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ISIS Uno de los fundadores de Estado Islámico, sucesor de Al Baghdadi como nuevo líder del grupo yihadista

El nuevo líder, nacido en una familia turcomana en la ciudad iraquí de Tal Afar, es un veterano en combate, además de uno de los ideólogos más influyentes en el seno del grupo, lo que implica que es uno de los pocos integrantes no árabes de la cúpula de ISIS.

Militares iraquíes sosteniendo una bandera del Estado Islámico. FUERZAS ARMADAS DE IRAK

EUROPA PRESS

El nuevo líder de Estado Islámico, Abú Ibrahim al Hashimi, ha sido identificado como Mohamed Abdulrahman al Mauli al Salbi, uno de los fundadores del grupo yihadista, según han desvelado funcionarios de dos servicios de Inteligencia citados por el diario británico The Guardian.

Tras la muerte de Abú Bakr al Baghdadi en una operación de las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia siria de Idlib (noroeste), el grupo anunció como su líder a Abú Ibrahim al Hashimi, si bien su identidad real no era conocida entonces.

Según las informaciones de The Guardian, desde entonces los servicios de Inteligencia han podido obtener más información a través de sus redes y han podido determinar que Al Hashimi es el alias de Al Salbi, quien estuvo detrás de la campaña de esclavitud y genocidio contra la minoría yazidí en Irak.

Al Salbi, nacido en una familia turcomana en la ciudad iraquí de Tal Afar, es uno de los fundadores del grupo yihadista y un veterano en combate, además de uno de los ideólogos más influyentes en el seno del grupo, lo que implica que es uno de los pocos integrantes no árabes de la cúpula de Estado Islámico.

En el mensaje en el que confirmó a Al Hashimi como nuevo líder del grupo y nuevo califa, el portavoz de Estado Islámico, Abú Hamza al Qurashi, incidió en su autoridad y dijo que se trata de un erudito religioso y un "experimentado comandante", sin más detalles.

Los funcionarios de Inteligencia han señalado además que Al Salbi es también conocido como Hayi Abdulá y como Abdulá Qardash, si bien fuentes de la Inteligencia iraquí apuntan a que este segundo sería otro yihadista, muerto hace dos años.

Al Salbi ascendió entre las filas de Estado Islámico gracias a su historial como erudito islámico, dado que cuenta con un título en Sharia emitido por la Universidad de Mosul, y emitió fatuas que autorizaron el genocidio contra los yazidíes.

El yihadista fue detenido en 2004 por las fuerzas estadounidenses y encarcelado en Camp Bucca junto a Al Baghdadi, donde ambos hombres se conocieron. Sobre él pesa una recompensa de cinco millones de dólares (cerca de 4,5 millones de euros) emitida por Washington.

De hecho, su nombre surgió como posible reemplazo de Al Bagdadi durante el mes de agosto de 2019 en medio de los rumores sobre su salud, si bien la confirmación llegó tras la muerte del hasta entonces líder del grupo yihadista.

Por el momento no hay informaciones que apunten a dónde podría encontrarse, pero la búsqueda se ha extendido a Turquía, donde su hermano, Adel Salbi, es miembro del partido Frente Turcomano de Irak.

La ciudad iraquí de Mosul figura como una de las opciones, ya que ha sido un refugio de algunos de los altos cargos que aún siguen fugados y que trabajan por volver a consolidar las filas yihadistas.

Así, las autoridades iraquíes anunciaron la semana pasada la detención en la ciudad de Abú Abdul Bari, alias Shifa al Nima, un importante clérigo del grupo yihadista responsable de las órdenes de ejecución de decenas de personas y la voladura de la mezquita construida sobre la tumba del profeta Jonás.

La pérdida del califato

El Gobierno de Irak declaró el 9 de diciembre de 2017 el "fin de la guerra" contra Estado Islámico en el país, después de que los militares recuperaran los últimos bastiones que aún permanecían bajo control de la organización yihadista.

Asimismo, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) tomaron en marzo de 2019 la ciudad siria de Baghuz (este), lo que supuso la caída del califato territorial de Estado Islámico, que perdió así todas las zonas que controlaba en Siria e Irak.

Sin embargo, el grupo ha incrementado en los últimos meses sus ataques en ambos países y está intentando volver a ganar impulso para una ofensiva aprovechando algunos vacíos de seguridad y la nueva situación regional.

En este sentido, las tensiones en la región a causa del asesinato del jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria de Irán Qasem Soleimani en un bombardeo de Estados Unidos e Irak –aplaudida y descrita como una "intervención divina" por Estado Islámico– ha generado preocupación por su posible impacto en la lucha antiterrorista.

Soleimani murió el 3 de enero junto al número dos de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP) –una coalición de milicias pro gubernamentales iraquíes apoyadas por Teherán–, Abú Mahdi al Muhandis, y varios milicianos iraquíes, tras lo que Irán prometió que se vengaría por el ataque.

En respuesta a la muerte de Soleimani, Irán atacó el 8 de enero con misiles dos bases militares situadas en Irak en las que se encuentran desplegados soldados estadounidenses, en lo que el líder supremo iraní, Alí Jamenei, describió como "una bofetada" a Washington.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró horas después que los ataques se han saldado sin bajas, si bien la coalición internacional afirmó el jueves que el bombardeo iraní contra la base de Al Asad causó heridas a once militares estadounidenses.

Por su parte, las autoridades iraquíes criticaron duramente el bombardeo contra Soleimani y las FMP y recalcaron que esta coalición de milicias fue un elemento importante en la lucha contra Estado Islámico.

Así, el Parlamento iraquí aprobó el 5 de enero una moción que exige la expulsión de las tropas estadounidenses del país y obliga al Gobierno a comprometerse a hacer público cualquier acuerdo que alcance en el futuro para la presencia de asesores y formadores militares extranjeros.

Durante la jornada del 6 de enero, el Ejecutivo iraquí limitó las actividades de la coalición internacional y las redujo a los trabajos de entrenamiento y asesoría, prohibiendo sus movimientos por tierra y aire. Por ello, la coalición contra Estado Islámico anunció el 9 de enero una "pausa" de sus operaciones militares en Irak.

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