Este artículo se publicó hace 13 años.
El flirteo por Facebook que acabó en humillación
La chica a la que el congresista demócrata Anthony Weiner mandó las fotos subidas de tono cuenta cómo empezó el coqueteo
Anthony Weiner tenía una de las carreras más prometedoras dentro del partido Demócrata. Congresista por Nueva York, su discurso era uno de los más liberales (en el sentido estadounidense) y apreciados. Lo tenía todo: un brillante curriculum, un prometedor futuro y un recién estrenado matrimonio. Manejaba redes sociales como Twitter y Facebook, donde contaba con perfil propio. Unas redes que al final le han atrapado en su madeja hasta liquidar, probablemente, su carrera política.
Meagan Broussard fue una de las seis chicas con las que, según ha reconocido el propio político, flirteó a través de Facebook. Por el momento es la más relevante de la lista, ya que han sido las fotos que Weimer le mandó las que le llevaron a pedir ayer públicamente perdón. Con todo, por ahora se resiste a dimitir.
Entrevistada esta mañana en el programa Good Morning America, Broussard, madre soltera de 26 años de Texas, ha relatado cómo se inició el contacto con el congresista y cuándo se abandonó.
Fue la chica la primera en dar el paso, en abril pasado, sorprendida tras escuchar en Internet un discurso del congresista. Se metió en su perfil en Facebook y escribió en el muro la palabra "Hotttt" (caliente). A Weiner le faltó tiempo para recoger el guante. El mismo día le mandó una invitación para ser amigos ("sólo pensé que era extraño", se justifica la chica) y comenzó a escribir a la estudiante por el servicio de mensajería instantánea de la propia red social. "No era como si le estuviera persiguiendo", ha contado Broussard, quien atribuye toda la responsabilidad de lo sucedido al político.
La conversación era de lo más normal. "Me preguntaba por Texas y cosas por el estilo", bromeando mucho y disfrutando del momento, asegura la estudiante. Lo que al principio eran unos mensajes se fue transformado con el paso de los días en conversaciones más largas. A diario. Hasta que, asegura Broussard, el congresista dio un giro a la relación, sólo tres o cuatro días después de que iniciaran el contacto.
Comenzó a tratar temas personales, lo que levantó todas las sospechas en la chica. ¿Cómo era posible que un congresista demócrata de Nueva York estuviera flirteando con ella, una simple estudiante de 26 años, por Internet? Broussard necesitaba una prueba que demostrase que la otra parte era la que realmente decía ser. Que el congresista era el congresista. Le retó: tenía que mandarle una fotografía en la que apareciese sujetando un folio en el que pusiera 'me' (yo).
Weiner se hizo la foto y se la mandó. La misma foto que, este lunes, publicó un blog conservador y que tardó apenas unos segundos en ser reenviada vía Twitter y Facebook por miles de usuarios. Fue la imagen que marcó el punto y final de las mentiras del congresista, que siempre había negado el coqueteo.
Durante la entrevista Broussard ha insistido una y otra vez en su inocencia: ella no le incitó, en ningún momento le provocó y, mucho menos, le siguió el juego. Sí le envió fotos suyas, ha admitido, pero muy lejos de ser "escandalosas". En cambio, Weiner le mandó una con el torso desnudo, que también ha sido publicada, tomada delante de retratos del congresista con otros dignatarios y su familia. La imagen le inquietó.
Hasta que llegó la foto final: la de los calzoncillos del congresista con su miembro enhiesto. "Simplemente pensé que era peligroso. Peligro real", ha comentado Broussard.
Weiner había jugado con fuego y empezaba a achicharrarse.
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