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Marruecos impide entrar en el Sáhara a dos activistas españoles, agredidos cuando iban a visitar a la activista Sultana Jaya

Un integrante del movimiento de solidaridad con el pueblo saharaui y un fotoperiodista aseguran que recibieron patadas y golpes durante el viaje en el taxi en el que los metieron a la fuerza para alejarlos de la frontera.

Oriol Puig, a la izquierda (con barba) y David Melero, en Tarfaya (Marruecos), ayer antes de la detención.
Oriol Puig, a la izquierda (con barba) y David Melero, en Tarfaya (Marruecos), ayer antes de la detención.

Dos españoles, uno integrante de una asociación solidaria con el pueblo saharaui y otro fotoperiodista, fueron interceptados este miércoles por la noche en Marruecos, a pocos kilómetros de la frontera con el Sáhara, y metidos en un taxi, donde recibieron patadas y bofetadas durante el trayecto hasta la localidad marroquí de Agadir. Los agredidos se dirigían a visitar a Sultana Jaya, activista por la liberación del Sáhara que permanece desde hace año y medio en arresto domiciliario, a la que pretendían entrevistar.

Este incidente se ha producido horas antes de la llegada a Rabat del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, que en la noche de este jueves va a cenar con el Rey Mohamed VI para simbolizar el cierre de una larga crisis diplomática entre ambos países que comenzó con la llegada masiva de migrantes a nado a Ceuta en mayo del año pasado, la mayoría menores de edad.

La reanudación de las relaciones ha sido posible, precisamente, tras haber enviado Sánchez una carta al monarca marroquí en la que afirma que el plan de autonomía para el Sáhara que ha propuesto Marruecos a Naciones Unidas es el "más viable y serio" para la resolución de un conflicto que empezó hace cerca de medio siglo, cuando España abandonó su antigua colonia y la provincia número 53 del país.

Según ha explicado a Público Oriol Puig, de 38 años, integrante del movimiento solidario con el Sáhara en Catalunya, él y David Melero, fotoperiodista que acababa de llegar de la guerra de Ucrania hace poco más de una semana, se encontraban la noche del miércoles en un bar de Tarfaya, localidad situada al sur de Marruecos, junto a la frontera con el Sáhara Occidental, cuando aparecieron dos policías de la Gendarmería que les pidieron los pasaportes y se fueron del local con su documentación. Una hora después, quien regresó con los pasaportes fue un grupo de unas treinta personas, que no vestían ningún uniforme y que no se identificaron en ningún momento.

"Nos preguntaron que qué hacíamos allí, les contestamos que habíamos ido a hacer surf a la playa, de turismo, pero nos respondieron que sabían a qué habíamos ido, y que por las buenas o por las malas subiésemos a un taxi para marcharnos de allí, que si no nos devolvían el pasaporte", relata Oriol Puig.

Ante la coacción que representaba el nutrido grupo de personas que les rodeaban, los dos españoles decidieron subir al taxi con destino a Agadir, en dirección completamente opuesta a la que llevaban con la intención de entrevistar a Sultana Jaya en Bojador, una localidad ubicada dentro de lo que la población saharaui denomina los territorios ocupados por Marruecos. Pero en ese viaje no fueron solos. Según Oriol Puig, dos vehículos negros, ocupados cada uno por cinco personas sin uniformar, les acompañaron durante toda la ruta y llegaron a detener el taxi en medio del viaje, en plena madrugada.

Amenazas de muerte en medio de la nada

Cuando pararon el taxi, en una carretera en medio de la nada, sacaron a los dos españoles del vehículo y les dieron varias bofetadas en la cara y patadas en el cuerpo, amenazándoles para que no volvieran. "Nos decían que si volvíamos, el desierto es muy grande y no sabían dónde nos enterrarían", asegura Puig a este periódico. Esos hombres que les agredieron debían de tener autoridad, porque, según este activista, cuando llegaban a un control de carretera eran ellos mismos quienes se ocupaban de darles el paso para que continuaran el viaje, alejándose de la frontera con el Sáhara.

Ese taxi se lo pagaron los individuos que forzaron su alejamiento de la frontera, pero no así el siguiente que estos dos españoles tuvieron que coger en Agadir para desplazarse hasta Casablanca con la intención de tomar cuanto antes un avión de vuelta a España. Según ha explicado Oriol Puig, la delegación de la Generalitat de Catalunya en Túnez consiguió que desde la Embajada de España en Marruecos enviasen un policía para acompañarles en el aeropuerto, a fin de evitar que se produjesen nuevos incidentes antes de subir al avión que pusiesen en peligro el regreso a su país.

"Hemos vivido en nuestras carnes en sólo ocho horas una pequeña muestra de lo que llevan haciendo con el pueblo saharaui durante 46 años", ha resumido este activista catalán.

En el aeropuerto de Barcelona, hacia donde se dirigía el avión desde Casablanca, estaba prevista esta tarde una concentración para recibir a Oriol Puig y David Melero, organizada por asociaciones de apoyo al pueblo saharaui para protestar contra "la impunidad que ejerce Marruecos contra activistas y defensores de los derechos humanos".

El Moviment Catalá en Suport al Poble Saharaui ha destacado en un comunicado que estos incidentes coinciden con la visita a Marruecos del presidente del Gobierno español y su ministro de Exteriores, José Manuel Albares, y también con la aprobación en el Congreso de los Diputados de una proposición no de ley que reclama que "sólo el diálogo, la negociación y el acuerdo llevado a cabo de buena fe y de manera constructiva, conforme al Derecho Internacional, ayudarán a alcanzar una solución pacífica, justa, realista, viable, duradera y aceptable por ambas partes al conflicto político en el Sáhara Occidental".

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