Francia cruza todas las líneas rojas y enviará aviones y militares a Ucrania
Zelenski logra una mayor implicación de Occidente en Ucrania y acelera el choque sin frenos con una Rusia, que, en respuesta, enarbola de nuevo la amenaza nuclear.
La participación estelar del presidente Volodímir Zelenski en los fastos del 80 aniversario del Desembarco de Normandía ha supuesto para Ucrania un espaldarazo en su lucha contra Rusia justo cuando su situación en el campo de batalla es peor. Una ayuda que dispara la implicación occidental en la guerra y que acerca más la confrontación directa entre las fuerzas rusas y los militares franceses y de otros países de la OTAN que pronto estarán operando en Ucrania.
La respuesta de Vladímir Putin, que fue el malo de los festejos del 6 de junio e incluso fue comparado a Hitler por algunos de los mandatarios asistentes, no se ha hecho esperar y el presidente ruso ha puesto de nuevo sobre la mesa la disuasión atómica y ha amenazado con cambiar la doctrina militar nuclear de su país para afrontar posibles escaladas bélicas fuera del territorio de Rusia que impliquen incluso el uso de armas nucleares.
"No ignoramos nada. Estamos preparados para todos los escenarios", afirmó Putin el viernes ante el Foro Económico internacional de San Petersburgo. Hace unos días Rusia realizó precisamente unas maniobras militares con manejo de armas nucleares tácticas en las cercanías de la frontera con Ucrania.
Todo ello en vísperas de las elecciones europeas y a una semana de la celebración en Suiza de la llamada Cumbre de la Paz, organizada por Ucrania y sus aliados occidentales. En esta conferencia, a la que no ha sido invitada Rusia y en la que ha declinado participar China, harta de los maquiavélicos tejemanejes geopolíticos occidentales, se quiere hablar de un proceso de paz, cuando en realidad todos los pasos que se están dando se encaminan hacia una guerra que podría desbordar las fronteras ucranianas.
Francia puede poner a la OTAN en un compromiso muy peligroso
El estado de la cuestión en estos momentos, y que deberá ser tratado con urgencia en la cumbre de la OTAN de julio, en Washington, no es ya si Ucrania puede acceder a la Alianza Atlántica en un plazo prudencial, posibilidad harto complicada para antes de 2030. El tema clave será la respuesta que deberá dar ese bloque militar si uno de sus miembros es atacado por Rusia como resultado de su participación en mayor o menor grado y a título individual en la guerra de Ucrania.
Macron juega con fuego y pone en riesgo a todos los socios europeos
Todas las miradas se dirigen a Francia y a la megalomanía militarista que ha adoptado su presidente, Emmanuel Macron, convencido a pies juntillas de que un choque parcial en Ucrania no llevará a una conflagración total entre Rusia y la OTAN. Macron juega con fuego y pone en riesgo a todos los socios europeos, sin que estos, salvo la ultraderechista Hungría, se atrevan a decir nada.
En París, Zelenski, cada día más embutido en su papel de mesiánico salvador, no ya de Ucrania, sino del continente europeo ante la iniquidad rusa, obtuvo el respaldo sin fisuras de Estados Unidos, cuyo presidente, Joe Biden, le pidió perdón por haberse retrasado medio año las ayudas militares estadounidenses por culpa de los legisladores, y a la vez le prometió un inmediato paquete de asistencia militar por 225 millones de dólares.
Pero fue Macron, erigido ya en líder del intervencionismo militar europeo en Ucrania, quien dio a Zelenski los mejores ánimos en unos momentos muy complicados para el presidente ucraniano, con Rusia tomando la iniciativa en el campo de batalla y con nuevos frentes que a duras penas puede abarcar el ejército de Kiev.
"Digamos que el señor Macron demuestra un apoyo absoluto al régimen ucraniano y declara que la República Francesa está dispuesta a participar directamente en el conflicto militar", afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ante esta apuesta francesa, ya sin tapujos, por el intervencionismo en Ucrania.
Instructores y cazas franceses para Ucrania
El principal envite de Macron es la creación inmediata de una "coalición" de países que estén dispuestos a enviar a sus "instructores militares" a Ucrania para formar in situ soldados. Una propuesta un tanto extraña, puesto que los países europeos llevan entrenando a los militares ucranianos por miles desde que comenzó la invasión rusa, el 24 de febrero de 2022.
Sobre el envío de esos instructores militares "varios de nuestros socios nos han mostrado su consenso. En los próximos días lo perfilaremos", anunció Macron en rueda de prensa junto a Zelenski.
Macron además indicó que París entregará a Kiev un número indeterminado de aviones de combate Mirage 2000-5, que se unirán a las escuadrillas de F-16 que aportarán otros países de la OTAN, como Holanda o Dinamarca.
Una de las mayores preocupaciones de Ucrania y Occidente es la supremacía de Moscú en el aire, que les permite a los aviones rusos atacar con bombas planeadores o misiles objetivos en toda la línea del frente, con especial eficacia en la nueva zona de combates en la región ucraniana de Járkov.
Macron indicó que Francia se encargará de preparar a los pilotos de esos aviones, además de "equipar, entrenar y armar" a una brigada de 4.500 soldados ucranianos con ese plan de los instructores galos en territorio de Ucrania. "¿Formar soldados ucranianos en su propio suelo se trata de una escalada? No. Eso es reconocer la soberanía de Ucrania", manifestó Macron al respecto.
El Kremlin acusa a Francia de promover el envío de tropas a Ucrania
Pero el Kremlin acusa a Francia de promover el envío de tropas a Ucrania, no solo como instructores de soldados, sino como asesores militares y para manejar los sofisticados armamentos que se les está entregando Occidente a los ucranianos.
En febrero pasado, Macron sugirió el envío de tropas Ucrania. Ante el rechazo que obtuvo inicialmente tal idea en la OTAN, Macron quiso entonces suavizarla y dijo que serían equipos para retirar minas y ayudar en la logística. Esta explicación tampoco se la creyó nadie.
La guerra va mal. Se necesitan tropas, no solo armas
La marcha de la guerra no es favorable para Ucrania, superada en la región de Donetsk y ahora con un nuevo frente en Járkov. Ello ha impulsado a Macron a suscribir este pacto con Zelenski para enviar sus militares a Ucrania.
Según precisó el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) tras examinar imágenes geolocalizadas del frente ucraniano, las fuerzas rusas han retomado su ofensiva sobre la ciudad de Vovchansk, en Járkov, y siguen avanzando hacia otras localidades en esta región, como Kupiansk y Siversk.
Al tiempo, continúa la conquista de pequeñas aldeas cerca de Avdivka (en la región de Donetsk, oriente del país), Velyka Novosilka (en Donetsk-Zaporiyia, sur de Ucrania) y Krynky (región de Jersón, también en el sur).
Además, se han incrementado los ataques rusos a las infraestructuras ucranianas. Casi la mitad de la capacidad energética disponible de Ucrania ha sido dañada o destruida, según el director general del operador de la red eléctrica ucraniana Ukrenergo, Volodymyr Kudrytskyi.
"Estamos lidiando con una escala de destrucción absolutamente sin precedentes", dijo Kudrytskyi. Ante esta situación, son malas las perspectivas para el próximo invierno y ello podría favorecer la guerra de posiciones que defiende Rusia para afianzar sus conquistas.
Necesidad imperiosa de preparar nuevos batallones ucranianos
Francia enviará a sus instructores haya o no otros países deseosos de mandar a sus cuadros de suboficiales y oficiales al matadero ucraniano. Según dijo Macron, es necesario formar cuanto antes a los nuevos soldados que Ucrania está movilizando de manera masiva.
Tarea un tanto arriesgada, pues se necesitarían miles de estos instructores y decenas de miles de nuevos efectivos para cambiar la situación bélica actual. Y Rusia ya ha indicado que en cuanto pisen el suelo ucraniano se convertirán en "objetivo legítimo" de su Ejército.
Los blogueros militares rusos desde hace semanas insisten en que hay ya soldados franceses en Ucrania e incluso que han sido aniquiladas compañías enteras de esos "instructores" en Lvov, en el oeste, en medio del silencio oficial del Kremlin y del Elíseo, pues el reconocimiento de tales acciones bélicas pondría a los dos países al borde de la guerra abierta. Tales extremos no han podido ser comprobados por analistas independientes.
Zelenski afirmó ante Macron que tanto la formación de soldados ucranianos como la entrega de cazas de combate franceses suponen "un paso hacia el fin de la guerra" y una decidida apuesta por la "protección clara" de Europa ante "el terror ruso".
El objetivo ruso no es conseguir nuevos territorios sino consolidar los ya anexionados
Putin, en cambio, dio algunas pistas ese mismo día en el Foro Económico de San Petersburgo que apuntan a que en los planes rusos no está, precisamente, la finalización de la guerra a corto plazo. Precisó que no habrá nuevas movilizaciones de personal militar, porque el objetivo ruso no es conseguir nuevos territorios sino consolidar los ya anexionados y crear una zona de contención.
Medidas asimétricas… y nucleares
Sobre la creciente involucración occidental en la guerra, Putin amenazó esta semana con adoptar "medidas asimétricas" si Occidente persiste en su estrategia de confrontación, en la cual el Kremlin incluye los pasos dados por Francia y la decisión de muchos países de la OTAN de permitir a Ucrania utilizar los misiles de largo alcance donados para atacar territorio de la Federación Rusa.
Más impacto tuvo la advertencia que lanzó el viernes Putin sobre la posibilidad de que Rusia revise su doctrina militar y en concreto el papel de disuasión de las armas nucleares, a fin de que puedan ser empleadas no solo para defender territorio ruso sino ante cualquier tipo de amenaza contra los intereses de Moscú.
"La doctrina es un instrumento vivo y nosotros seguimos atentamente lo que ocurre en el mundo, a nuestro alrededor. Y no descartamos introducir algún cambio en esta doctrina", expresó Putin en el Foro Económico de San Petersburgo, cuando se le inquirió sobre la respuesta que daría a los ataques ucranianos con armamento de la OTAN contra suelo ruso.
Y lanzó una inquietante observación. Manifestó sus dudas de que Estados Unidos se involucraría en una guerra con armas nucleares estratégicas en caso de que el Kremlin lanzara ataques rusos de represalia contra Europa.
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