Este artículo se publicó hace 4 años.
Arabia SaudíNace un partido político que aspira a implantar la democracia en Arabia Saudí
Disidentes saudíes en el exilio y en el interior han establecido un nuevo partido político, NAAS, que persigue introducir la democracia en Arabia Saudí. La nueva formación no excluye la monarquía pero quiere que la población vote una constitución de corte liberal y critica las políticas del hombre fuerte, el príncipe Mohammad bin Salman.
Eugenio García Gascón
En septiembre se fundó un nuevo partido político en Arabia Saudí, un país donde los partidos están prohibidos bajo pena de cárcel. En realidad, la nueva formación, Hizb al Tayammu al Watani, Partido de la Asamblea Nacional, o NAAS (Gente), se estableció principalmente en el exilio y cuenta con un número reducido y clandestino de afiliados en Arabia Saudí.
NAAS es el primer grupo de oposición que se organiza durante el reinado de Salman y por lo tanto bajo la autoridad de su hijo el príncipe Mohammad bin Salman. Se considera una fuerza que quiere establecer la democracia en Arabia Saudí. Aunque no se manifiesta de manera explícita sobre la monarquía, NAAS ha denunciado significativamente la "agresiva" política exterior de Bin Salman contra otros países árabes de la región.
Exige la separación de poderes, una circunstancia prácticamente desconocida en la zona, la creación de un Parlamento electo y el sometimiento a referéndum de una constitución. Todos estos objetivos quedan fuera del horizonte mientras Bin Salman esté al mando, e incluso quedan más allá del horizonte puesto que el joven príncipe de 35 años está allanando el camino para convertirse en el próximo monarca.
Según The Daily Telegraph, la formación de NAAS constituye un desafío no solo para el príncipe sino para el conjunto del sistema puesto que pretende poner en marcha una campaña a favor de la libertad de expresión, aplastada en el país, y es favorable a la instauración de la democracia en un reino particularmente conservador, una iniciativa que podría acabar de cualquier manera.
Entre sus fundadores figuran artistas, investigadores y opositores políticos que instan al sistema a poner fin a la represión, una demanda que de ninguna manera puede aceptar Bin Salman, que en los últimos años ha dado muestras suficientes de tener un carácter autoritario con un plan definido para modificar ligeramente el sistema siempre que él pueda mantener el poder absoluto.
"El partido se fundamenta en la voluntad activa de una generación de saudíes que quiere reformas políticas y civiles, y no reformas cosméticas", dijo la profesora Madawi al Rashid. Según esta portavoz del nuevo partido que reside en Londres, es preciso que NAAS sirva de unificador del movimiento pro-democracia.
El anuncio se hizo el 23 de septiembre, en vísperas del segundo aniversario del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí de Estambul, que se cumplió el pasado viernes. Amigos del periodista dijeron que pocos meses antes de su muerte, Khashoggi había registrado un partido, Democracia en el Mundo Árabe Ahora, cuyo objetivo era impulsar la democracia en Oriente Próximo.
Solo unos días antes, Riad decidió cerrar el juicio por el asesinato de Khashoggi eliminando las sentencias a muerte y sustituyéndolas por penas de hasta 20 años de cárcel, sin que se revelara la identidad de los condenados. Numerosas organizaciones internacionales tildaron el juicio de "farsa".
El grueso de los implicados en la creación de NAAS reside en el extranjero. Se estima que millares de saudíes han elegido el camino del exilio por desacuerdo con las políticas de Bin Salman. De acuerdo con el Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas, el número de exiliados saudíes se multiplicó por tres entre 2012 y 2017, una tendencia que no ha bajado desde entonces.
En la declaración que acompañó a la fundación de NAAS, los firmantes dijeron que "no albergan hostilidad personal hacia la familia real". Uno de los firmantes, Yahya al Asiri, de 40 años, es un activista de derechos humanos que durante años trabajó en la Fuerza Aérea Saudí y a quien el Reino Unido concedió asilo en 2017. El fin del partido, dijo Asiri, es "instituir la democracia como forma de gobierno en el reino de Arabia Saudí".
Según algunos medios occidentales, dentro de la misma familia real ha crecido la tensión en los últimos meses, especialmente desde marzo, cuando Bin Salman detuvo a tres miembros prominentes de la familia real a los que acusó de conspirar contra él.
La misma normalización con Israel, que formalmente todavía no se ha completado, habría suscitado tensiones entre el rey Salman, de 84 años, y su hijo. El príncipe es partidario de establecer plenas relaciones con el Estado judío cuanto antes, mientras que su padre se muestra reacio en tanto no solucione la cuestión palestina.
"Hay una lucha de poder que puede conducir a graves disturbios, esta vez entre la familia real", dijo Al Rashid. "La sociedad saudí pagará el precio de la agitación en lo más alto de la escalera. Para aliviar estas condiciones, que pueden llevar al país a una situación difícil y a la violencia, hemos decidido presentar una plataforma y una visión alternativas".
A todo esto, la situación económica de Arabia Saudí está experimentando una crisis notable debido tanto al coronavirus como a la sobreproducción de petróleo a nivel mundial. Esta circunstancia pone en entredicho los grandiosos planes de reforma económica y social del príncipe Bin Salman, quien además no parece dispuesto a rectificar los grandes errores que ha cometido en política exterior.
A pesar del puñado de reformas que ha impulsado, como permitir que las mujeres conduzcan vehículos, los detractores dicen que Bin Salman ha detenido clérigos religiosos, activistas políticos e intelectuales disidentes, e incluso a rivales potenciales al trono dentro de la familia real.
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