Este artículo se publicó hace 14 años.
Obama trata de salvar su reforma
Los demócratas se han dado un mes para desbloquear el controvertido plan sanitario.
Isabel Piquer
Barack Obama no podía haber sido más claro al concluir las más de seis horas de debate que el pasado jueves enfrentó a demócratas y republicanos sobre la reforma sanitaria. "Tenemos conceptos filosóficos enfrentados". También se podría hablar de abismo. En una frase, el presidente estadounidense resumió los meses de debate y crispación que han envenenado la agenda legislativa hasta el punto de convertirse en un pesado lastre político de cara a las elecciones de noviembre.
En principio, tal y como indicó Obama, los demócratas seguirán adelante con un nuevo plazo: finales de marzo, fecha del próximo receso del Congreso, algo más de un mes para lograr lo que no han conseguido en casi un año. La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ya ha puesto al partido a trabajar para sacar al proyecto del atolladero en que se encuentra.
Esta semana se sabrá si hay consenso entre las filas demócratas
"La pregunta que me hago y que os hago es si realmente existe una voluntad seria de llegar a una solución, y si no lo logramos, creo que debemos tomar algunas decisiones y esperar a las elecciones. No tenemos la misma visión sobre lo que hay que hacer en este país", dijo Obama a los 38 congresistas, emplazando el veredicto final a "los meses que quedan hasta noviembre".
En el Congreso, el problema ya no son los republicanos que de todas formas no votarán a favor del plan, sino unos demócratas escindidos entre progresistas y conservadores que comparten un miedo: perder su escaño ante unos votantes hartos de la disfuncionalidad de Washington.
En estos momentos circulan tres versiones de la reforma, dos del Congreso y una del Gobierno, en un ambiente enrarecido por la crispación y la inminencia de la cita electoral.
Hay tres versiones del proyecto: dos del Congreso y una del Gobierno
El 7 de noviembre, cuando la Cámara de Representantes aprobó la primera versión del plan, 39 demócratas votaron en contra con argumentos parecidos a los de los conservadores: excesiva injerencia gubernamental y aumento del gasto público. El proyecto de ley incluyó una enmienda promovida por el congresista por Michigan, Bart Stupak, que restringía el uso de fondos públicos para abortos.
Una versión conservadoraLa versión que votó el Senado el 24 de diciembre, más conservadora, provocó el descontento del ala más radical del partido que ya había tenido que renunciar a la idea de un sistema público alternativo a las compañías privadas.
La Casa Blanca no descarta adoptar el texto por mayoría simple en el Senado
El nuevo texto propuesto por Obama hace una semana se parece mucho al de la Cámara Baja. Daría cobertura a 31 millones de personas sin seguro, impondría límites a las aseguradoras y ayudaría a los estados a absorber el coste de la ampliación del programa Medicaid (el destinado a los más pobres) en 2014-2017. El sistema sanitario público tiene otro programa, el Medicare, que sólo financia algunos gastos médicos de los mayores de 65 años y de los discapacitados. "Los demócratas van a contar sus votos esta semana y comprobar si tienen respaldo suficiente entre sus propias filas", asegura la analista Mary Agnes Carey, de la Kaiser Foundation.
La Casa Blanca no descarta recurrir al procedimiento legislativo de reconciliación cuyo fin es reconciliar los resultados presupuestarios de finales de año con las previsiones iniciales que permite la adopción de un texto por mayoría simple (51 votos) en el Senado. Los republicanos lo consideran como una maniobra parlamentaria desleal. Los demócratas argumentan que esta táctica, en vigor desde 1974, se ha usado en 22 ocasiones, 16 de ellas por los conservadores, especialmente bajo el mandato de George Bush.
El enfrentamiento entre demócratas y republicanos "se basa en un desacuerdo fundamental sobre el papel del Gobierno federal. Los republicanos no quieren que intervenga para resolver los problemas del sistema de salud escribe en las páginas de The Washington Post el articulista Eugene Dionne. Aseguran que una intervención estatal empeoraría las cosas y aumentaría el déficit". La propuesta alternativa de los conservadores sólo costaría 61.000 millones de dólares (comparados con el casi billón propuesto por Obama) y sólo garantizaría la cobertura médica de tres millones de no asegurados.
"Obama y los demócratas por su parte, creen que el Gobierno debe dar pasos importantes para resolver el tema de la sanidad añade Dionne. Es absurdo pensar en un compromiso repentino entre dos partidos que tienen tantas diferencias filosóficas y presupuestarias. ¿Alguien cree de verdad que pueden encontrar un término medio?".
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