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El dilema de Nápoles: la legalidad o el lado oscuro

Los napolitanos tendrán que decantarse por el exfiscal Luigi de Magistris o el candidato berlusconiano, relacionado con la mafia

DANIEL DEL PINO

La segunda vuelta de las elecciones municipales en Nápoles enfrenta a Gianni Lettieri, candidato del Pueblo de la Libertad (PdL) de Berlusconi, que obtuvo el 38,5% de los votos en el primer turno, y Luigi de Magistris, eurodiputado de Italia de los Valores (IdV), que se convirtió en la sorpresa del centroizquierda recogiendo el 27,5%.

Como ya ocurriera en Milán, la campaña ha estado marcada por los constantes ataques del entorno de Silvio Berlusconi a De Magistris, al que ven como el enemigo por el hecho de haber sido fiscal antimafia.

El candidato de IdV, sin embargo, cuenta con todas las papeletas para convertirse en alcalde de Nápoles, ya que arrastrará probablemente a los votantes del Partido Democrático, cuyo candidato, Mario Morcone, obtuvo un penoso 19% hace dos semanas, lo que significó el fin a 15 años de reinado de esa formación.

A las diez de la noche de ayer había votado el 34,78%, casi ocho puntos por debajo de la anterior vuelta que al final de las votaciones tuvo una abstención del 40%.

La abstención en la primera vuelta llegó a alcanzar el 40% La anécdota de la jornada la protagonizó Lettieri, que fue expulsado de un colegio por un policía ya que podía estar violando la ley electoral. Colegios en los que había una fuerte presencia de agentes de paisano para evitar la compra de votos por parte de la mafia.

El perfil de ambos candidatos es muy distinto. De Magistris es visto como el representante de la legalidad, mientras que sobre Lettieri pesa la sombra de haber sido elegido a dedo por Nicola Cosentino, coordinador regional del PdL campano, cuya relación con la Camorra le ha costado una acusación en firme por tráfico de basuras y asociación mafiosa.

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