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La UE activaría el estatus especial para el Reino Unido si no hay Brexit

Cameron acordó en febrero restricciones en las ayudas estatales a inmigrantes europeos y protección para los intereses financieros de la City si no hay Brexit.

La UE activaría el estatus especial para el Reino Unido si no hay Brexit. EFE

EDIMBURGO.- Poco se ha mencionado durante la campaña, pero el referéndum de este jueves fue convocado para validar o rechazar unos acuerdos alcanzados en Bruselas hace cuatro meses. Tras semanas de negociaciones, David Cameron anunciaba en Londres en febrero la convocatoria de un referéndum en una rueda de prensa frente a su residencia en el 10 de Downing Street. Entonces el primer ministro británico aseguró que en virtud del acuerdo alcanzado “nunca nos uniremos al euro, ni formaremos parte de los rescates, ni de la Europa sin controles de pasaportes, ni del ejército europeo, ni de un super-estado europeo”. La alternativa, entonces casi impensable, era el brexit.

Los acuerdos quedaban así en suspenso hasta la celebración del referéndum, siendo automáticamente anulados en caso de que los británicos eligieran abandonar la UE. Si finalmente el brexit es rechazado en las urnas, la burocracia europea empezaría a trabajar para llevar a la práctica los acuerdos alcanzados en febrero. Estos incluían restricciones en el acceso a las prestaciones estatales para inmigrantes comunitarios durante sus primeros cuatros años en el país y ciertas medidas de protección para los intereses financieros de la City londinense frente a la eurozona.

Más complicado sería solventar las divisiones en el partido conservador británico en el que aquellos que han fiado su futuro al Brexit, como el exalcalde de Londres Boris Johnson o el íntimo amigo del primer ministro Michael Gove, verán inevitablemente truncadas sus carreras. Otras estrellas emergentes, como la líder de los conservadores escoceses, Ruth Davidson, saldrían reforzadas en la carrera para suceder a Cameron al frente del partido y del Gobierno, después de que el premier británico anunciara que no se presentaría a unas terceras elecciones.

Para el profesor de la universidad de Surrey y experto en euroescepticismo, Simon Usherwood, el rechazo al Brexit difícilmente enterraría el debate sobre la UE dentro del partido conservador y el movimiento euroescéptico británico en general. “El impacto sería mínimo, a menos que hubiera una mayoría muy fuerte a favor de la permanencia”, declara Usherwood. “Hay un núcleo duro de euroescépticos en el partido, generalmente diputados sin cartera, para los que nada que no sea salir de la UE va a ser suficiente”.

Más allá del partido conservador, la gran incógnita es qué ocurriría con el UKIP y su polémico líder, Nigel Farage. Tras convertirse en el partido más votado del país en las elecciones europeas de 2014, el UKIP, un partido eurófobo y partidario de tomar medidas para reducir la inmigración, se convirtió en la tercera fuerza con más votos en todo el Reino Unido en las generales del año pasado. Aunque la ley electoral británica le impidió transformar esos votos en nada más que un escaño, su influencia en la convocatoria de este referéndum es innegable. Ahora, tras haber pasado media vida haciendo campaña precisamente para reclamar el referéndum que tendrá lugar el jueves, Farage afronta un futuro incierto del que se niega a hablar. El miércoles, en su último discurso antes de la cita, el líder del UKIP afirmó: “No le puedes preguntar a un general antes de una batalla qué hará si la pierde”.

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