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La situación de los ex presidentes en otros países

Blair, en una imagen de archivo. AFP

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Alemania: El ‘sueldazo' de 1,5 millones de Schröder

No hay ninguna disposición legal que impida a los ex cancilleres trabajar en el sector privado. Muy al contrario, todo son privilegios y se les mantiene un salario mensual del Estado. El caso más llamativo es el del socialdemócrata Gerhard Schröder, que ahora es presidente del consejo de administración de una filial de la rusa Gazprom, al tiempo que está pluriempleado como asesor de la editorial suiza Ringier y es consejero de la petrolera TNK-BP. El socialdemócrata podría embolsarse hasta un millón y medio de euros anuales, según algunas fuentes, cantidad en la que se incluye una pensión de 240.000 euros anuales como ex canciller, ex diputado y ex primer ministro de Baja Sajonia. Aunque desde hace tiempo crecen las voces críticas que exigen aprobar una ley de incompatibilidades, por el momento no existe ningún plan.

Schröder no es una excepción si se hace un repaso a lo que ocurre en los länder. La lista es larga, empezando por el ex primer ministro de Hesse, Roland Koch, quien dimitió el septiembre pasado y desde entonces es jefe del grupo constructor Bilfinger Berger, o el antiguo titular de Finanzas del Estado de Berlín, el controvertido Thilo Sarrazin, que ahora ocupa la vicepresidencia del Bundesbank. // PATRICIA BAELO, BERLÍN

Gran Bretaña: Tony Blair, un empresario de éxito

Al igual que los que han sido ministros, los ex primeros ministros británicos deben pedir permiso en los dos primeros años nada más dejar el cargo a una comisión de vigilancia si quieren dedicarse a la empresa privada. No es que eso suponga una gran limitación. Un año después de dejar Downing Street, John Major entró a formar parte del consejo europeo del poderoso fondo de inversiones norteamericano Grupo Carlyle.

Pero ningún político ha tenido una transición tan rentable a los negocios como el laborista Tony Blair. Por haber sido primer ministro, disfruta de una pensión de 75.000 euros anuales, además de 100.000 euros de subvención para sostener una oficina. Sus guardaespaldas corren a cargo del erario público y salen por 300.000 euros al año. Sus mayores ingresos proceden de una asesoría con la que ha facturado casi 23 millones desde que dejó el poder. La compañía, que da empleo a 80 personas, declaró beneficios de 845.000 euros en el último ejercicio. Entre sus clientes están JP Morgan, fondos de inversión y el Gobierno de Kuwait.

Al abandonar el Parlamento son muchos los diputados que pasan a la empresa o a lobbies. Algunos, como tres ex ministros de Gordon Brown, ni siquiera esperaron a retirarse para ofrecerse en el mercado.  //IÑIGO SÁENZ DE UGARTE, LONDRES

EEUU: Los negocios no son la costumbre

En EEUU no existe ningún tipo de restricción legal a las actividades de los antiguos presidentes, por lo que, tras dejar su cargo, pueden entrar en los consejos de administración de las empresas o dedicarse a sus negocios. Pese a tener esa posibilidad, no es algo que se suela hacer y los ex presidentes se dedican más a labores de mediación internacional, de difusión de sus ideas políticas o de pura filantropía, a veces, incluso juntos. Por ejemplo, a iniciativa del actual presidente, Barack Obama, sus dos antecesores, Bill Clinton y George W. Bush, han participado en la recaudación de un fondo de ayuda humanitaria para Haití. De los cuatro ex presidentes vivos en EEUU, Clinton es quizá el más activo en la escena política, haciendo campaña a favor del Partido Demócrata y de las reformas propuestas por Obama.

La puerta giratoria, como se llama en el país al paso del mundo de la política al de la economía, es algo muy habitual entre los altos cargos públicos, quienes tampoco tienen limitaciones, a lo más, en cuestiones de Defensa. Hasta un 43% de los políticos estadounidenses ha basculado de un lado a otro en las últimas décadas, según la organización Opensecrets.  //ANTONIO LAFUENTE, WASHINGTON

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