Este artículo se publicó hace 14 años.
Cae en Pakistán el número dos de los talibanes
El mulá Abdul Ghani Baradar fue capturado hace unos días. Es el arresto más importante en nueve años de guerra.
Las fuerzas aliadas han asestado un duro golpe a los talibanes. Mulá Abdul Ghani Baradar, número dos en la cadena de mando de la insurgencia, fue detenido en la provincia de Karachi hace unos días por las tropas de EEUU y Pakistán.
Para las fuerzas de la OTAN significa un paso adelante puesto que se trata del arresto más importante desde que empezara la guerra en 2001. Según informa el diario The New York Times, que cita fuentes de la Casa Blanca, Baradar fue capturado en Karachi (Pakistán) en una operación secreta conjunta entre Estados Unidos y Pakistán.
Por el momento se desconoce si se ha prestado a dialogar, aunque los militares que le arrestaron confían en que pueda llevar a las tropas de la ISAF a capturar a otros mandos. Parece que tras la caída de Baradar los militares occidentales han experimentado un gran empujón anímico y, según el diario, esperan que el Mulá Omar sea el siguiente.
Según el mismo diario, la información ha salido a la luz más tarde de lo esperado a petición de la Casa Blanca, que no quería desbaratar una operación de la Inteligencia de tales dimensiones.
Aún falta una confirmación oficial, aunque los talibanes hicieron este martes la suya, negando la detención. "Las informaciones del arresto del mulá Bradar son falsas e infundadas. No está en Pakistán sino ocupado en la yihad en Afganistán". Estas palabras vienen de Muhammad Yousuf Ahmadi, uno de los portavoces de la insurgencia, citado por la agencia AIP.
"Incluso cuando capturas a sus líderes, siguen adelante"Baradar nació en 1968 en Weetmak, una pequeña localidad de la provincia de Oruzgan, en Afganistán. Los expertos en terrorismo le describen como un líder que juega un papel esencial en las operaciones militares y financieras de los talibanes.
La agencia Reuters obtuvo las declaraciones de un alto oficial estadounidense bajo condición de anonimato. "Diría que es una detención bastante significativa", dijo la fuente que, sin embargo, no quiso lanzar las campanas al vuelo. "El problema es que incluso cuando coges a sus líderes, acaban por seguir adelante", dijo.
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