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Martelly asume la presidencia del país más castigado del planeta

Haití permanece devastado por el seísmo de hace 16 meses y 680.000 personas siguen sin hogar

 

DANIEL LOZANO

Michel Martelly escuchó La Dessalinienne en el día más importante de su vida, rodeado de mandatarios extranjeros y bajo la atenta mirada de su pueblo. El nuevo presidente haitiano, acostumbrado a los extravagantes ritmos carnavaleros que le hicieron famoso, sintió como una losa cada una de las estrofas del 'Marchemos unidos, por el país, por la patria', que machaconamente repite el himno caribeño.

En Haití, la Historia pesa demasiado. Y Martelly ya comienza a sentirlo. 'Mi pueblo espera que el Gobierno dé resultados. Estoy trabajando muy intensamente para traerles resultados concretos', adelantó el presidente electo a Público pocas horas antes de asumir el mando. 'El equipo de colaboradores que tengo trabaja para presentar un plan de Gobierno viable dentro de los 100 primeros días, con resultados y victorias concretas'.

Las primeras glorias rebeldes de los padres de la patria haitiana dieron paso demasiado pronto a los renglones torcidos de sus dictadores y de casi todos sus presidentes. Sweet Micky, el nombre artístico como cantante de Martelly,ganador por goleada de las turbulentas elecciones presidenciales en el país más castigado del planeta, recibe una nación devastada por el terremoto del 12 de enero de 2010 (316.000 muertos, 300.000 heridos, 4.000 mutilados), atacada por la epidemia de cólera (casi 5.000 muertos), con la economía postrada y con tantas heridas abiertas que pareciera nunca fuera a sanarse.

¿Cuáles son los principales retos ('complejos y de visible magnitud', en palabras del canciller dominicano) de Martelly?

La reconstrucción y el desempleo son los principales retos del nuevo presidente

Martelly prometió durante la campaña dar cobijo a las 680.000 personas que todavía duermen en la calle tras el terremoto. El panorama de los grandes campos de desplazados es pavoroso: ínfimas condiciones de salud, violencia contra las mujeres, ausencia de servicios básicos y el temor a la nueva temporada ciclónica (se prevén nueve huracanes y 17 ciclones). Un nuevo elemento, los desalojos violentos, han perturbado aún más la situación.

'Exigimos el regreso voluntario, seguro y digno de los desplazados internos a su hogar o su reasentamiento voluntario en otra parte del país', clama el Servicio Jesuita a Refugiados. La inmensa mayoría de estos desheredados apostaron por el cambio de Martelly. Los cien días de cortesía pasarán muy pronto.

La parálisis que desde hace meses aqueja a la administración haitiana detuvo el proceso de reconstrucción, liderado por la comunidad internacional. Edmond Mulet, jefe de la Misión de la ONU para la Estabilización de Haití (Mi-nustah), pidió esta semana a los países donantes de fondos que desembolsen los 10.000 millones de dólares pendientes. Un río de dinero varado por la ineficacia y la corrupción de la anterior administración haitiana. Martelly ha apostado por las buenas relaciones con los donantes, que ya han realizado su primer movimiento: el FMI aprobó el desembolso inmediato de una línea de crédito de 13 millones de dólares.

'Mi principal reto será el de articular y coordinar a las ONG y los gobiernos internacionales. Así me ganaré la confianza tanto del pueblo como de la comunidad internacional', asevera Martelly. El personaje clave para llevar adelante este proceso es Daniel Rouzier, candidato propuesto por el mandatario como primer ministro y que debe ser avalado por el Congreso.

Martelly lo tiene muy claro: 'Mi principal reto político será un Congreso profundamente dividido por los resultados electorales y por el fraude que se quiso consumar en contra de la voluntad popular, con la reversión de los resultados preliminares de las 18 actas de diputado'.

'Trabajamos para tener un plan de Gobierno en cien días' , dice Martelly

El nuevo presidente mantiene un pulso desde hace semanas con el Consejo Electoral, que ha revertido 15 de los presuntos fraudes, 'aunque todavía quedan sin esclarecer la totalidad de los casos', insiste el mandatario. La situación es muy compleja para Martelly y sus aliados: la opositora Unité del expresidente René Préval controla 52 de los 99 diputados y 17 de los 30 senadores.

El propio Mulet, que deja su cargo dentro de unos días, lo ha dicho a los cuatro vientos: el 'gran reto' de Martellyserá reforzar el Estado de derecho. 'Momento histórico' y 'oportunidad' para un país que, según el diplomático guatemalteco, 'es uno de los más seguros de la región', con un promedio de dos muertes violentas al día.

'La economía haitiana se está recuperando y tan sólo un año después del devastador terremoto las funciones esenciales del Estado se han restablecido y las prudentes políticas macroeconómicas han ayudado a respaldar el crecimiento', sostiene Naoyuki Shinohara, subdirector gerente del FMI.

Argumentos que parecen demasiado optimistas para un país con un índice superlativo de desempleo. Martellypretende apoyarse en las empresas nacionales y en la ayuda internacional para seguir creando empleo.

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