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La vespa de la aviación llega a Canarias

Dos españoles vuelan por primera vez en autogiro desde la península ibérica al archipiélago

DANIEL AYLLÓN

Despega a la velocidad de la bicicleta de Elliot en la película E.T. y consume una cuarta parte de la gasolina del coche de Fernando Alonso. El autogiro, un híbrido entre helicóptero y aeroplano que no necesita combustible para mantener el vuelo, fue inventado en 1923 por Juan de la Cierva y en los últimos años está viviendo un renacimiento con su incorporación a tareas urbanas. Para homenajear a su mentor, los pilotos Fernando Roselló –militar– y Bernardino Rodríguez –civil– han cubierto, por primera vez en la historia, una ruta aérea desde la península ibérica hasta las islas Canarias.

La travesía arrancó el 30 de septiembre en Getafe (Madrid) y terminó el 17 de octubre en Córdoba, con escalas en Marruecos y el archipiélago canario. En total, los pilotos recorrieron 5.312 kilómetros en 47 horas de vuelo y consumieron 950 litros de gasolina.

Durante las ocho etapas del viaje, hicieron paradas en los lugares más significativos de la historia del autogiro como Getafe y la base de Cuatro Vientos (Madrid) o la de San Javier (Murcia), donde un autogiro voló por primera vez durante 200 metros, en 1923.

Aeronave descapotable

“El autogiro no tiene techo, cuando llueve te mojas y hemos llegado a estar a dos grados ahí arriba, pero la experiencia ha sido increíble”, cuenta emocionado Rodríguez, mientras su compañero hace piruetas sobre Getafe.

El comportamiento de la nave en el aire recuerda el de las motos de agua con sus giros cerrados, tiene tres horas de autonomía y puede alcanzar una velocidad de hasta 180 kilómetros por hora. Pero los dos pilotos hacen hincapié en su pericia en el manejo y la seguridad que da el aparato.

A diferencia de otras aeronaves, si se estropea el motor, se puede seguir pilotando. “Es la aeronave más segura que existe”, cuenta el coronel Roselló. Pero Milagros, la esposa de su compañero, no lo ve con los mismos ojos: “Mi marido lleva volando desde 1975. Está loco. Yo espero que un día se relaje y nos marchemos a una isla desierta”.

Aterrizar en una ballena

Rodríguez le quita hierro a los comentarios de su mujer y bromea mientras recapitula las anécdotas del viaje: “En medio del mar, a 200 metros de altura y cerca de Fuerteventura, vi un pez enorme. Era una ballena y a punto estuve de aterrizar el autogiro encima”.

Mientras sobrevolaban la península y la costa marroquí, contaron con el apoyo de un vehículo terrestre conducido por un antiguo participante de la carrera París-Dakar. Sobre el mar, un helicóptero Superpuma del equipo de búsqueda y salvamento del Ejército español les acompañó hasta Canarias. “Si nos caíamos en el océano, el autogiro se iba a quedar ahí, pero necesitábamos a alguien que nos vigilase”, relataron los pilotos.

El Ejército del Aire y el Ayuntamiento de Getafe han sido los dos patrocinadores del viaje. El alcalde de esta localidad, Pedro Castro, aprovechó el homenaje a de la Cierva para elogiar el redescubrimiento del vehículo y explicar las utilidades urbanas de los autogiros. “El aparato es casi perfecto incluso para los propios ayuntamientos porque nos sirve para poder controlar el urbanismo, el desarrollo incontrolado y asuntos forestales”, dijo.

En otros continentes, añadió Roselló, “el autogiro se utiliza para fumigar campos de cultivo, sobretodo en África”. En Sudamérica, su uso está más enfocado “al transporte y traslado de personas en zonas de peligro”, donde moverse en una de estas vespas aéreas es más seguro.

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