Este artículo se publicó hace 15 años.
Sarkozy pide a los franceses una segunda oportunidad
El presidente culpa a la crisis del mal resultado electoral
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, tomó la palabra ayer por primera vez tras la debacle electoral de su partido y la remodelación del Gobierno. Y lo hizo para pedir a los franceses una segunda oportunidad, intentando convencerlos con una teoría: "La crisis ha impedido ver los efectos positivos" de su acción como presidente, y esa acción genera "incertidumbre y angustias".
El mea culpa de Sarkozy se produjo al término del primer Consejo de Ministros de su Gobierno remodelado, en el que consolidan sus posiciones los enemigos del presidente dentro de la derecha. Con las elecciones regionales del domingo en las que la derecha sólo cosechó un 36% los ciudadanos "quisieron expresar lo que sentían en un contexto de crisis" que "hace tan dura la vida cotidiana de muchos de ustedes", dijo. "Mi deber es escuchar ese mensaje", agregó el presidente.
Plantado así el decorado de la teoría sarkozyana las reformas son buenas, la crisis es mala, y hay "angustias" porque el programa de Gobierno no funciona, el presidente atacó el plato principal. "Nada sería peor que cambiar totalmente de rumbo ahora, cediendo a la agitación propia de los periodos electorales", dijo. Y soltó la andanada de sus prioridades en este momento. Una ley de prohibición del velo islámico, una reforma "justa" del sistema de pensiones, la preservación de la Política Agrícola Común de la UE, la instauración de un arancel ecológico de esa misma UE y nuevas promesas de mano dura con supuestos delincuentes fueron los principales elementos.
Problema: en la prórroga que pide Sarkozy a los franceses no hay nada que no haya dicho ya. Y muchos de los elementos de esa supuesta nueva columna vertebral del programa de gobierno han provocado el rechazo en las urnas el domingo, las manifestaciones de la primavera de 2009 y la nueva movilización que arrancó anteayer.
Reformas "justas"Un matiz en lo dicho por el presidente no escapó a los editorialistas de los medios franceses. Sarkozy puso el adjetivo "justas" al lado de las medidas que se dispone a tomar en materia de pensiones. Hasta ahora, el presidente optaba por un enfoque puramente matemático: alargar el periodo de cotizaciones y retrasar la edad legal de jubilación.
Al lado de ese gesto tranquilizador hubo, por el contrario, otro inquietante. Dijo que el recorte de pensiones que exigen los mercados financieros y los conservadores será efectuado en "seis meses". Quiere decir que Sarkozy sigue con la idea de aprobar la ley de reforma en pleno verano.
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