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El Gobierno tailandés da un ultimátum al 'frente rojo'

El ejército desalojará hoy por la fuerza el centro de Bangkok, donde ya han muerto 29 personas

ANDREA RODÉS / AGENCIAS

'No hay marcha atrás'. Contundente, el primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, mantuvo el pulso contra los miles de manifestantes antigubernamentales que exigen su dimisión inmediata y les dio un ultimátum de 24 horas: quienes permanezcan en el centro comercial de Bangkok hoy al mediodía serán desalojados a la fuerza por el ejército.

El ultimátum no frenó la violencia en los tres kilómetros cuadrados sitiados por los militares, que han sido declarados 'zona de fuego real' y de los que se permite salir, pero no entrar. Ayer murieron otras cinco personas, elevando a 29 la cifra de víctimas mortales en los últimos cuatro días, en su mayoría manifestantes abatidos por soldados y francotiradores. Además, los heridos superan ya los 200.

El primer ministro veta la mediación de la ONU pedida por los opositores

Las autoridades tailandesas han cortado la electricidad y el agua en la zona asediada. Sin embargo, los miembros del Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura (FUDD), conocidos como camisas rojas, han logrado por ahora burlar las restricciones. Cuentan con generadores y abundantes reservas de víveres y agua potable, que se distribuyen gratis entre los más de 6.000 manifestantes atrincherados detrás de barricadas de alambres de púas, palos de bambú y neumáticos.

'Me quedaré aquí, no pienso marcharme', dijo ayer Jatuporn Prompan, uno de los líderes del FUDD, según Reuters. Aún así, Prompan recomendó a las familias con hijos que se alejen de la zona y busquen cobijo en los monasterios y templos budistas de los alrededores.

Otro de los dirigentes del frente rojo, Natthawut Sakua, tendió la mano al Gobierno para reabrir el diálogo a cambio de la retirada del cerco militar. 'No ponemos ninguna otra condición. No más pérdidas de vidas humanas', dijo Natthawut. Pero la oferta recibió una rápida respuesta negativa. 'Si de verdad quieren hablar no deben imponer condiciones', señaló el secretario general de la jefatura del Gobierno. El Ejecutivo tailandés rechaza también la mediación de Naciones Unidas solicitada por los camisas rojas.

Las autoridades imponen el estado de excepción en cuatro provincias

En previsión de que los disturbios se prolonguen, las autoridades tailandesas han pospuesto una semana el inicio del trimestre escolar y han declarado festivos el lunes y el martes en Bangkok.

'La capital tailandesa está en situación de máxima alerta, la gente empieza a tener miedo', explica por e-mail Jordi Meya, ejecutivo catalán, residente en Bangkok. Meya explica que en las zonas próximas a Ratchaprarop Road, el núcleo de los disturbios, no hay Internet ni cobertura telefónica y a los vecinos se les pide identificación para poder entrar a sus casas.

La organizada resistencia de los camisas rojas está complicando las operaciones del Ejército y existe el temor a que las protestas se expandan a otras zonas de la ciudad. Según la BBC, centenares de personas se juntaron ayer en el área de Klong Toey, una zona alejada de las barricadas, aparentemente, con la intención de distraer la atención de los soldados.

El Gobierno declaró ayer el estado de excepción en cuatro provincias del noroeste del país, bastión opositor, para impedir que los manifestantes reciban refuerzos desde allí. En total, ha impuesto el estado de excepción en 15 provincias, donde los soldados limitan los movimientos de la población. Los disturbios que vive la capital tailandesa son los peores de las últimas dos décadas. Empezaron hace casi dos meses y en ellos han fallecido ya casi 60 personas.

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