Sánchez se abre a que España participe en una operación "específica" en el mar Rojo
El presidente del Gobierno ha remarcado, sin embargo, su negativa a formar parte de la operación Atalanta contra la piratería que se desarrolla en el océano Índico Occidental.
Pedro Sánchez ha subrayado este miércoles que está "abierto y dispuesto" a formar parte de una operación militar de la Unión Europea (UE) y la OTAN en el mar Rojo si se plantea como una operación "específica", pero no en el marco de la operación Atalanta.
Así lo ha indicado el presidente del Gobierno en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa convocada para hacer un balance del año. Sánchez ha explicado que "España no se opone a que se cree otra operación en el mar Rojo", pero considera que la operación Atalanta contra la piratería en el océano Índico "no tiene las características ni es la operación que se necesita".
La Unión Europea puso en marcha en 2006 esta operativa en el océano Índico con el objetivo de defender el tráfico marítimo frente a los ataques de los grupos rebeldes hutíes de Yemen. De esta forma, la Fuerza Naval de la Unión Europea patrulla una amplia zona en el Golfo de Adén y países cercanos. En el espacio que abarca la operación se incluyen el puerto y la ciudad de Muscat (en Omán), la Cuenca Somalí, el mar Rojo el golfo de Suez y el de Aqaba.
El compromiso de España con la OTAN y la UE es para Sánchez "total y absoluto" y, por ello, el país se sumará a una operación especial para defender el transporte marítimo comercial en el mar Rojo, pero "no bajo el paraguas de Atalanta". "Si se quiere lanzar esa operación, bien estará", ha zanjado el presidente en Moncloa.
Para remarcar el compromiso del Estado con las misiones internacionales de la UE y la OTAN, a pesar de su negativa a participar en la operación que la UE puso en marcha en 2008, Sánchez ha recordado que más de 3.000 soldados españoles participan en operaciones por todo el mundo.
Situación en el mar Rojo
Los ataques a buques comerciales en el mar Rojo, que han llevado a cabo rebeldes hutíes de Yemen, han obligado a algunas de las principales navieras globales a suspender sus operaciones en la zona, lo que pone en jaque a países importadores de petróleo y gas, como España.
Las compañías se han visto obligadas a buscar rutas alternativas, sobre todo a través del cabo de Buena Esperanza, en el sur de África. Este es un trayecto que podría sumar diez días de viaje hacia Europa y aún más desde los puertos asiáticos.
Los hutíes conforman un movimiento de resistencia que surgió en oposición a la influencia religiosa de Arabia Saudí en los años 80 y se identifican con una rama del islam chií llamada zaidismo. Además, su lema es: "Dios es grande, muerte a América, muerte a Israel, maldición sobre los judíos y victoria del islam". Este grupo de rebeldes controla parte del mar Rojo, apoya a Hamás y busca que Israel detenga los ataques al pueblo palestino.
La naviera danesa Maersk
La compañía originaria de Dinamarca, Maersk, es una de las principales empresas mundiales en transporte marítimo de contenedores. Sin embargo, a mediados de este diciembre suspendió las rutas por el mar Rojo de varios cargueros, a causa de los ataques. Ahora las ha vuelto a programar.
Su intención de reanudar el tráfico fue anunciada este domingo, después de conocer que Estados Unidos formaría una coalición internacional contra los ataques.
El programa de las rutas está sujeto a cambios basados en posibles planes de contingencia que se podrían elaborar en los próximos días, según consta en una actualización en la web de la firma danesa.
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