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El torturador suicidado

Héctor Febres, de 65 años, murió asesinado en su celda de la Prefectura mientras aguardaba la sentencia del Tribunal Oral Federal número 5 por el delito de secuestro y torturas a cuatro detenidos.

FEDERICO PEÑA

'A Febres lo mataron con cianuro. Es el que usaban los montoneros para que no los agarraran con vida'.

Carlos Lordkipanidse, detenido entre noviembre de 1978 y mediados de 1981 en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA), suena nervioso e indignado al otro lado del teléfono.

Sospecha que el ex prefecto de la Marina, Héctor Febres, de 65 años, murió asesinado en su celda de la Prefectura mientras aguardaba la sentencia del Tribunal Oral Federal número 5 por el delito de secuestro y torturas a cuatro detenidos.

'Es un mensaje claro. Estos tipos te están diciendo: te asesinamos en nuestro territorio, lo hacemos evidente. Fuimos nosotros. Hay venenos mucho más inocuos, pero eligieron éste. Lo mataron para callarlo. Hay un pacto de silencio para garantizar la impunidad', agrega.


El cuerpo de Febres fue encontrado sin vida el lunes por la mañana. La autopsia halló una 'alta concentración' de cianuro en la sangre y enlas vísceras.

'Nadie se suicida con tanta cantidad, es obvio que fue un envenenamiento, estaba todo azul', dijo uno de los peritos, que confirmó que el veneno fue 'ingerido por boca'.

Cena con la familia

Sandra Arroyo Salgado, la jueza que instruye la investigación por la muerte de Febres, detuvo el viernes a la mujer y a los dos hijos del ex prefecto tras conocer la información de la autopsia.

Habían compartido una cena el domingo por la noche y fueron los últimos en verlo con vida. También ordenó la detención de los dos guardianes del represor.

Las sospechas en torno a la muerte de Febres se sumana la desaparición en septiembre de 2006 de Jorge Julio López, testigo clave en el juicio contra el subcomisario Miguel Etchecolatz.

Lordkipanidse cree que ambos casos encierran mensajes de algunas células de la dictadura todavía operativas.

Febres tenía tres funciones en la ESMA: organizar lossecuestros, torturar para sacar información y separar a las madres de sus hijos recién nacidos.

'Febres hablará'

La última esperanza de Lordkipanidse, Carlos García, Josefa Prada de Olivieri y Alfredo Margari, los querellantes, era que el viernes, día de la sentencia, 'Febres hablara'.

'Él sabía, con direcciones y teléfono, qué familias se apropiaron de los hijos de los desaparecidos', dice Lordkipanidse.

'Si se hubiera suicidado es igual de grave', opinó el abogado querellante Rodolfo Yanzón. Se trata de la responsabilidad del Estado.

'Tengo preocupación -agregó- porque esto hay que ligarlo con López, siguen estando ahí, incluso si alguien le dijo ‘suicidate''.

Para que no se repita, la querella y los organismos de derechos humanos han pedido que se traslade al resto de procesados por delitos de lesahumanidad a centros de detención comunes.

Para Lordkipanidse, el suicidio no se explica. 'No esperaba una condena de más de ocho años -la querella pidió 25-, se sentía un perejil que le habían soltado la mano.

Cuando lo detuvieron en 1998 dijo que ‘los jefes de la Armada están en sus casas y yo me tengo que comer las fiestas preso'.

No quería hablar

Horacio Verbitsky, periodista de Página 12 y autor de El vuelo, en el que el capitán de fragata Adolfo Scilingo confiesa su participación en los vuelos en los que los detenidos eran arrojados dormidos al Río de la Plata, conoció a Febres hace tres años y lo pinta como 'un tipo depresivo' que 'no tenía ninguna voluntad de hablar'.

De haber querido hablar, considera, el momento era el juicio, y no tras el alegato final.Verbitsky reconoce que 'sin duda hay redes de contacto que aún funcionan'.

Sin embargo, duda de su capacidad de acción, aunque resalta que el caso López lo desmiente.

'No quiero hacer conjeturas. Hay que esperar. Porque es muy diferente el mensaje si fue un suicidio o si lo silenciaron'

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