La admiración de Obama por el Papa es evidente. Y las ganas de hablar con él, también. Sin esperar a los traductores Obama le agradece a Francisco que le reciba. "Es un gran honor. Soy un gran admirador suyo", le confiesa mientras recuerda que ya estuvo en el Vaticano, pero que ahora hay nuevos retos.Tanto que la charla entre estas dos figuras de peso mundial ha durado más de la cuenta. 52 minutos. Un encuentro que se les ha hecho corto a juzgar por la charla amistosa durante el intercambio de regalos, con mensaje."Semillas de los jardines de la Casa Blanca, si puede venir se los enseñaremos" Una colección de monedas, "esto se lo regala el Papa", le dice, pero" Jorge Bergoglio le quiere dar algo más.El Ángel de la paz".Y para cuando se aburra, la hoja de ruta del Papa, su encíclica. Obama le contesta que la leerá en el despacho oval cuando esté frustrado le dará fuerzas.Y con la misma complicidad largo apretón de manos y una petición "rece por mi y por mi familia" y Francisco ya ha dicho que lo hará.