Este artículo se publicó hace 2 años.
La UE posterga las medidas energéticas en una cumbre clave con resultado descafeinado
Alemania planta la batalla y se enroca en su ‘nein’ al tope del gas. La pelota para salvar el invierno vuelve a pasar al Consejo de Energía y a la Comisión Europea.
María G. Zornoza
Bruselas-
El desafío era mayúsculo. Y las divisiones eran muchas. La primera jornada de la cumbre europea de otoño concluye con un acuerdo de mínimos, que da una patada hacia adelante para aliviar los precios de la luz, pero no despega del punto de salida. Los 27 líderes se instan a "trabajar en medidas que contengan los precios de la energía", en palabras de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, al final de un encuentro que se ha extendido durante más de diez horas.
La reticencia más frontal se anticipaba en la tradicional Hungría de Víktor Orbán
El elefante en la habitación tenía tres palabras: tope al gas. Alemania y Países Bajos, también otros como Dinamarca, sumaban tiempo oponiéndose a una medida que creen que puede derivar en un desabastecimiento energético. La reticencia más frontal se anticipaba en la tradicional Hungría de Víktor Orbán: "El último plan de Bruselas sobre el límite al precio del gas es lo mismo que imponer un embargo total de gas para Hungría. Cometer un suicidio económico no ayudará a Ucrania", aseguraba el primer ministro magiar poco antes de acceder al edificio del Consejo Europeo.
Choque entre Alemania e Italia
Pero la Alemania de Scholz se ha erigido como el gran hueso duro del encuentro. Especialmente notable ha sido su choque con la Italia de Mario Draghi, que ha vivido su última cumbre europea antes de ceder el testigo a la ultraderechista Giorgia Meloni. Durante la negociación, el motor germano, el país más dependiente del gas ruso y más expuesto a esta crisis energética, se ha opuesto de forma ferviente a un tope del precio de gas frente a la demanda de las capitales sureñas.
Los Veintisiete dejan en manos del Consejo de Energía del próximo martes los próximos pasos para aliviar la factura de la luz
En un contexto de guerra en el que mantener la unidad es una cuestión sacro santa, los Veintisiete dejan en manos del Consejo de Energía del próximo martes los próximos pasos para aliviar la factura de la luz de los ciudadanos europeos. La buena noticia del encuentro es que los Veintisiete han salvado las conclusiones. Las malas, que se trata de un lenguaje, de unas instrucciones, muy ambiguas que concretan más bien poco los próximos pasos y apenas despejan el camino.
El texto rubricado, tras muchos tira y afloja, insta a la Comisión y al Consejo a tomar "decisiones concretas" sobre la compra conjunta de gas, el nuevo índice para el TTF holandés en 2023, un tope dinámico e inmediato para contener los precios excesivos del gas y un análisis de costes y beneficios de que supondría extender la excepción ibérica al resto de la UE. El documento, peleado por cada delegación en cada coma y cada matiz, no detalla mucho, pero tampoco descarta ninguna de las principales opciones que ya estaban sobre la mesa antes del encuentro.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha subrayado en la rueda de prensa final al encuentro que la UE ha dibujado "una hoja de ruta sólida y clara" para la intervención del mercado energético. Nada nuevo. Nada concreto. En la anterior cumbre informal de Praga, varios líderes europeos advirtieron que esta era una cumbre "crucial" y "límite" para tomar medidas concretas. Pero de la cita salen ideas inconcretas que vuelve a lanzar el balón al tejado de los ministros de Energía y de la Comisión Europea.
Reunión de los ministros de Energía
La próxima semana, los 27 ministros de Energía están llamados a preparar decisiones "urgentes" para detallar un tope al precio del gas, un desacople de los precios de la electricidad y una compra conjunta. La última es la medida que más consenso reúne. Para las otras dos, el camino se anticipa largo. Berlín está dispuesta a resistir cualquier paso que pueda poner en riesgo el suministro energético.
La UE continúa sin dar con la tecla exacta y el consenso para plantar cara a un general invierno que cada vez está más cerca
La cita estaba enturbiada por las crecientes tensiones en el eje franco-alemán. "No es bueno para Alemania ni para la UE que (Olaf Scholz) se aísle", advertía a su llegada el presidente Emmanuel Macron. "Las medias tienen que funcionar. No podemos quedarnos sin gas", afirmaba el canciller alemán. El dilema que impregna el debate desde hace tiempo es el de equilibrar iniciativas que reduzcan los precios del gas y que a su vez no arriesguen la cadena de suministro. Y cumbre tras cumbre, Consejo extraordinario tras Consejo extraordinario, la UE continúa sin dar con la tecla exacta y el consenso para plantar cara a un general invierno que cada vez está más cerca. La sensación es que como los precios de la luz se han estabilizado tras el verano y las reservas de gas están ya al 92%, los países europeos se están relajando de cara a este invierno. Pero la alerta roja sobre esta y las próximas temporadas de frío no desaparece.
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