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Londres reconoce al Consejo rebelde como Gobierno libio

Reino Unido entregará a los líderes insurgentes 110 millones de euros congelados a Gadafi

CONXA RODRÍGUEZ

La prudente diplomacia británica dio una súbita sorpresa al llamar al encargado de negocios libio, Khaled Benshaban, al Foreign Office para decirle que en tres días tiene que dejar Londres, y al resto de la delegación le darán plazos parecidos para que haga lo mismo, pues quedan todos expulsados de Reino Unido. El Gobierno de Londres ha decidido reconocer al Consejo Nacional de Transición (CNT o en inglés TNC), la dirección de la insurrección contra el régimen de Muamar Gadafi, como 'la única autoridad de Gobierno de Libia'.

Londres expulsó al embajador, Omar Jelban, el pasado mayo como respuesta al ataque a la Embajada británica en Trípoli. En ausencia de embajador, el encargado de negocios fue el interlocutor del repentino cambio. Imprevisto porque anteayer el ministro de Exteriores, William Hague, proponía que Gadafi se quedase en Libia si abandonaba el poder. El mismo Hague anunció ayer la inesperada vuelta de tuerca para ahogar al régimen de Gadafi en una rueda de prensa en la que dijo que 'el CNT ha demostrado su determinación por una Libia abierta y democrática en contraste con la brutalidad que emplea Gadafi. Sus acciones [las de Gadafi] le han desprovisto de legitimidad'.

El Consejo Nacional de Transición, con sede en Bengasi y representantes en Londres, ha sido invitado a nombrar una delegación diplomática que represente al Estado libio en Reino Unido. La decisión del Gobierno británico se produce tras la presión de EEUU y Francia de cerrar el cerco al régimen de Gadafi, tal como determinó el Grupo de Contacto en la última reunión que tuvo lugar en Estambul (Turquía).

William Hague argumentó: 'No hemos tomado esta decisión antes porque aquí [Gran Bretaña] hay muchos estudiantes libios becados por el Gobierno de su país a quienes hubiésemos perjudicado; ahora los estudiantes estarán atendidos'. La explicación sonó en parte a excusa, pero el Ejecutivo británico sí que ha estudiado las inmediatas consecuencias económicas del reconocimiento.

'En primer lugar vamos a descongelar 91 millones de libras (110 millones de euros) de la compañía de petróleo Arabian Gulf para atender las necesidades básicas. Después descongelaremos reservas monetarias, patrimonio del Banco de Libia, fondos de otras petroleras y otros bienes destinados a los ciudadanos de aquel país', explicó el ministro de Exteriores en su anuncio, con el que daba un giro de 180 grados a lo que sostenía sólo 24 horas antes.

Hague no se quedó corto al criticar a sus antecesores laboristas por la liberación del libio Abdelbaset Al-Megrahi, condenado por el atentado de Lockerbie de 1988 y puesto en libertad en agosto del 2009 por 'razones humanitarias' debido a un supuesto cáncer terminal. Al-Megrahi ha sido visto en una concentración de apoyo a Gadafi.

En el cielo de Lockerbie (Escocia) estalló un avión de la Pan Am y murieron 270 personas. 'La liberación de Megrahi fue un gran error porque las pruebas médicas no tenían ningún valor', remató el jefe del Foreign Office. El diagnóstico médico le dio tres meses de vida. Ayer, el Gobierno autónomo escocés defendió la decisión aduciendo que cumplieron todas las reglas que se aplican a estos casos.

La brusca ofensiva diplomática de Londres contra Gadafi mete otro clavo al féretro político del líder libio junto a la intervención militar, elogiada ayer incondicionalmente por Hague. 'Las fuerzas internacionales bajo el mandato de la ONU

están salvando la vida de miles de libios, todo conduce a un futuro que depende de los libios, ellos tienen que decidir cómo se gobiernan', apostilló el jefe del Foreign

Office, quien subrayó que 'lo mejor para Gadafi es que compadezca ante la Corte Penal Internacional para responder de sus actos'. El futuro del dictador depende de lo que ocurra en Libia, según repitió el ministro británico.

'Esta situación es única', respondió Hague a la pregunta de qué exactamente se reconoce con este volteo diplomático. Los funcionarios veteranos de su ministerio fueron prestos en recordar que estaban en las mismas hace unas décadas en Yemen. 'Los historiados no tardarán en sacar nuevos casos', recalcó a la BBC un exenviado británico en Libia. 'El trato que tendremos con el Consejo Nacional de Transición será igual al que tenemos con el resto de gobiernos de otros países', afirmó el ministro.

Stephen Twigg, portavoz laborista de Exteriores, aplaudió la decisión pero advirtió que 'no damos un cheque en blanco porque todavía hay muchas cosas que aclarar'.

A los pocos minutos del sorprendente anuncio de Hague, un grupo de libios se plantó ante la embajada de Libia en Londres con una bandera tricolor del CNT, exigiendo reemplazar la insignia verde de Gadafi que colgaba del mástil. Los teléfonos de la legación dejaron de contestar y empezó a cundir la sensación de que algo está cambiando, al menos diplomáticamente. Otra cosa es que el cambio llegue a las calles de Trípoli.

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