España: país de migraciones internas

España: país de migraciones internas
Un hombre sentado en un silla en una de las calles empedradas de Patones de Arriba, a 6 de abril de 2022, en Patones de Arriba, Madrid (España).- EUROPA PRESS

Mari Nieves García Molina (@marinieves_gm)

  • Las migraciones rurales a las ciudades, principalmente de jóvenes, y la 'España vaciada' son algunas consecuencias de los movimientos migratorios internos

A menudo cuando nos hablan de migrantes tendemos a relacionarlo inconscientemente con migrantes que protagonizan saltos en las vallas de Ceuta y Melilla o con naufragios en el Mediterráneo de personas que huyen de sus países en pateras. Esto se debe a las narrativas que escuchamos en nuestro día a día y que contribuyen a crear una falsa imagen de la migración en la que los inmigrantes vienen a España necesariamente en pateras o saltando "la valla" (pese a que en realidad la mayoría de las personas inmigrantes que llegan a España lo hacen en avión). Sin embargo, la realidad también ha dejado patente que no hace falta salir de nuestras fronteras para encontrar flujos migratorios: la migración rural a las grandes urbes, que han resultado en el fenómeno conocido popularmente de "la España vaciada", dan buena fe de ello. Además, dentro de nuestras fronteras también se producen migraciones internas fundamentalmente entre provincias o entre Comunidades Autónomas.

Tras la crisis económica de 2008 la migración, tanto internacional como interprovincial, ha aumentado especialmente en las provincias con fuerte tradición emigratoria (es decir, cuya población oriunda tiende a abandonar su lugar de residencia habitual en busca de mejores condiciones de vida dentro del país) del interior y del noreste de España. Durante este periodo se concedió especial importancia a la emigración de jóvenes españoles cualificados al extranjero, fenómeno que se vino a denominar "fuga de cerebros". Pese a que la irrupción en 2020 de la pandemia provocada por la COVID-19 parece haber repercutido de manera coyuntural en las tendencias de movilidad, sobre todo en las del despoblamiento rural, los movimientos migratorios internos han experimentado un aumento más acusado que el experimentado por la emigración al extranjero, especialmente si nos centramos en el éxodo de talento local desde las regiones despobladas hacia las áreas metropolitanas más avanzadas.

Los movimientos migratorios internos han experimentado un aumento más acusado que el experimentado por la emigración al extranjero

Los factores que explican este fenómeno son sobre todo los económicos, aunque no son los únicos. La falta de oportunidades también constituye un factor fundamental. Así, la diferencia tanto en los salarios como en el desempleo llevan a que muchos ciudadanos y ciudadanas decidan abandonar su provincia originaria en busca de mejores oportunidades y mayor calidad de vida.

Los jóvenes suelen ser los más propensos a emigrar, incluso pese a que en su provincia de destino las perspectivas económicas no sean mucho mejores que en las de su provincia originaria. Según el informe de la Fundación SM, más del 52% de los y las jóvenes creen que es más que probable que tengan que emigrar en un futuro. La Comunidad de Madrid es la que mayor migración interna atrae: según los últimos datos aportados por el INE, 66.419 personas emigraron a dicha provincia en el segundo semestre de 2021 proveniente en su mayoría de las provincias limítrofes (Ávila, Ciudad Real, Cuenca y Toledo) y de otras más alejadas, como Badajoz. Sin embargo, la Comunidad de Madrid es también una importante emisora de población hacia otras provincias, fundamentalmente las limítrofes, tal y como demuestra su saldo migratorio negativo registrado en 2021 según el INE como consecuencia de que 110.174 personas trasladaron su lugar de residencia habitual fuera de Madrid. Asimismo, según los datos publicados tras la revisión anual del Padrón Municipal realizada por el Ayuntamiento de Madrid, la ciudad de Madrid perdió 25. 648 en 2021. Este hecho puede deberse, entre otros factores, a los elevados precios de la vivienda y del alquiler en Madrid y a los cambios producidos en las tendencias tras la pandemia provocada por el COVID-19 y tras el confinamiento que ha llevado a que muchos habitantes prefieran cambiar su domicilio lejos de las abarrotadas calles de Madrid, por viviendas más grandes en municipios menos poblados.

Madrid es la comunidad que mayor migración interna atrae, pero también es una importante emisora de población hacia provincias limítrofes

Pero, ¿por qué Madrid? Para Marcela Morcino, estudiante universitaria, aquello que la llevó a decantarse por ir a estudiar a Madrid fue que "la carrera no se encontraba en Badajoz [su ciudad natal] por lo que Madrid me pareció la mejor opción debido a las numerosas oportunidades que ofrece". Además expresa que "muchas de mis amigas también se fueron a estudiar fuera de Extremadura". Paquita Martorell, mallorquina que se encuentra estudiando en Madrid, coincide con Marcela en que el hecho de que la carrera universitaria que estudia no se encuentra en Mallorca la "obligó" a abandonar su ciudad decantándose por Madrid. Pese a ello, ambas reconocen que no se hubieran quedado en sus ciudades aunque la carrera universitaria que estudian estuviera allí dado que Madrid "ofrece más oportunidades y experiencias" y señalan además el importante rol que desempeñó el "prestigio" de las universidades públicas de Madrid en sus ámbitos de estudio a la hora de decantarse por ir a estudiar allí. Sin embargo, Paquita expresa en tono de humor que "en Madrid no hay playa" y echa en falta pasar la tarde bajo la sombrilla con su familia y amigos.

Las desigualdades territoriales aumentan concentrando el capital económico y humano en unas pocas provincias mientras las restantes hacen frente al envejecimiento

Encontramos, por tanto, que junto a la falta de oportunidades la inexistencia de centros universitarios o académicos donde seguir formándose también constituye un factor explicativo de la migración interna que se da en nuestro país. De este modo, las provincias donde se sitúan las ciudades más dinámicas o "ciudades globales", como Madrid o Barcelona, que concentran abundantes recursos sociales y están bien conectadas con el resto de territorios del país, además de atraer importantes inversiones de capital también lo hacen de talento en detrimento de las provincias del interior peninsular, que ven cómo pierden población local año a año. En consecuencia, las desigualdades socioeconómicas territoriales aumentan concentrando el capital económico y humano en unas pocas provincias mientras las restantes tienen que hacer frente al envejecimiento de su población y a la baja tasa de natalidad.

Por ello, la población inmigrante procedente del exterior de España se convierte muchas veces en la única solución posible para afrontar la despoblación de estos territorios. Un informe publicado por la Fundación Social "La Caixa" expone que  en los municipios de menos de 10.000 habitantes uno de cada cinco nuevos habitantes han nacido fuera de España dejando así patente que la población inmigrante supone un "respiro" para la España vaciada.