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Los toros pasan a la historia en Catalunya

El Parlament cumple el pronóstico y da por mayoría absoluta el «sí» a la ILP de prohibición de las corridas a partir de 2012

 

FERRAN CASAS

1 de enero de 2012. En Catalunya ese día ya no se podrán celebrar corridas de toros. El Parlament aprobó por mayoría absoluta una reforma de su Ley de Protección de los Animales que prohibirá en esa fecha las corridas de toros y los espectáculos taurinos que incluyan la muerte del animal. Sabiéndose centro de atención, la Cámara vivió una histórica y tensa sesión en la que los contrarios a torturar al toro hasta la muerte esgrimían argumentos animalistas para dar su 'sí' a la Iniciativa Legislativa Popular (impulsada por la plataforma Prou y avalada por 180.000 firmas) y los partidarios de la fiesta rechazaban la propuesta apelando a la 'libertad' y, en algún caso, denunciaban el móvil 'identitario'.

El resultado de la votación no arrojó sorpresas. Pocos fueron los diputados de CiU y el PSC que aprovecharon la libertad concedida por las cúpulas de sus partidos para desatender la recomendación de voto. A favor de la ILP, ERC e ICV-EUiA sumaron todos sus votos a una mayoría de los de CiU. En contra, se fundieron los del PP y Ciudadanos y la mayoría de los del PSC.

De los 134 diputados presentes, votaron 132 (dos de CiU rehusaron ejercer su derecho quejosos por lo 'maniqueo' del debate): 68 lo hicieron a favor, 55 en contra y nueve se abstuvieron. Del PSC, 31 votaron no, tres sí y tres se abstuvieron. Y entre los de CiU, 32 apoyaron la ILP, siete la rechazaron y seis de abstuvieron. José Montilla apoyó las corridas de toros y Artur Mas las rechazó. En total fueron ocho síes más de los que, en su momento y con voto secreto, recibió la ILP en su admisión a trámite.

Los portavoces de los grupos mayoritarios no estaban cómodos en un debate considerado 'de extremos'. El convergente Josep Rull afirmó que se trataba de 'acomodar' la legislación al sistema de valores actual, en el que es 'incompatible' espectáculo público y tortura. El socialista David Pérez, taurino empedernido y que se implicó con el lobby taurino contra la ILP, estaba desolado. En la intervención más corta de todos los portavoces, apeló a la tradición socialista 'de no prohibir'.

Tras el debate, de poco más de una hora, la cara eran los animalistas, que inundaron de alegría los pasillos de la Cámara, y la cruz, los antitaurinos. Un torero catalán lloraba desconsolado en la tribuna y los partidarios más radicales de la 'fiesta nacional' se sentían traicionados por CiU y el PSC, y clamaban venganza contra los 'culpables'. Con los primeros, porque sostenían que habían prometido 15 votos en contra y fueron siete. Y con los segundos, porque la libertad de voto dada por la cúpula supuso la deserción de seis votos del bloque del no.

Fuera del Parlament y, sobre todo, fuera de Catalunya, el debate se centró en el asunto identitario. El PP y su entorno mediático llevaban semanas cargando tintas y negando al debate el trasfondo animalista. Según denunció su portavoz ayer, se trataba de borrar los signos de españolidad. Rafael Luna aseguró que 'el problema de los toros' es que son algo que Catalunya 'comparte con el resto de España'. Ninguno de los diputados favorables a la prohibición negó la catalanidad de la fiesta. 'Esto no es un debate Catalunya-España', exclamó el de CiU. Todos argumentaron que una tradición no es buena por el hecho de serlo y que las costumbres no deben 'fosilizarse'.

Pese a que Catalunya no es la primera comunidad que prohibe los toros (Canarias lo hizo en 1991), los conservadores arremetieron con todo el brío imaginable contra la decisión catalana. Mariano Rajoy afirmó que no se pueden poner las cuestiones 'identitarios' por encima 'de los derechos de los ciudadanos' y defendió el 'derecho a elegir'. El portavoz del PP en el Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, habló de 'ofensa nacional' enmarcada en una crisis 'profunda' que tiene que ver con una 'ofensiva nacionalista'. Presentó la votación, que llegó tras meses de debate de la ILP, como la respuesta a los éxitos de la selección española de fútbol o a la sentencia del Tribunal Constitucional que ha recortado el Estatut.

El TC ha tensado las relaciones con España y en Catalunya algunas voces defienden que el momento no era el mejor para aprobar una medida que amplios sectores de la sociedad española interpretan como afrenta y no como protección y respeto a los animales.

Por eso, nada más acabar el pleno Montilla hizo una declaración solemne. El president recordó que la ILP no fue una iniciativa ni del Govern ni de los partidos, 'sino de miles de ciudadanos'. Justificó su voto en contra por 'creer en la libertad' para justificar su apoyo al espectáculo de la muerte del toro. Dijo que habría preferido que su continuidad dependiera 'de una imparable cultura a favor de los animales y no de una imposición legal'.

Montilla lamentó que algunos usen la votación 'como un termómetro de las relaciones entre Catalunya y España'. En este sentido, dijo esperar 'moderación y sentido de la responsabilidad de todos'.

Hay quien no se toma bien algunas decisiones. Fue el caso del torero de Badalona Enrique Guillén que, al frente de un grupo de cinco personas, asaltó ayer por la tarde una sede de ERC en Barcelona amenazando a los militantes independentistas que se encontraban reunidos allí, según denunció el partido. Los atacantes provocaron destrozos en el local y agredieron a un militante de ERC, que fue trasladado al hospital al ser alcanzado con una silla. Los mossos llegaron cuando los pro-taurinos habían huido, pero el partido presentará una denuncia.- Roger Tugas

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