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El Partido Republicano arrebata el Senado de Estados Unidos a los demócratas

PÚBLICO / EFE

Los pronósticos se cumplieron al pie de la de la letra. Tal como estaba previsto, el Partido Republicano logró este pasado martes la mayoría en el Senado de Estados Unidos y también en la de Representantes, con lo que complica los dos años que aún le quedan a Barack Obama por delante en la Casa Blanca. 

Los republicanos arrebataron al menos seis escaños a los demócratas en el Senado. El de Carolina del Norte ha sido el sexto que pasó de manos demócratas a republicanas, junto a los de Dakota del Sur, Montana, Virginia Occidental ─donde los senadores se retiraban y no tenían un candidato demócrata fuerte para reemplazarlos─ Arkansas, y Colorado, lo que otorga a los conservadores el control total del Congreso (Senado y Cámara de Representantes) durante los dos últimos años de mandato del presidente Barack Obama.

La victoria republicana marca la primera vez, desde 2006, que ese partido controla ambas cámaras y augura un difícil fin de presidencia a Obama, que siguió la contienda desde la Casa Blanca. Más allá de obstaculizar la agenda política del mandatario, los Republicanos pondrán muy difícil aprobar las nominaciones que Obama haga para los cargos del Gobierno.

Mitch McConnell será el próximo líder del Senado. Pese a no ser uno de los políticos más queridos y populares entre las bases republicanas, McConnell será a partir del próximo año el líder de la mayoría republicana en la Cámara Alta, después de que su partido superara los seis asientos que necesitaba quitar a los demócratas, convirtiéndose en uno de los hombres más poderosos del país.

'Esto ha sido un rechazo de las políticas fallidas del presidente Obama', dicen los conservadores

'El pueblo estadounidense ha puesto su confianza en el partido republicano (...). Esto ha sido un rechazo de las políticas fallidas del presidente Obama y del Senado disfuncional de Harry Reid', dijo en un comunicado el presidente del Comité Nacional Republicano (RNC), Reince Priebus. El hasta esta noche líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, reconoció la victoria de los conservadores y felicitó al senador Mitch McConnell, que a partir de enero ocupará su puesto.

Además de hacerse con el control de ambas cámaras del Congreso, los republicanos arrasaron también en las elecciones para renovar los cargos de gobernador en 36 estados del país, con victorias inesperadas en feudos tradicionalmente demócratas como Maryland o Massachusetts.

De los 36 gobernadores que se elegían en los comicios, 22 estaban en Estados dirigidos actualmente por republicanos, mientras que otros 14 estaban en manos de demócratas, que confiaban en lograr avances en este campo dada la previsible pérdida de control del Senado. Dos gobernadores republicanos que son potenciales aspirantes a las elecciones presidenciales de 2016 lograron sendas victorias: el de Wisconsin, Scott Walker, y el de Ohio, John Kasich. En Florida, el gobernador republicano Rick Scott ganó la reelección con una ventaja de un 1% tras una campaña en la que mantuvo casi hasta el final el empate en las encuestas con el demócrata Charlie Crist.

En Georgia, el nieto del expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter (1977-1981), el demócrata Jason Carter, perdió en su intento de desbancar al actual gobernador del estado, el republicano Nathan Deal; mientras que en Arkansas, el republicano Asa Hutchinson arrebató la Gobernación al que la ocupa, el demócrata Mike Beebe. Pero fue el cambio en feudos demócratas como Maryland, Illinois y Massachusetts lo que desató verdadera sorpresa y ratificó el dominio republicano en estas elecciones.

En Maryland, Larry Hogan se impuso al demócrata Anthony Brown para convertirse en el séptimo gobernador republicano en la historia de ese estado; mientras que en Illinois, el republicano Bruce Rauner desbancó al actual gobernador, el demócrata Pat Quinn. Según las principales proyecciones de los medios de EEUU, el republicano Charlie Baker se impondrá también a la demócrata Martha Coakley en Massachusetts; y en Maine, otro bastión progresista, el gobernador republicano Paul LePage logrará la reelección, al contrario de lo pronosticado por los analistas.

Las pocas buenas noticias para los demócratas llegaron en Pensilvania, donde el candidato de ese partido, Tom Wolf, desbancó al gobernador republicano de ese estado, Tom Corbett, gracias en parte al descontento ciudadano con los recortes a la educación que ha hecho ese funcionario. Los gobernadores demócratas de California, Jerry Brown; Nueva York, Andrew Cuomo; Minesota, Mark Dayton; Nuevo Hampshire, Maggie Hassan; Oregón, John Kitzhaber; y Rhode Island, Gina Raimondo, lograron conservar su puesto.

En Hawai, el demócrata David Ige será quien ascienda a gobernador, según los pronósticos. En la madrugada del miércoles, los resultados continuaban muy ajustados en Vermont, donde el gobernador demócrata Peter Schumlin se jugaba la reelección; Colorado, donde John Hickenlooper tenía el mismo riesgo de perder las riendas del estado a manos del republicano Bob Beauprez; y Alaska, donde Bill Walker aspira a desbancar al republicano Sean Parnell.

En Nuevo México, la gobernadora republicana Susana Martínez logró sin problemas la reelección; igual que sus compañeros de partido Brian Sandoval en Nevada, Sam Brownback en Kansas, Robert Bentley en Alabama, Nikki Haley en Carolina del Sur, Butch Otter en Idaho, Terry Branstad en Iowa, Mary Fallin en Oklahoma y Denis Daugaard en Dakota del Sur. En Texas, el republicano Greg Abott se impuso a la demócrata Wendy Davis; mientras que el conservador Pete Ricketts venció en Nebraska, y su compañero de partido Matt Mead logró la reelección en Wyoming.

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