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Muere el dictador de Corea del Norte, Kim Jong-Il

Falleció este sábado a los 69 años por un infarto causado por la 'fatiga física y mental', según la televisión estatal. Kim Jong-un, su hijo menor, le sucederá.

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El dictador norcoreano Kim Jong-il murió el pasado sábado a los 69 años de un infarto, según anunció esta madrugada la televisión pública KCTV. El Querido Líder, cuya figura es todo un enigma para occidente, ha dirigido el país durante 17 años y deja tras de sí un reguero de incógnitas sobre el futuro de Corea del Norte, situada por el expresidente de EEUU, George Bush, en el famoso eje del mal, junto a Irán e Irak.

De esos interrogantes, quizá el de su sucesión sea el menos difícil de descifrar. La de Pyonyang es la única dinastía comunista hereditaria que existe en el mundo y desde hace más de un año Kim Jong-il ha ido colocando a su hijo Kim Jong-un, en los primeros puestos para sucederle. La agencia oficial KCNA, llamó hoy a los ciudadanos a 'convertir esta tristeza en valentía bajo la dirección de Kim Jong-un y tenemos que luchar para que la gran revolución tenga éxito en estos momentos difíciles'.

'El mando de Kim Jong-un es seguro y definitivo para cumplir la revolución y la brillante sucesión', añadía el teletipo, según recoge EFE. Como la de su padre, la figura de Kim Jong-un es también bastante desconocida. Se sabe que tiene en torno a los 29 años y que en septiembre de 2010, antes de la reunión del congreso del Partido de los Trabajadores (PT), fue ascendido a general de cuatro estrellas, el rango más alto del Ejército.

De pequeño estudió en un internado de élite en Suiza y más tarde, de vuelta a casa, en la escuela militar de Pyongyang. Durante ese Congreso, en el que también fue nombrado miembro permanente del Politburó del PT y vicepresidente de la Comisión Militar central, aparecio por primera vez en una foto familiar.

Dado el grave estado de salud de Kim Jong-il, quien sufrió una apoplejía y tuvo cáncer de páncreas, este movimiento se interpretó como la señal más clara de que el líder norcoreano estaba preparando el traspaso de poderes.

Un mes después de la salida a escena de Kim Jong-un, Kim Jong-il visitó Pekín por sorpresa. Era el segundo viaje en un año y dado que China es el máximo aliado de Corea del Norte, aquel gesto se interpretó como una manera más de preparar el futuro. 

Kim Jong-il sucedió a su padre Kim Il-sung en 1994. Los siguientes años fueron devastadores para la población por una serie de sequías e inundaciones que lastraron el desarrollo del país.

En el año 2000, después de un largo proceso para tratar de normalizar las relaciones con Corea del Sur, llegó a reunirse con el presidente Kim Dae-jung, lo que fue recibido con optimismo ya que era la primera conferencia desde la guerra de las dos Coreas en 1953.

Sin embargo, las relaciones no mejoraron y durante la última década, el frustrado avance industrial, unido a nuevas hambrunas y un exagerado programa militar fruto de la desconfianza con Seúl, con quien no se firmó la paz, sino un tratado de armisticio, paralizó la economía del país.

La autocracia impuesta por la dinastía Kim, unido al cerrojo internacional hacen que Corea del Norte sea considerado el país más corrupto del mundo, según el último informe de Transparencia Internacional.

Ese cerrojo internacional, por otra parte, impide que las organizaciones internacionales puedan hacer un informe ajustado sobre la violación de los derechos humanos, el número de prisioneros políticos y las torturas y ejecuciones públicas del régimen.

La situación se precipitó a partir de 2002, cuando Bush incluyó a Pyongyang en el eje del mal por su programa nuclear. En 2006 Corea del Norte hizo sus primeras pruebas nucleares, lo que terminó por aumentar los temores hacia Kim jong-il.

Japón impuso un embargo y prohibió la entrada en el país a los funcionarios públicos, la Unión Europea, con una agenda dictada por EEUU también impulsó el bloqueo. La ONU también ha contribuido al boqueo con dos resoluciones de sanciones. 

China quedó así como el mayor aliado y de hecho es su primer socio comercial, proveedor del 70% de sus alimentos y del 80% de sus recursos energéticos.

Con todo, en 2007 Kim Jong-il, tras una serie de reuniones a seis bandas con EEUU, Rusia, China, Japón y Corea del Sur, cerró el reactor de Yongbyon a cambio de recibir apoyo energético por parte de estos países. En 2008 Corea del Norte hizo una declaración sobre sus activos nucleares y Washington decidió eliminarla de la lista de países que apoyan el terrorismo internacional.

El compromiso también conllevaba el desmantelamiento del programa nuclear, pero Pyongyang dio marcha atrás una vez que EEUU suspendió la ayuda energética. La situación degeneró en 2009, cuando Kim Jong-il suspendió todos los acuerdos militares y políticos con Corea del Sur y llevó a cabo una nueva prueba nuclear en mayo.

La ONU respondió con un embargo total a las importaciones de armas y autorizó la inspección de barcos y aviones sospechosos de transportar material nuclear. También amplió la lista de activos, entidades e individuos del régimen norcoreano que deberían someterse a las duras restricciones internacionales.

El año pasado las relaciones entre ambos países pasaron por una fase de gran tensión tras el hundimiento en marzo de la corbeta surcoreana Cheonan. Una investigación internacional concluyó que fue un torpedo norcoreano lo que destrozó el barco, lo cual creó una de las peores crisis entre los dos estados desde el fin de la guerra fría.

EEUU tiene desplegados 28.000 militares en Corea del Sur como parte del armisticioEn noviembre, Pyongyang atacó la isla surcoreana de Yeonpyeong y mostró al mundo uno de sus complejos nucleares. EEUU, que tiene desplegados 28.000 militares en Corea del Sur, organizó unas maniobras militares masivas para disuadir a Kim Jong-il.

Los ánimos volvieron a calmarse y Seúl trató de recuperar las comunicaciones con su vecino del norte. La ONU también trató de acercar posturas y de convencer a Kim Jong-il de volver a las negociaciones a seis bandas para la desnuclearización. Después vino la presentación oficial de su hijo y el sábado su muerte.

La propaganda, quizá el arma más imponente de la dinastía Kim, se puso en marcha rápidamente tras el anuncio del fallecimiento del Querido líder. Según la KCNA 'millones de norcoreanos se llenaron de una tristeza indescriptible' y las imágenes de la televisión oficial mostraban a personas llorando por las calles de Pyongyang y a algunos miembros del régimen desesperados, según AFP.

'No me lo puedo creer, ¿cómo se ha podido ir así? ¿qué se supone que tenemos que hacer ahora?', se descargaba un oficial, Kang Tae-Ho, según la agencia francesa. 'Intentó por todos los medios que tuvieramos una vida mejor y se acaba de ir así', cita a otro, de nombre Hong Sun-Ok. Por el momento, su hijo ya ha decretado el luto oficial hasta el próximo 28 de diciembre, día en que él mismo encabezará el funeral.

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En 2010, nuestro compañero Manuel Ansede, consiguió entrar en Corea del Norte. Estos son sus reportajes:

Una jaula estalinista para 24 millones de personas

'De niño quería lanzar bombas atómicas a EEUU'

Pyongyang quiere ser la primera potencia mundial 

El club de 'groupies' de Kim Jong-il

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