orio.

En las sucesivas operaciones contra la banda y sus grupos de apoyo, las fuerzas de seguridad siempre han encontrado documentación e información detallada sobre las obras, así como panfletos contra el proyecto ferroviario.

También se sabe que dirección de ETA había ordenado de forma explícita al 'comando Vizcaya', desarticulado por la Guardia Civil el pasado mes de julio, atentar contra empresas relacionadas con el Tren de Alta Velocidad.

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