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Zapatero descarta más ajustes antes del 20-N

El presidente convoca las elecciones tras una minirreunión extraordinaria del Consejo de Ministros

G. LÓPEZ ALBA

José Luis Rodríguez Zapatero protagonizó este lunes su enésima despedida con una extraña mezcla de declaración institucional y minirrueda de prensa, que a la postre resultó una comparecencia descafeinada. El motivo fue la convocatoria formal, que hoy se publicará en el Boletín Oficial del Estado, de las elecciones generales para el día 20 de noviembre, como anunció el 29 de julio.

'Se abre el tiempo político de los candidatos', dijo el presidente del Gobierno para justificar que hoy no era momento de hacer balance, sino de dar el pistoletazo para que los aspirantes a ocupar su puesto 'formulen y contrasten sus propuestas'.

Sólo una pregunta de actualidad, de las tres que accedió a responder, le hizo traspasar tenuemente el límite marcado por él mismo. Fue a propósito de la declaración de los presos de ETA apoyando la vía política por la que ha apostado la izquierda abertzale. 'Es un paso significativo hacia el final de la violencia. Con toda la prudencia que esta materia exige, sin duda estamos acercándonos a ese momento. Es fruto de una gran tarea colectiva, de un gran esfuerzo de todos los demócratas, también de este Gobierno', dijo en su respuesta.

Tras recordar que el terrorismo ha sido 'durante tres décadas' la 'principal preocupación' de los españoles y 'lo que más nos ha hecho sufrir', subrayó que en estos momentos, 'cuando tenemos la convicción de que el final está cerca, debemos extremar la responsabilidad, el hacer bien las cosas y, por supuesto, la unidad de todos los demócratas'.

Zapatero recordó que al Gobierno que preside le corresponde 'ejercer en la plenitud de sus funciones' hasta el día 20 de noviembre, momento a partir del cual estará en funciones hasta la toma de posesión del siguiente, que se calcula para finales de diciembre o, a más tardar, a comienzos de enero. Sobre lo que pueda pasar en ese periodo de transición, apuntó que no prevé la necesidad de tener que adoptar nuevas medidas económicas de urgencia.

'No tengo en estos momentos la perspectiva de adoptar ninguna medida significativa de carácter económico', dijo, antes de vacunarse contra el contagio griego: 'Pero, sin duda, si fuese necesario, lo haríamos'.

El presidente sostuvo que las medidas y reformas impulsadas por el Gobierno 'están produciendo sus efectos', de modo que la credibilidad internacional de España 'ha ido fortaleciéndose'.

En este punto recordó que, cuando anticipó la fecha elegida para la convocatoria electoral, ya subrayó la importancia que concedía a que el nuevo Gobierno 'se hiciese cargo de todo el nuevo ejercicio económico' y también su propósito de aprovechar el tiempo transcurrido desde entonces para completar reformas.

Así, señaló que el Parlamento ha dado en septiembre su aprobación definitiva a 12 leyes y ratificado seis decretos leyes, además de aprobar una reforma de la Constitución, para introducir el principio de estabilidad presupuestaria, que el presidente catalogó como 'de indudable calado para la credibilidad y el futuro de nuestro país'. Esta reforma, según anunció, será refrendada hoy por el rey.

Sobre el futuro del país, hizo una declaración de fe patriótica: 'Tengo confianza absoluta en España, en el futuro de España y de los españoles. Sé que más pronto que tarde saldremos de las dificultades presentes'. Argumentó que los españoles 'hemos sabido construir un gran país' y demostrado 'nuestra capacidad para comprometernos colectivamente con el futuro de todos'.

Zapatero aprovechó la ocasión para expresar su reconocimiento al 'intenso trabajo' desarrollado por el Parlamento y su 'profunda gratitud' a sus ministros y demás altos cargos, así como al conjunto de los españoles por haberle permitido presidir el Gobierno. 'No soy capaz de imaginar honor mayor que ese', sentenció antes de reiterar que para él 'culmina una etapa' de su vida, la que le ha mantenido en la primera línea de la actividad política.

En la campaña electoral, 'apoyaré en todo lo que sea menester', según dijo. Después, recogerá sus cosas para establecerse en León y se dedicará a las actividades propias del puesto que tiene reservado en el Consejo de Estado. Cuando deje el cargo de secretario general del PSOE, se convertirá automáticamente en miembro nato de su Comité Federal.

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