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¿Es posible un Gobierno de unidad nacional en Italia?

El coronavirus ha debilitado a Italia, sobre todo, en lo político. El Gobierno de Giuseppe Conte, en la práctica, ha elevado la crisis del Covid-19 a un terremoto, sin serlo plenamente.

El presidente del Ejecutivo italiano, Giuseppe Conte. / Reuters
El presidente del Ejecutivo italiano, Giuseppe Conte. / Reuters

Más allá de lo sanitario, el coronavirus ha debilitado a Italia, sobre todo, desde un punto de vista político. Las medidas extraordinarias de carácter médico, con el objetivo de prevenir la expansión del Covid-19, han provocado, de forma contraproducente, un clima de tal preocupación que ha derivado en una alerta –sobredimensionada– para la opinión pública. El Gobierno de Giuseppe Conte, en la práctica, ha elevado la crisis del coronavirus a un terremoto, sin serlo plenamente. Sus rivales políticos, en la actual crisis sanitaria, quieren aprovecharse del efecto coronavirus para derrocar al actual primer ministro. Y crear un nuevo Ejecutivo.

En Italia se baraja la idea de un Gobierno de unidad nacional apelando a la crisis del coronavirus. Por el momento, esto improbable, lo cual, en Italia, casi siempre es posible. Los actores principales de esta posibilidad son dos adversarios políticos por antonomasia: Matteo Salvini y Matteo Renzi. El primero, líder soberanista de la Liga, es el jefe del partido más apoyado de Italia. El segundo, ex jefe del Gobierno italiano entre 2014 y 2016, aunque tenga tan sólo el 4% en los sondeos, puede hacer caer el Ejecutivo itálico como líder del partido centrista Italia Viva (IV).

¿Qué interés tendrían los Matteos en un Ejecutivo de unidad nacional? Salvini y Renzi, dos líderes en las antípodas, tienen un rival común: el primer ministro, Giuseppe Conte. Para desistuirle, están dispuestos a hacer hincapié en la crisis del coronavirus. Y convertirla en una crisis de Gobierno. Se trataría, para el diario progresista La Repubblica, de "la gran tentación", tal como la definió hace unos días uno de sus ex directores, Ezio Mauro, sobre la base de una emergencia sanitaria pero también económica, que daría "la imagen de una nación ingobernable".

Matteo Salvini, harto de estar fuera del Gobierno –por voluntad propia– desde hace 6 meses, quiere volver al Palazzo Chigi como sea. Su estrategia para conseguirlo: acusar a Conte de no saber gestionar la crisis del coronavirus, seducir a Renzi para romper la actual coalición y convencer al jefe del Estado, el presidente de la República, Sergio Mattarella; de cara a unas eventuales consultas. Salvini y la Liga, saben que son los favoritos entre los empresarios del Norte de Italia, que ahora arriesgan entran en recesión al ser el 50% de la economía del país. La clave está en cómo Salvini podrá llevar a su terreno a Renzi, siempre deseoso de protagonismo, para hacer caer el actual Ejecutivo y crear de la nada "un Gobierno del virus" como lo han definido en la prensa italiana. Por ello Salvini, después de siete meses, ha vuelto a entrevistarse con Mattarella para mostarle sus recetas económicas para el país.

¿En qué consiste un Gobierno de unidad nacional?

Respecto a otros tipos de Ejecutivo –Italia los ha probado casi todos–, el de unidad nacional implicaría que todos los partidos, o la gran mayoría de ellos, participaran de él para lograr objetivos concretos de forma transitoria. En este caso la prioridad, según Salvini, es resolver la emergencia sanitaria del coronavirus para luego convocar elecciones después de "ocho meses".

Por el momento, parece improbables que los actuales socios de Ejecutivo, el anti establishment Movimiento 5 Estrellas (M5E) y el socialista Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti, acepten un Gobierno de unidad nacional; ya que implicaría la aceptación de la incorrecta gestión de la crisis por el coronavirus. De hecho, por el momento, la respuesta de ambos partidos en el Ejecutivo es no. En el bloque de derecha, además, la aliada soberanista de Salvini de Hermanos de Italia (HDI), Giorgia Meloni, por el momento asegura "no interesarle" dicha fórmula, sino una mera "moción de censura contra Conte, para luego ir a elecciones anticipadas". Para periódicos como el Corriere della Sera, la estrategia de Salvini se ha revelado como "un bumerán contra sí mismo, que le ha rebotado a Renzi". Y añade: "La idea de un Gobierno de unidad nacional ha destapado el hartazgo de Salvini que está viviendo como líder de oposición. Por otro lado, también pone de manifiesto el nerviosismo de los renzianos dentro de una coalición de Gobierno en la cual se mueven con cada vez menos espacio. La desconfianza del Ejecutivo hacia Italia Viva (IV) aumentará; al igual que la del bloque derechista hacia Salvini", si éste quisiera a toda costa un nuevo Gobierno, que permita quitar a Conte a toda costa aunque ello no implique unas nuevas elecciones generales anticipadas. En el fondo, la esencia anti establishment soberanista del líder leguista siempre ha sido: "Nunca con Renzi".

En la crisis del coronavirus se ha mostrado débil tanto el Gobierno italiano como la oposición. En un primer momento, el premier Conte quiso demostrar determinación y a la vez prudencia; pero la mezlca de ambas ha sido nefasta para la tranquilidad de la Opinión Pública. Tal como ha explicado estos días el diario italiano La Repubblica: "Primero aseguró [Conte] que Italia era un país seguro para hacer turismo y después acusó a un hospital de haber sido el foco de infección, teniendo después que pedir disculpas por ello". Por otra parte, muchos países como Israel han bloqueado sus vuelos procedentes del país con forma de bota.
Matteo Salvini y la Liga, por su parte, no lo han hecho mucho mejor.

Los presidentes regionales leguistas, como el lombardo Attilio Fontana, han aprovechado para sembrar el caos político en detrimento de la "unidad nacional" solicitada por el premier Conte, quien sin embargo ha lamentado una gran "descoordinación" entre las regiones, hasta el punto de amenazar con quitarle a éstas las competencias en materia sanitaria. El leguista Fontana, por ejemplo, primero ha comparado a su región con Wuhan, luego ha definido el coronavirus como "poco más de una gripe" para luego hacerse una foto en su despacho con una mascarilla, a la vez que pedía "tranquilidad" a la población. Salvini, por su parte, ha aprovechado la coyuntura del efecto coronavirus para arremeter contra el primer ministro y su Gobierno, en plena emergencia sanitaria. Atendiendo a la última media de sondeos, la Liga del soberanista Matteo Salvini, como en los últimos 12 meses, se mantiene estable como el primer partido del país, con el 30% de las preferencias aunque, por el momento, tenga que conformarse con ser la formación líder de la oposición. Sus aliados derechistas, los soberanistas de Hermanos de Italia (HDI) de Giorgia Meloni y los europeístas de Forza Italia (FI) el partido del ex premier y magnate de la comunicación Silvio Berlusconi; obtendrían, respectivamente, el 12% y el 6% de los votos ante unas hipotéticas elecciones generales anticipadas.

Los tres partidos de la coalición con el líder leguista al frente rozarían, por muy poco, la mayoría absoluta. Así pues, unos 6 puntos por encima de la actual coalición de Gobierno, capitaneada por Giuseppe Conte. En todo esto, el centrista Matteo Renzi, en plena decadencia política, aunque su partido Italia Viva (IV) goce tan sólo del 4% en los sondeos; podría tener un importante papel a la hora de romper el actual equilibrio de Gobierno al que pertenece. Llegados a este punto, Salvini y Renzi, eternos adversarios, están destinados a seducirse para relevar al actual primer ministro italiano, Giuseppe Conte. A veces, los opuestos, se atraen.

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