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Kéfir, qué es y cómo prepararlo

Hoy te explicamos qué es exactamente el kéfir y cómo prepararlo, para que sea un componente más en tu alimentación equilibrada.

Seguramente has oído hablar en numerosas ocasiones del kéfir y te has preguntado si vale la pena incluirlo en tu dieta. A lo mejor incluso te preguntas de qué se trata exactamente, porque no acabas de tenerlo muy claro, por más que escuches hablar de sus beneficios.

Para resolver esas posibles dudas, te explicamos qué es exactamente el kéfir y cómo prepararlo, para que pueda ser un componente más de tu alimentación equilibrada.

Qué es el kéfir

Kéfir
Pxhere

El kéfir es un producto lácteo líquido, elaborado de manera fermentada, compuesto por gran número de probióticos y otros ingredientes beneficiosos para la salud. La fermentación con la que se obtiene esta bebida es doble: ácido-láctica, por la acción bacteriana y alcohólica, por las levaduras.

Esta fermentación se consigue dejando que los gránulos o nódulos de kéfir, unos cultivos vivos especiales, originarios del Cáucaso, fermenten en la leche durante 24 horas. Son estos gránulos, que cuentan con muchas proteínas y microorganismos como aromas, levaduras y bacterias, los que se encargan de producir el ácido láctico. Y es todo ello lo que contribuye a reforzar nuestro sistema inmunológico, regular el colesterol y favorecer la digestión, entre otros beneficios, si lo consumimos. Al resultado de esta fermentación se le conoce también como leche kefirada.

Asimismo, es posible dejar fermentar los nódulos de kéfir en agua con azúcar, en este caso, al kéfir también se le conoce como tibicos. Este kéfir de agua no es tan popular como el de leche.

Dónde conseguir nódulos de kéfir

nódulos de kéfir
amazon.es

Es posible comprar el kéfir ya preparado en los supermercados, pero también puedes hacerlo tú mismo en casa. Tendrás que comprar los gránulos o nódulos de kéfir, aunque ten en cuenta que solo necesitas conseguirlos una vez, puesto que si los cuidas de la manera adecuada fermentan de modo indefinido. De hecho, aquellos que lo consumen de forma habitual suelen compartir los nódulos.

Pero si te resulta imposible conseguirlo de este modo compartido, tienes otras opciones. Puedes preguntar en algún herbolario cercano a tu casa si regalan kéfir, pues algunos tienen esta deferencia con sus clientes. Por otro lado, hay sitios web donde se vende kéfir, y no te será difícil encontrarlos. Asegúrate ante todo que sea una página legal y de confianza para evitar engaños.

Una vez tengas tus nódulos y crees tu colonia de kéfir, comprobarás cómo puede duplicar su tamaño en un par de semanas, y no necesitarás más.

Cómo preparar kéfir

kéfir con zumo
Pxhere

De la manera más tradicional, el kéfir se pone a fermentar en bolsas de piel que se golpean entre sí varias veces a lo largo del día, pero para hacerlo en casa no necesitas nada más que un buen recipiente de vidrio. En realidad, te valdría cualquier recipiente de un material no corrosivo, pero el vidrio es resistente y fácil de limpiar, además de asegurar el flujo de aire sin problema, por lo que es la opción más sencilla y recomendable. Ten en cuenta que el proceso de fermentación provoca que se expulsen gases.

Para preparar el kéfir de leche puedes usar cualquiera de los tipos de leche disponibles en el mercado, incluso las vegetales, por lo que también pueden tomarlo aquellos que presentan alguna intolerancia a las leches de origen animal. El método es muy sencillo. Solo tienes que introducir los gránulos de kéfir en el recipiente de vidrio con la leche y dejarlo fuera de la nevera durante uno o dos días. Calcula una cucharada de gránulos por una taza de leche. Los granos absorben el azúcar de la leche y empiezan a multiplicarse.

Al pasar las horas, comprobarás cómo aparece el suero, ese líquido amarillento que se desliga del kéfir, y cuanto más tiempo pase, más agrio será. Recuerda que a mayor número de gránulos y menor de leche, más rápidamente se produce la fermentación.

Una vez pasado ese tiempo, deberás colar los gránulos con un colador de acero inoxidable o de plástico, y tu leche kefirada ya podrás introducirla en la nevera para consumir o para usar en recetas.


Conservación de los gránulos de kéfir

No tires los gránulos de kefir, pues te servirán para hacer más. Lo que deberás hacer será introducirlos en un recipiente de vidrio de nuevo para repetir la operación y así siempre tendrás disponible kéfir en tu casa. Recuerda que los nódulos siempre deben estar blancos y de textura elástica, en caso contrario, se habrán estropeado y deberás tirarlos. Además, si el kéfir se pierda, tendrá un desagradable olor a rancio, y tampoco estará en condiciones de ser consumido.

Por último, si no te animas a preparar tú mismo el kéfir y vas a comprarlo preparado, debes saber que lo encontrarás a la venta de dos tipos: de leche de cabra y de leche de vaca. El de leche de vaca tiene un sabor más suave, que puede recordar al de los yogures naturales, aunque suele recomendarse tomar el de cabra.



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