Este artículo se publicó hace 16 años.
"Nací para violar"
Un informe psiquiátrico a Josef Fritzl -el monstruo de Amstetten- diagnostica que sufre una "alteración de las preferencias sexuales" y una grave "incapacidad emocional"
Josef Fritzl, el jubilado austríaco acusado de encerrar y violar durante 24 años a su hija, con la que tuvo siete niños, sufre una grave "incapacidad emocional" y asegura de sí mismo que "nació para violar", según un informe psiquiátrico.
Según asegura el diario sensacionalista Österreich en su edición de mañana, el examen psiquiátrico realizado al presunto violador, revela una "alteración de las preferencias sexuales" y una "incapacidad emocional". Unas alteraciones de la personalidad que, según el diario, vienen derivadas de experiencias en su infancia y de la marca dejada por "una excepcionalmente fría relación con su madre".
Riesgo de nuevos actos violentos
Esa conclusión está reflejada en un informe psiquiátrico de 170 páginas al que habría tenido acceso el periódico. En él, la psiquiatra Adelheid Kastner indica que, bajo una superficie banal se esconde, en palabras del propio Fritzl, "una vena maligna". El informe recoge el testimonio del acusado, que llega a indicar de sí mismo que "para alguien que nació para la violación, se contuvo mucho tiempo".
Según la autora del peritaje, existe el riesgo de que el futuro Fritzl "cometa actos con graves consecuencias". Ya la pasada semana, la prensa local filtró un primer extracto del informe psicológico de Fritzl en el que se concluía que está en plenas facultades mentales .
Tras varias sesiones de entrevistas, la psiquiatra, descartó que el llamado "monstruo de Amstetten" sufra algún tipo de enfermedad mental. Además, el documento pericial calificaba de "imposible" que Fritzl estuviera en estado de embriaguez permanente durante los 24 años que duró el cautiverio y las reiteradas violaciones de su hija Elisabeth.
Varios delitos gravísimos
Fritzl se enfrenta a los cargos de privación de libertad, incesto y violación y podría ser también acusado de esclavitud y de homicidio, tras indicar un informe que uno de los hijos fruto del incesto, y que murió 70 horas después del parto, habría sobrevivido si hubiera recibido atención médica.
Durante los 24 años que estuvo encerrada en el sótano, Elisabeth dio a luz a siete niños, tres de los cuales fueron adoptados oficialmente por Josef y su esposa, Rosemarie, tras simular que la hija-madre había huido del hogar para refugiarse en una secta desconocida y había abandonado a sus bebés delante de la casa de sus padres. Los otros tres hijos-hermanos de Elisabeth nacieron y vivieron siempre bajo tierra, sin ver la luz del sol hasta el pasado abril.
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