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"La socialdemocracia necesita reoxigenarse en los valores de siempre"

Cristina Narbona. Ponente del programa electoral del PSOE y embajadora de España ante la OCDE. La dirigente socialista auspicia una 'reflexión muy seria' sobre el escenario político y económico

GONZALO LÓPEZ ALBA

La de Cristina Narbona fue una de las voces que se escuchó el 28 de mayo en el Comité Federal del PSOE, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba confirmó su disposición a convertirse en el candidato para las próximas elecciones generales y recibió un aval unánime de la cúpula socialista para que así fuera. Allí dijo que 'Alfredo' le parece 'un magnífico candidato', pero agregó que resultaba imprescindible 'un programa con mucha fuerza para devolver a la política el valor que tiene que tener para los ciudadanos'.

A los pocos días recibió una llamada de Rubalcaba, al que conoce desde que a comienzos de los años noventa coincidieron como altos cargos en el Gobierno de Felipe González, y desde entonces trabaja como ponente de la Conferencia Política que, a finales de septiembre, aprobará el programa del PSOE.

Economista, ex directora general del Banco Hipotecario, exministra de Medio Ambiente, miembro del patronato de la Fundación Ideas y otras muchas cosas más, su actual condición de embajadora ante la OCDE, un observatorio privilegiado de 'las mejores prácticas' en políticas públicas y una 'gran plataforma de globalización', ha sido especialmente valorada por Alfredo Pérez Rubalcaba en su elección.

'Los mercados están en el espacio que les ha dejado la política'

¿Cuánto del discurso de proclamación de Rubalcaba es de su puño y letra?

No, de mi puño y letra no es nada porque todo es de Alfredo. Refleja reflexiones en las que yo he participado, pero el discurso es de Alfredo.

¿Diría usted que fue un discurso rupturista con la etapa de Zapatero?

Es un discurso valiente, que mira hacia el futuro, siendo consciente de la gravedad de la situación y sin miedo a cambiar algunas de las cosas que hemos hecho, porque las circunstancias son diferentes y la percepción de los problemas varía en el tiempo.

¿Debe empezar el PSOE su planteamiento electoral por la autocrítica?

Debe empezar por una reflexión muy seria sobre dónde estamos. Una parte muy importante del discurso de Alfredo es la necesidad de salir de la burbuja inmobiliaria y de sus consecuencias, que son de todo orden y condición, porque tienen que ver con la corrupción, la vulnerabilidad de nuestra economía, el excesivo endeudamiento...

Usted fue pionera en alertar contra la burbuja del ladrillo, pero no encontró mucho eco.

Es verdad que en 1995, siendo secretaria de Estado de Vivienda y Medio Ambiente, dije públicamente que debíamos revisar la fiscalidad a la compra porque nos estaba generando una bomba de relojería. En 2004 cambiamos la Ley del Suelo, pero con la fiscalidad se tardó y el Banco de España también podía haber hecho más para contener el crecimiento desmedido del crédito.

'El discurso de Rubalcaba es valiente, sin miedo a cambiar cosas'

¿Diría usted que el problema de los socialdemócratas ante la crisis ha sido de impotencia o de entreguismo a los mercados?

Los mercados están en el espacio que les ha permitido la política. No son unos señores que nos acosan desde los espacios siderales, son personas con nombres y apellidos que disfrutan de una libertad de actuación irresponsable que les hemos permitido desde la política. En toda la socialdemocracia europea está habiendo un reconocimiento de que se creyó que el mercado podía resolver los problemas sociales y económicos mucho mejor con menos
regulación y menos Estado.

¿Y cómo se recupera ahora ese espacio perdido?

Se recupera volviendo a establecer marcos y reglas del juego diferentes. Para eso es especialmente importante que Europa fortalezca su proyecto político mediante una gobernanza económica potente, con instrumentos propios de Tesoro europeo, fiscalidad europea, bonos europeos, etc. La mayoría de los gobiernos no parece estar en estos momentos por esa labor, pero hay dos cosas esperanzadoras: los ciudadanos están reclamando una reacción de la política frente a los poderes económicos, en todos los países; y algunos gobiernos conservadores pueden cambiar de signo en las próximas citas electorales.

'Necesitamos responsabilidad en la actitud de todos los estamentos sociales'

Uno de los peores aspectos de la crisis es el que afecta a los valores. Se sabe que hay personas que han robado, aunque haya sido con la ley en la mano, y ni han tenido que devolver el dinero ni están en la cárcel. ¿Modificaría el Código Penal para perseguir conductas como el cobro de bonos millonarios por directivos que han hundido sus empresas a conciencia?

Lo que ha pasado ocurrió en un contexto muchas veces legal, porque no había exigencias. ¿Se ha abusado de ese contexto? Sí. Pero hay que ser cuidadosos con decir ahora que vamos a llevar a la cárcel a personas que han actuado en el marco que la política trazó. Para garantizar los derechos de la mayoría es fundamental construir una arquitectura de exigencia de responsabilidad, de rendición de cuentas a todos los niveles. No podemos garantizar derechos si cada uno va a lo suyo. Necesitamos empresas que sean responsables más allá de sus propios accionistas, necesitamos políticos que sean responsables más allá del corto plazo para el que han sido elegidos, necesitamos sindicatos que piensen en los que trabajan y en los que no trabajan. Necesitamos responsabilidad en todos los estamentos sociales.

Pero, ¿cómo ha podido llegarse a tanto desafuero?

Yo siempre recuerdo que cuando en Italia se empezó a denunciar la corrupción por Manos Limpias fue en un momento de crisis en el que ya no había pastel para todo el mundo. Entonces fue cuando la gente se empezó a dar cuenta de que había estado ganando dinero de una determinada manera y sometida a ciertos poderes oscuros. Forma parte de la naturaleza humana que cuando las cosas van bien no te hagas muchas preguntas, nos las hacemos más cuando hay alguna dificultad. Por eso esta es una ocasión que la socialdemocracia, no sólo en España sino en todo el mundo, debe aprovechar para reoxigenarse en la defensa de los valores de siempre.

De las propuestas de Rubalcaba, la que más eco ha tenido es la de una tasa para que los bancos ayuden a financiar la creación de empleo. ¿Podría concretar cómo, en qué cuantía...?

Hay un abanico muy interesante de figuras, en unos casos con tasas ligadas a beneficios y en otros a determinados activos de riesgo. Se está trabajando en definir el modelo.

'La sensación de inequidad que se ha instalado en España es muy grave'

¿Es usted partidaria de una banca estatal?

Soy partidaria de un sistema financiero que, público o privado, cumpla su función: estar al servicio de la economía real y no al revés.

¿Nos podemos creer que Rubalcaba tiene una receta para crear empleo?

Se pueden creer que es una persona muy seria y que lleva mucho tiempo trabajando con ahínco, analizando todas las posibilidades imaginables de generar empleo y de hacerlo cuanto antes.

Y la receta, ¿cuál es?

No hay recetas milagrosas. Pero la crisis no está afectando igual a todos los países. En Austria o Dinamarca el paro es del 4%, y son países donde los derechos de los trabajadores están muy bien reglamentados, con una presión fiscal más alta que en España y con una gran capacidad de exportación. En España tenemos sectores en los que estamos creando empleo, incluso en mitad de la crisis, como en el ámbito de la energía solar termoeléctrica, donde ha crecido en los dos últimos años a razón del 40%.

¿No cree que los ingresos del Estado dependen en exceso de las rentas del trabajo y del consumo?

Por eso estamos estudiando cómo reorientar la fiscalidad. A lo mejor tampoco son necesarios grandes cambios, pero hay que ver cómo los que más pueden contribuyen más a la salida de la crisis. La sensación de inequidad que se ha instalado en la sociedad española es muy grave desde el punto de vista de un partido socialista.

'No hay recetas mágicas contra el paro, pero hay países con un 4%'

Se habla mucho del copago sanitario, pero en España ya existe el copago farmacéutico.

La defensa a ultranza de la sanidad pública tiene que seguir siendo una seña de identidad. Por supuesto que hay que hacer mejoras en la eficiencia, en todos los sectores. En ahorro energético, por ejemplo, hay margen de hasta al 40% en los grandes centros de cualquier tipo. Somos un país muy derrochón.

De las múltiples lecciones y advertencias que pueden extraerse del Movimiento 15-M, ¿cuáles destacaría?

Al final todo se resume en el mandamiento de que la política tiene que garantizar a los ciudadanos una vida digna. Por lo tanto, la política tiene que combatir los abusos de todo tipo y los políticos tienen que ser ejemplares en su comportamiento. Alguna receta concreta me puede parecer más o menos viable, pero muchas cosas no sólo hay que escucharlas sino ver también cómo las podemos trasladar a decisiones efectivas como, por ejemplo, ya está haciendo el Gobierno con los desahucios.

La idea de una reforma electoral siguiendo el modelo alemán es atractiva, pero parece de muy difícil concreción técnica, además de chocar con la Constitución.

Hay varias fórmulas en torno al modelo alemán y es previsible que la propuesta concreta no requiera cambios en la Constitución.

¿Puede ser más concreta?

No. Eso le corresponde al candidato.

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