Este artículo se publicó hace 15 años.
Ruanda envía tropas al Congo contra los rebeldes hutus
Los dos gobiernos lanzan una operación militar conjunta para desarmarlos
Soldados de Ruanda cruzaron este martes a la República Democrática del Congo (RDC) para participar en una operación conjunta con tropas locales contra rebeldes hutus ruandeses en sus feudos en el este del país.
"Hemos invitado al Ejército ruandés para ayudarnos a desarmar a la milicia [hutu] interhamwe", anunció el portavoz del Ejecutivo congoleño, Lambert Mende. El objetivo de la operación militar es "desarmar y repatriar, voluntariamente o a la fuerza a los miembros de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y la milicia interhamwe", añadió Mende.
Entre 1.500 y 2.000 efectivos del Ejército ruandés se encuentran ahora en la localidad de Kibati, a 35 kilómetros de Goma, la capital de la provincia Kivu Norte. Avanzan hacia Rutshuru, en el área de las montañas Virunga, donde los rebeldes ruandeses tienen sus campamentos. El Ejército congoleño se ha movilizado en la misma dirección con tanques y unidades de lanzacohetes.
El portavoz gubernamental apuntó que la operación "durará entre 10 y 15 días y estará dirigida por el Ejército congoleño".
Los Gobiernos de Kinshasa y Kigali acordaron el pasado 5 de diciembre desarmar a estos grupos armados, que huyeron desde Ruanda hacia el este de la RDC en 1994 temiendo represalias por la ejecución del genocidio ruandés, en el que 937.000 tutsis y hutus moderados fueron asesinados en tan sólo 100 días.
Su asentamiento en la RDC, y los ataques que lanzaban desde allí a Ruanda, desencadenó la internacionalización de la guerra congoleña, en la que llegaron a verse implicados hasta cinco estados africanos: Ruanda y Uganda contra el Gobierno congoleño y Angola, Zimbabue y Namibia a favor de él. El acuerdo de paz no se alcanzó hasta 2003.
Combates desde agostoDesde agosto de 2008, el este congoleño vuelve a ser un escenario de guerra. El Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), liderado por el general renegado Lauret Nkunda, se alzó en armas y obligó a decenas de miles de congoleños a huir para escapar de los nuevos combates. El CNDP, integrado mayoritariamente por los banyamulenge, tutsis congoleños, sostiene que su objetivo es defender a esa etnia minoritaria de los ataques de las FDLR y varias milicias locales rivales.
La alianza entre los gobiernos de Ruanda y de la RDC parece confirmar que el presidente ruandés, Paul Kagame, ha perdido la confianza en Nkunda. Disidentes de la guerrilla que este ex general lidera afirmaron el viernes haberle depuesto y declararon unilateralmente el fin del conflicto con las autoridades de Kinshasa. Nkunda y sus seguidores aún no lo han desmentido. Más de 4,5 millones de personas han muerto en la RDC a consecuencia de la guerra que sufre intermitentemente desde 1992.
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