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Sudán y los países árabes se rinden a Netanyahu

Coincidiendo con la progresión de la campaña para las elecciones del 2 de marzo, Benjamín Netanyahu está poniendo toda la carne en el asador. El primer ministro israelí ha visitado esta semana Sudán y sigue buscando fotografías con líderes árabes “moderados” para impulsar su carrera política con la asistencia de la administración estadounidense.

19/01/2020.- El primer ministro isrelí, Benjamin Netanyahu, durante una rueda de prensa en Jerusalén. EFE/EPA/Gil Cohen
19/01/2020.- El primer ministro isrelí, Benjamin Netanyahu, durante una rueda de prensa en Jerusalén. EFE/EPA/Gil Cohen

EUGENIO GARCÍA GASCÓN

Benjamín Netanyahu no deja pasar un día sin aparecer en los medios de comunicación con algún efecto especial. Cuando el efecto no puede ser nacional es internacional. En la recta final de la campaña los países árabes se han convertido en objetivo. Es consciente de que entre los israelíes, especialmente entre las clases más populares, son efectos que tienen una considerable repercusión, de ahí que no le importe viajar a Sudán, a Marruecos o a donde le haga falta para obtener el mayor rédito político.

El diario Israel Hayom reveló el jueves que el secretario de Estado Mike Pompeo está presionando a Arabia Saudí para reunir a su hombre fuerte, el controvertido príncipe Mohammad bin Salman, con Netanyahu en El Cairo antes de las elecciones del 2 de marzo. Y Pompeo ha hecho lo propio con otros países árabes con los que Israel mantiene fluidas relaciones por debajo de la mesa, como es el caso de los Emiratos Árabes Unidos.

El objetivo de tan intensa actividad diplomática es impulsar su imagen de estadista. La semana pasada visitó Estados Unidos y Rusia, y esta semana se fue a Uganda y Sudán. Considera que estos viajes pueden tener una influencia decisiva en las elecciones, de ahí que opte por entrevistarse con cualquier líder extranjero con el fin de conseguir un puñado de votos.

Otra cuestión a la que el entorno de Netanyahu da mucha importancia es la posible anexión de partes de la Cisjordania ocupada. Los nacionalistas están presionando para que esa anexión comience antes del 2 de marzo y no hay que descartar que así ocurra. No obstante, en los últimos días las protestas palestinas se han intensificado en las calles y el ejército ha matado a cuatro palestinos provocando mayores protestas.

El yerno de Donald Trump, Jared Kushner, que ha redactado el “acuerdo del siglo”, insiste en que la anexión no puede comenzar hasta después de las elecciones, pero la presión israelí podría modificar su oposición si al final de la campaña Netanyahu necesita un empuje adicional. En algunos medios hebreos se ha sugerido que Kushner simplemente está siguiendo instrucciones de Netanyahu, quien en el fondo preferiría postergar la anexión para evitar un estallido todavía mayor en los territorios palestinos justo antes de que se abran las urnas.

Mohamed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, durante su reunión este domingo con el primer ministro de Japón. REUTERS
Mohamed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí, durante su reunión este domingo con el primer ministro de Japón. REUTERS

De la misma manera que el hecho de haber abortado definitivamente cualquier posibilidad de acuerdo con los palestinos le suma votos, Netanyahu es consciente de que todas esas relaciones con los países árabes "moderados", secretas o ante las cámaras, también le suman votos, y esta ha sido la motivación de viajar a Jartum con la asistencia de Pompeo.

Esta semana el portal estadounidense Axios ha revelado que Pompeo está presionando al rey de Marruecos para que reciba a Netanyahu antes de los comicios. A cambio, los americanos han ofrecido a Mohammad VI el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. En otras palabras, EEUU reconocería la soberanía marroquí sobre el Sáhara a cambio de que Rabat reconozca la soberanía israelí sobre los territorios palestinos.

El presidente sudanés, Abdel Fattah al Burhan, busca obtener varias cosas a cambio de la foto. En primer lugar, una colaboración en el área de la inteligencia así como la adquisición de material israelí de espionaje, algo que el diario Haaretz da por descontando aunque no ha salido en los teletipos. Es lo mismo que han conseguido países como Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Bahrein, sin pararse a considerar que este tipo de relaciones con los servicios de inteligencia israelíes constituyen un arma de doble filo.

Abdel Fattah al Burhan
El presidente sudanés, Abdel Fattah al Burhan.- AFP

Sudán ha sido durante mucho tiempo un estado paria aliado de Irán y enfrentado a Israel que ahora busca rehabilitación en la comunidad internacional, y el presidente Burhan está convencido de que no puede haber mejor padrino que Netanyahu para conseguirlo. Las estrechas y contrastadas relaciones del primer ministro israelí con la administración Trump sin duda abrirán a Burhan las puertas de la Casa Blanca.

Desde 1993 Sudán ha estado en la lista elaborada por el departamento de Estado de países que fomentan el terrorismo. Esto constituye una dificultad insuperable para Jartum a la hora de normalizar sus relaciones internacionales y de poder recurrir a distintos fondos y préstamos financieros. Netanyahu puede resolver esta minucia en un instante.

Israel no solo ha conseguido superar su histórico aislamiento regional, sino que ha lanzado a esos países árabes "moderados" contra Irán. Arabia Saudí y los Emiratos están combatiendo a los chiíes yemeníes, algo que es del máximo interés para Israel, están enfrentados a Irán, que también es del máximo interés para Israel, y están participando en la guerra de Libia contra el islam político, algo que también es del máximo interés para el estado judío.

De hecho, una parte de los mercenarios que combaten en Libia financiados por los Emiratos son jóvenes sudaneses, y una parte de los mercenarios que combaten en Yemen a las órdenes de los saudíes también son jóvenes sudaneses. Los sudaneses se han convertido en carne de cañón al servicio de los países árabes "moderados" a cambio de un puñado de dólares.

Los intereses son los intereses y están por encima de todo. Si el año pasado Sudán experimentó un golpe revolucionario en busca de la dignidad, la justicia, la igualdad y la democracia, ahora vemos como el presidente de ese país recibe con todos los honores al primer ministro Netanyahu, el principal agente de la opresión de los palestinos.

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