Defender “los valores americanos” ya es un requisito para dar clases en Oklahoma. Los nuevos profesores deberán pasar un test ideológico para demostrar que están suficientemente alineados con los valores America First - la agenda trumpista- o bien serán descartados por ser “adoctrinadores woke”. El superintendente de Educación, Ryan Walters, ha anunciado que este cuestionario será un requisito para todos aquellos maestros que provengan de los estados demócratas de California, Nueva York y Washington. 

Walters justifica la medida arbitraria como un filtro ante los profesores que provienen de estados con una agenda educativa más progresista y cuyos estándares considera “antiéticos”. “Están tratando de manipular la mente de nuestros niños, para convertirlos en luchadores de la justicia social, en lugar de dar a los niños el talento de conseguir un buen trabajo y vivir una buena vida”, expuso Walters cuando anunció la polémica decisión.

En total hay 34 preguntas, donde por ejemplo se pide responder “cuál es la diferencia fundamental biológica entre hombres y mujeres” o “por qué la libertad religiosa es importante para la identidad de Estados Unidos”. Cuestiones que claramente están orientadas a deducir el posicionamiento de los futuros maestros ante dos de las grandes batallas culturales del conservadurismo en las aulas: la censura de las cuestiones LGTBIQ+ - con especial ensañamiento contra las personas trans-, y el avance de una supuesta libertad religiosa que es el pretexto para imponer la fe cristiana en las aulas.

El examen está realizado por la organización conservadora Prager University, la cual es conocida por crear material educativo patriótico y que enfatiza los puntos de vista conservadores. 

En Oklahoma, sindicatos de profesores ya han criticado públicamente el examen como una medida propagandística y alertan de que desincentivará las solicitudes para enseñar en el estado republicano. A pesar de que Walters promete mejorar la educación para los niños de Oklahoma, recientemente las escuelas están en apuros para encontrar profesores suficientes. Aun así, el superintendente sigue atacando a los sindicatos por criticar la medida. 

“La gente de Oklahoma vio cómo los sindicatos de profesores tomaban el control de las clases y cómo durante el covid se cerraron las escuelas contra su voluntad. Los padres han visto pornografía en las escuelas… un movimiento nacional para adoctrinar a los niños. Por eso vamos a poner fin a eso y devolver la educación, y vamos a sacar a los sindicatos de profesores fuera de las aulas”, decía Walters en la cadena local KOCO 5. Para el movimiento ultraconservador cristiano que está intentando influir en el rumbo educativo libros con menciones a cuestiones LGTBIQ+ o incluso clásicos que mencionan escenas de sexo han sido tachados de “pornografía” y censurados.

En 2023, la organización a favor de la libertad de expresión PEN America situó a Oklahoma como el cuarto estado que había prohibido más libros en las aulas, después de Texas, Pensilvania y Florida. A pesar de estar en la cuarta posición, el informe apuntaba que en 2022 se habían implementado más prohibiciones de libros en las escuelas de Oklahoma que en todos los estados, con excepción de tres. 

Walters está sumando puntos dentro del trumpismo y se ha encargado de avanzar la agenda del presidente en Oklahoma. El pasado mes de noviembre, poco después de que Trump ganara las elecciones, el superintendente anunció que su estado sería el primero en devolver “la Biblia a las escuelas” ante el avance de “la izquierda radical”. También apoyó la nueva directriz que ordena a los profesores enseñar que “hubo discrepancias para reconocer los resultados de las elecciones de 2020”. Una visión que refuerza las teorías de fraude electoral que Trump agitó después de perder contra Joe Biden y que no tienen ningún tipo de base. 

La libertad de cátedra de los profesores y el currículum escolar se han convertido en uno de los principales blancos de la agenda ultraconservadora de Trump. Este mismo lunes ya ha avanzado que piensa aplicar una nueva directriz para imponer “la plegaria” en las aulas.