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Italia en desconfinamiento Italia vigilará la vida nocturna para frenar el coronavirus

Aunque los datos epidemiológicos acerca de la Covid-19 son positivos, las autoridades del país están preocupadas por las aglomeraciones en las zonas de marcha generadas este fin de semana en las principales ciudades italianas

Un cartel en la barra de un bar en Roma pide que se guarde una distancia mínima de seguridad por la pandemia del coronavirus. REUTERS/Guglielmo Mangiapane
Un cartel en la barra de un bar en Roma pide que se guarde una distancia mínima de seguridad por la pandemia del coronavirus. REUTERS/Guglielmo Mangiapane

Italia recurre a la policía y a los voluntarios para frenar la Covid-19 en las zonas de marcha. Hay demasiada gente en los lugares de diversión nocturna, lo cual está preocupando seriamente a las autoridades transalpinas, dado que el temor de un nuevo repunte de contagios podría estar detrás de la esquina. Hay muchas personas, especialmente los jóvenes, que consideran que lo peor ya ha pasado y no va a volver. De modo que están interpretando la nueva flexibilidad de la ley, basada en la convivencia con el coronavirus a base de mascarillas y guantes, como una ausencia de peligro.

Norte, Centro, Sur. Da igual que se trate de la Plaza Campo De’ Fiori en Roma, como de los Navigli de Milán o del centro de Nápoles. Por todas las localidades de Italia hay grupos de personas en bares y restaurantes que generan multitudes por la noche, a menudo sin mascarillas ni guantes. Quien actualmente se encuentre en Italia podrá comprobar que hay una gran mayoría de personas que sí está siguiendo las medidas de protección; pero también hay muchos otros italianos que actúan como si el país no se encontrara ante una nueva normalidad, sino ante una vuelta a la normalidad, a secas. Como si nada hubiera ocurrido.

Además de poder contar con agentes, el Gobierno reclutará a 60.000 "agentes cívicos" para informar a la Policía

El Gobierno italiano, las regiones y los ayuntamientos han tenido que tomar cartas en el asunto. Atendiendo a informaciones aportadas por el conocido periódico italiano Corriere della Sera; durante el pasado fin de semana, el primero de pleno desconfinamiento, en Italia "se han generado un total de 1.200 multas", que han oscilado entre los 400 y los 3.000 euros. Todo ello, sin olvidar la suspensión de decenas de licencias pertenecientes a establecimientos del sector hostelero. Las autoridades policiales, en todo momento, han actuado avisando reiteradamente del riesgo de seguir infringiendo la actual normativa de seguridad anticoronavirus.

Se prevé, desde el poder público, que el problema continúe. Por ello las autoridades transalpinas reclutarán 60.000 voluntarios en todo el país para que controlen los lugares más sensibles en relación a las aglomeraciones de personas en las zonas de marcha de cualquier localidad. La convocatoria oficial, puesta en marcha por el ministro de Asuntos Regionales, Francesco Boccia, y la Asociación de Ayuntamientos Italianos (ANCI), arrancará esta misma semana. Los seleccionados, denominados técnicamente “agentes cívicos”, al ser voluntarios y no efectivos de las fuerzas del orden, no podrán multar pero sí informar a la policía acerca de la eventual generación de multitudes; permaneciendo en lugares públicos como playas, jardines, plazas, parques, mercados, zonas de tiendas, áreas de alta frecuentación.

Vuelta a la normalidad

Aunque los datos acerca del coronavirus en Italia son positivos; en líneas generales, tanto en los medios de comunicación como en la calle, los transalpinos siguen preocupados por la Covid-19. Hay que tener bien presente que dicho territorio ha sido el primer país de Europa en sufrir de forma contundente la epidemia hace tres meses. En la actual fase de desconfinamiento casi completo, igualmente, en Italia ya se pueden hacer ya muchas actividades en convivencia con el coronavirus: desde volver al trabajo hasta plantearse unas vacaciones, pero siguen vedadas las aglomeraciones de personas, sin fecha prevista de derogación, tanto en lugares cerrados como abiertos. De modo que las líneas fundamentales de seguridad están siendo las mismas que durante el confinamiento: mascarillas, guantes, geles desinfectantes, distancia interpersonal y prohibición de generar multitudes de personas. Sobre todo en lugares públicos.

El país con forma de bota se encuentra actualmente en la última fase de desescalada, ya que desde hace una semana los transalpinos pueden beber en los bares, comer en los restaurantes, rezar en las iglesias y cortarse el pelo en las peluquerías. Además, los italianos han vuelto desde ayer a los gimnasios y las piscinas, que deberán seguir unas estrictas medidas de seguridad a higiene. Si todo marcha como previsto, el 3 de junio se podrá viajar entre regiones y a partir del 15 de junio volverán a la actividad cines y teatros.

Estos "agentes cívicos" permanecerán en lugares públicos como playas, jardines, plazas, parques o mercados

Atendiendo a los últimos datos de la Protección Civil Italiana, en el país se han registrado hasta este martes 230.555 casos totales por Covid-19 desde que empezó la epidemia en el país el pasado 21 de febrero. Actualmente se contabilizan 144.658 personas curadas, 52.942 positivos actuales y 32.955 fallecidos. Del conjunto de contagiados todavía positivos, la gran mayoría, 44.504 personas, se encuentran en aislamiento domiciliario; 7.917 ingresadas con síntomas y tan sólo 521 personas en terapias intensivas. En total se han realizado en Italia 3.539.927 pruebas diagnósticas.

"Se puede arriesgar con muy poco"

En las últimas horas, está teniendo mucho éxito en las redes sociales un vídeo institucional promovido por la norteña región de Véneto y su presidente, Luca Zaia. El título del anuncio, que dura 49 segundos, es ¿Aperitivo? y contrapone dos escenarios radicalmente distintos. Por un lado, se ven muchos jóvenes al aire libre bebiendo, celebrando y abrazándose; con unas mascarillas que se quitan regularmente y a su antojo. Por el otro, se ven imágenes protagonizadas por personal sanitario que atiende a pacientes afectados por la Covid-19. El mensaje: “Se puede arriesgar con muy poco. Unos centímetros de menos, un despiste, una mano sobre el hombro, un saludo más afectuoso de lo normal, una risa inocente, estrecharse las manos, una ligereza. Y todo volverá a pararse”.

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