Otras miradas

Las cosas que Rubiales no ha dicho en la entrevista a Piers Morgan

Ana Bernal-Triviño

Los hombres que han sido denunciados por violencia machista, en cualquiera de sus variantes o grados o intensidad, han aprendido que si el tema está delicado para el juicio, hay que convencer y ganarse a la opinión pública. Y para ello nada mejor que una entrevista.

Dejamos al margen el caso de Antonio David Flores y el uso de los medios como tertuliano para cuestionar y atacar la imagen pública de Rocío Carrasco. Pero es que tenemos ejemplos de sobra. Los medios ya deberían de saber que no se entrevista a maltratadores, pero entrevistaron al Yoyas tras una condena y siendo prófugo de la justicia. Los medios ya deberían de saber que no se debe entrevistar a acusados en prisión, pero se entrevistó a Dani Alves a pesar de que con sus palabras dañara a la víctima. Una y otra vez, conscientes de que las mujeres que han denunciado no van a hablar hasta el juicio y no harán declaraciones públicas, aprovechan determinados medios para limpiar su imagen.

Rubiales lo ha hecho con Piers Morgan, periodista británico hermanado con el expresidente de la RFEF en sus ataques al feminismo. Y también con Alvise, conocido más que por sus éxitos periodísticos por sus desastres, arrastrando condenas por vulnerar los derechos de Manuela Carmena, José Luis Ábalos o Ana Pastor. El negacionismo tiene sus propios recursos y es hábil en desplegarlos. Solo le hace falta la marioneta. Rubiales, Morgan y Alvise. Menudo pack y menudo cóctel de relato victimista y de proyección.

Ayer los medios daban en redes, casi al minuto, titulares de la entrevista de Morgan a Rubiales. Y, como era previsible, se ve que Rubiales se olvidó de citar determinados detalles a Morgan, quien se quedó solo en la superficie de lo ocurrido. Repasemos, porque el contexto es importante:

  1. Dice que él reaccionaría igual con los jugadores de la selección masculinos. El problema es que no hay imágenes de ello y que, por ejemplo, en las Nation's League, en la entrega de medallas, no lo hizo a ninguno. ¿Casualidad? Se pone en bastante duda.
  2. Dice que Hermoso lo levantó, cuando hasta ahora sabemos en un vídeo que él es quien se lanza sobre ella y que provoca que llegue ella a perder parte del equilibrio al sostener su peso para no dejarlo caer.
  3. Que alguien te dé un abrazo no significa que puedas ir más allá. Se le ha pasado comentar a Morgan que en su propia Federación, su protocolo contra la violencia sexual, consideraba sancionable el comportamiento de un beso en los labios, en su situación de superioridad.
  4. Se le ha olvidado recordar que el momento no es producto de un subidón de alegría solo. Insiste en que hizo la pregunta de que la iba a besar. Lo que obvia es que si hizo la pregunta es casi peor. En ese caso ya no hay un impulso instintivo sin pensar. Hay una verbalización de la intención, que la termina ejecutando, cuando en esa verbalización pudo haberse frenado. Además, lo que vemos es que la sujeta por la cabeza.
  5. Dice que no la acosó pero quizás tendrá que explicar por qué en el vídeo de celebración en vestuarios, una persona de la Federación llama a Hermoso para decirle que tiene que hablar con Rubiales. Ella se retira y habla con ella por más de cinco minutos. Además, habrá que dar explicaciones de más de un comunicado de la RFEF que incluye unas supuestas declaraciones de Hermoso.
  6. Recuerdo que tras la declaración de Hermoso es la propia Fiscalía la que detalla en su escrito el posible delito de agresión sexual y añade, además, el de coacciones. Por otro lado, habrá que aclarar quién está detrás del hackeado de los teléfonos móviles a las jugadoras, cuestión desvelada por Vero Boquete.
  7. Se le ha pasado comentar que, en España, la agresión sexual es todo acto que atenta contra la libertad sexual. Que por mucho que se diga "piquito", no se rebaja el hecho.
  8. Dice ahora que esto no es un enfrentamiento entre hombres y mujeres. Para no serlo, bien que tiró de denunciar a un "falso feminismo" y bien que se alía con comunicadores marcados por su machismo. Porque lo que ocurrió no fue culpa del feminismo, sino que el acto lo hizo él. Quien hasta ahora lo ha calificado de posible agresión sexual ha sido Fiscalía.

El viernes declarará ante la Audiencia Nacional. Poco podrá variar lo que ya declaró en su famosa rueda de prensa, donde podía haber evitado él solo llegar hasta aquí. Mientras, como esto es de patrón, seguirá usando a los medios como una tabla de salvación. O quizás los medios lo usen a él también. Porque, al margen de su caso personal, tienen el objetivo común de tirar al feminismo por los suelos. Justo porque el feminismo defiende unos derechos que detestan. Porque ese feminismo pone pie en pared a tantas situaciones donde ellos tenían carta blanca y barra libre. Entre ellos se dan la mano, pero también se retratan. Ellos y su estrategia. A ver si al final, más que ayudar para enmendar tantos despropósitos, se le termina por volver en contra.

Más Noticias