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La 'inventio' xacobea
Rike y Nicola son dos hermanas originarias de Alemania que se proponen pasar el verano colocando monolitos y desbrozando la Vía de la Plata en el campo de trabajo de un albergue. 'Ein Sommer in Salamanca' es un telefilme del segundo canal de la televisión pública alemana de 2019, erigido en un clásico instantáneo del subgénero cinematográfico de sobremesa. Igualmente por el camino de las narrativas románticas, pero con un algo de thriller y pulp, Carlos Meixide trazó en 'Camiño de paixóns', libro ganador en 2018 del I Premio de Novela Camino de Santiago, la historia de dos mujeres en peregrinaje y en celo por la Vía Francíxena.
Marta Veiga Izaguirre (Luzes-Público)
Lugo-Actualizado a
¿Qué es el Camino de Santiago?
La inventio xacobea, el mito de Santiago, señala la antropóloga y lingüista belga Christiane Stallaert, se lee como la traducción perdida de un mito anterior. "Las identidades transmodernas se construyen en la traducción. El hecho xacobeo inicia su recorrido histórico como copia o traducción: la propia translatio desde el centro del mundo, en Tierra Santa, Palestina, hasta la periferia del Finisterrae".
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La inventio de Santiago sitúa "un límite geográfico de una Europa emergente". Se superponen los mitos, incide Nieves Herrero, profesora titular de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) y la persona que más ha investigado la patrimonialización de los Caminos de Santiago. Entre las palabras de Stallaert y Herrero median cinco días y cuatro rutas. La reunión científica 'Camiños da Antropoloxía. Antropoloxías do Camiño' cubrió los 195 kilómetros que separan Lugo, la ciudad del Sacramento, y Fisterra, el cabo de los más tardíos atardeceres de la Europa continental. La alimentación, los afectos, el entorno y la ecología o el valor patrimonial tuvieron un abordaje itinerante a través del Camino Primitivo y por el del Norte, recorriendo el Camino Francés y el de Muxía-Fisterra. Treinta personas, antropólogas las mayoría, referentes para varias generaciones como Joan Prats —catedrático de la Universitat Rovira i Virgili—, investigadoras y alumnado de doctorado, acudieron a la llamada de Elena Feire Paz, profesora de Antropoloxía Social e Cultural del Campus de la USC en Lugo, que organizó esta actividad dentro de la convocatoria O Teu Xacobeo. Un documental de Jorge Moreno Andrés, Mudar a pel. Viaxes de ida e volta, recoge la experiencia.
Durante siglos, la iglesia de Santiago de Bruselas fue puerta del Camino hacia el Sur. En las últimas décadas es la cancela abierta al Norte que eligen las personas migrantes sin regularizar para exigir sus derechos. En el barrio estuvo también durante años el Centro Gallego, un espacio de encuentro que se trasladaría hacia un vecindario hipster para después desaparecer al serle retirada a subvención de la Xunta.
Christiane Stallaert habla del fenómeno xacobeo como una "cadena de copias". Santiago. Mito pagano. El hijo del trueno. "El Occidente cristiano que se reconoce como oblicuo". El Santiago Matamoros trasuntado en Santiago Mataindios al pasar a América y reapropiado por la ultraderecha europea. El Camino de Santiago como caso de colonización religiosa. "Europa extendió el mito y se encarga de destruirlo", apunta.
La antropóloga belga señala en rojo la fecha de 1992. Ella estira hasta el espejismo olímpico la transición en el Estado español desde la muerte en la cama de un dictador cuyos herederos mantienen secuestrados a los profetas Isaac y Abraham del Pórtico de la Gloria. En 1992 desaparece la URSS y colapsa el socialismo de Estado. La Unión Europea prepara el tratado de Maastrich. En la Fisterra del continente, Manuel Fraga, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe y Luis Celeiro están por sumarle una copia más a la cadena xacobea. Recogen el legado de Elías Valiña, el cura de O Cebreiro que había pintado flechas amarillas en el Camino Francés. Lo mismo, pero más cargado de bombo. Y un cachito de kitsch. Y unas gotas de camp. Y un mucho de superventas de autoayuda.
Pelegrín 1 - Cobi 0
El Xacobeo 93. La Overture Pelegrín de Montse y Luis Queimada. El Pelegrín mismo, como mascota imperecedera aún impresa en los polos que viste Mariano Rajoy para hacer el paseo del colesterol por la Armenteira en los veranos de Sanxenxo. Los patrocinios de la Vuelta Ciclista a España. La construcción del gran complejo alberguero del Monte do Gozo que sería también residencia universitaria del sistema público y que se dejó estropear y morir, con sus cientos —millares— de plazas de albergue, justo cuando Compostela comenzaba a acostumbrarse a los pisos turísticos y a familiarizarse con el concepto de gentrificación.
Han transcurrido veintimuchos años desde el Pelegrín y faltan dos semanas para el Día de Santiago del Año Jubilar de 2021. La Praza do Obradoiro recibe como en un decorado distópico, no tan distante del paisaje de los Juegos del Hambre de Suzanne Collins. Que sí, que estamos en una pandemia mundial y llevamos máscara y todo eso. Por momentos parecemos la Santa Compaña. Un peregrinaje de muertos en vida, The Walking Dead. Pero hay más. Un guardia de seguridad como salido de Desokupa exige que nos quitemos las gorras al entrar en la catedral. "Un respeto: ¿No veis que están en misa?". Pues la verdad es que no; no vemos. El Pórtico da Gloria tiene como telón de fondo una estructura de madera que no sé si he visto en un catálogo de Ikea o en un reportaje de dominical sobre el hygge.
El efecto discordante más visible —y escuchable, hasta la contaminación sonora— es la pantalla gigante patrocinada por Iberdrola desde la que habla el presidente de los gallegos, en medio de jingles y cortos publicitarios. Verde de frondosas en alta definición. Propaganda que financia el alumbrado nuevo de la catedral compostelana. Compromisos de viento herido (ver Luzes 92) en todos los rincones del país y de la cornisa Cantábrica.
Solo unas horas después, en el Museo do Pobo Galego, Oriol Beltran, de la Universitat de Barcelona (UB), hablará de las diez centrales hidroeléctricas de Aigüestortes y el territorio antropizado del Pallars Sobirá, en el Pirineo. La profesora de Antropología de la UNED, Beatriz Pérez Galán, mostrará los mapas del Atlas de la Justicia Ambiental en su análisis de la resistencia comunitaria a los proyectos de megaminería que se suceden desde el triángulo del feldespato de Ávila hasta Galicia y por buena parte de la superficie de la mitad occidental de la Península Ibérica.
Pedro Tomé, científico titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), será capaz de representar con sus palabras una translatio desde el viejo convento de San Domingos de Bonaval hasta la sierra de Gredos. Maldice la narrativa de la "España vaciada". Una vez que se consuma la expulsión de los pobladores y el abandono de los modos de vida, ¿quién quedará para oponerse a la fiebre del oro y al expolio? ¿A quién van a preocupar los efectos nocivos sobre el territorio de los polígonos eólicos, la extracción de minerales a cielo abierto o el fracking?
Adiós a la economía del tojo y del estiércol
Las sendas de la antropología ya habían seguido por el Careón, entre Palas de Rei y Toques, las huellas de O Curuxás, el 'fuxido' que murió de muerte natural después de beber un trago de leche, cuando lo escondía y alimentaba —tan cuidado y mantenido estaba que después de difunto tuvieron subirlo al carro porque el burro no podía con él— una familia de Vilamor. Ana Cabana Iglesia, profesora de Historia Agraria de Galicia en la USC, explicó cómo donde ahora hay pinos y molinos de viento los montes estaban sembrados de centeno, materia prima del pan negro que le da título a la búsqueda por los recetarios del hambre firmada por David Conde y Lorenzo Mariano, de la Universidad de Extremadura.
El otro cultivo del monte era el tojo, un superalimento que ni palidece al lado de la quinoa, ya que resultaba imprescindible como pasto para las cabras y las (escasísimas) vacas, para preparar la cama en las cuadras para los animales —en Galicia se usa el verbo estrar— y hacer estiércol. El éxito del tojo y el estiércol convirtieron el Reino de Galicia en el más poblado de la península Ibérica en la Edad Moderna, y fueron determinantes en la posibilidad de enviar manos y brazos a la emigración de América desde el siglo XIX.
Ya en el siglo XX llegarían los primeros ingenieros de Montes, de la escuela de la Selva Negra alemana, que convinieron que lo de tener el monte a árgomas no era sino un derroche y un retraso. Asimismo, otra inventio a la altura de la xacobea: la de la vaca rubia gallega, trazada por el veterinario catalán Juan Rof Codina e inscrita en el Rexurdimento cultural gallego y en el relato del celtismo.
La revolución verde de la segunda mitad del siglo XX giró el eje de las migraciones hacia Europa, el cinturón rojo de Barcelona y la ría de óxido de Bilbao. La entrada del Estado español en la Unión Europea intensificó la producción en granjas que se especializaron en leche. El éxito demográfico del Reino de Galicia es una quimera desde hace décadas y décadas.
Y todo esto viene al caso porque la copia de la copia del mito de Santiago que fue el Xacobeo 93 nos fue dada en tiempos de reconversión. Los ochenta trajeron el desgüace de embarcaciones en los puertos y el adiós a la sociedad campesina. Políticas europeas de cuotas. Huelgas fabriles en los astilleros de Vigo y Ferrol. Ni siquiera el espíritu olímpico y la Expo de Sevilla de 1992 pudieron calmar la recesión económica que venía.
"Menos mal que vino el Papa / a curarnos la resaca / la resaca, la resaca del noventa y dos / en el nombre de Dios".
Es el estribillo que dedicaron los sevillanos Reincidentes al Xacobeo 93 en los tiempos del rock antifa kalimotxero y que recordó Augustín Coca, profesor en la escuela de Trabajo Social de la Universidad Pablo Olavide, en la mismísima Praza do Obradoiro.
La inventio fraguiana del Xacobeo 93 sirvió como instrumento de gobernanza para la construcción europea, advierte Herrero. El tratado de Maastrich, decíamos unas líneas más arriba, entró en vigor el 1 de enero de 1993, el día inaugural del primer Año Santo de la transmodernidad, si tenemos en cuenta la cronología que establece Christiane Stallaert.
El Xacobeo 93 aprovechó las rutas de peregrinación como "un instrumento más para la terciarización de las periferias de Europa", recuerda Nieves Herrero. Y de aquellos polvos, estos lodos. Después llegaría el reconocimiento de la Unesco. Carmen Cipriano (Universidad de Castilla-La Mancha, UCLM), implicada en el reciente recorrido de la cerámica de Talavera de la Reina hacia declaración de Patrimonio de la Humanidad, no esconde decepción y descontento una vez alcanzado el propósito e instrumentalizado por tirios y troyanos.
El poder de las historias y la capilla de los reyes de Galicia
Julián López García, catedrático de Antropología de la UNED, insiste en el poder de las historias en un relatorio que lleva por título Andar el Camino con algo más que pan y vino y que pronuncia en el castillo de Pambre, mandado levantar por Gonzalo Ozores de Ulloa, aunque las gentes del entorno saben que lo construyeron los mouros (seres de la mitología gallega, nada que ver con lo que se entiende por moro en castellano) de la noche a la mañana. Los cuentos nuevos sustituyen historias viejas. Las guías turísticas que acompañan el paseo por los tejados catedralicios compostelanos hablan del reino de Asturias mientras se mantiene cerrada bajo llave y escondida al público la capilla en la que están enterrados los reyes de Galicia.
Sabe que las historias importan Camila del Mármol (UB). Estudia la memoria de los cátaros y cómo las fiestas de recreación histórica e iniciativas en el Pirineo catalán como el 'Camí dels bons homens', una ruta de montaña, sirvieron para construir identidad y enriquecer las narrativas soberanistas. "El nacionalismo afectivo", definido por Millitz y Schurr.
Ya en la tradición galleguista del siglo XIX se comprende la importancia de la conquista del fin del mundo a través de un discurso idealizador que bebe de referencias clásicas. Nieves Herrero define las inventios céltica y atlantista de Murguía como un "apropiarse de la heterodesignación para convertirla en fortaleza y subvertir el orden".
Las peregrinaciones hacia poniente están conectadas a la renovación y la fertilidad. Recuerda Herrero los cultos precristianos que antecedieron a los xacobeos. Buena parte del trazado del Camino Primitivo de Lugo y aledaños sigue al milímetro la vía romana XIX que comunicaba Astorga y Braga. En la parroquia de Santa Eulalia de Bóveda (Lugo), que atesora un templo de pinturas únicas de época tardorromana o sueva, el arqueólogo Felipe Airas Vilas tiene una respuesta para quien considera extraordinario que una joya semejante esté en un lugar tan remoto: "Esto era el centro de la Gallaecia; estaba al pie de la AP-9 de la época".
Los Caminos de Santiago horadan la Terra do Medio por las mismas carreteras y congostras que llevaron a las vecinas a las ferias con un caldero de pulpo, cuatro quesos o un puñado de melindres. Las variantes son tantas como tabernas y cantinas. El mundo patriarcal se empeñó en hacer de los caminos un lugar inseguro y hostil para las mujeres, explica Julián López. El Camino de Santiago se revela/rebela como un destino buscado por mujeres que quedan para ir a andar o que, directamente, andan solas. Mujeres en soledad, como las que investiga Borja Rivero en la Universidad de Extremadura. La protagonista de la novela Camiño de paixóns de Carlos Meixide acaba de quedarse viuda. La Nicola de Ein sommer in Salamanca sabe que la relación con su marido se ha roto.
El "polvo" del Camino
El Camino de Santiago se presenta a menudo como un proceso de duelo y sanación. Relata Juan Antonio Flores (UCLM) cómo el peregrinaje xacobeo tiene esa vitola de turismo slow e introspectivo —tal vez por el efecto del Peregrino de Compostela de Paulo Coelho— e incluso se relaciona con terapias como el mindfulness. En los días previos a la onomástica de Santiago Apóstol, los grupos salen de madrugada. No se les percibe ni el slow ni el mindfulness, pero —claro— el peregrinaje va por dentro. Andan a marchas forzadas y cantan a grito pelado canciones religiosas antes de conquistar el puente de Ribadiso (Arzúa), que separa la diócesis de Lugo de la archidiócesis de Santiago de Compostela.
Braulio Vilariño, tabernero de Palas de Rei y activista en colectivos mútiples como el Instituto de Estudos da Ulloa o la asociación Agrocuir, desvela la existencia de albergues especializados en público botellonero. En el último verano prepandémico, Braulio y quien escribe esta crónica tomábamos un agua con gas al atardecer en la terraza de la Casa do Outeiro. Dos personas ataviadas de peregrinas, una mujer y un hombre, hicieron su comanda: "Dos gintonics y un gramo de coca". Otra vez, el poder de las historias y del relato contemporáneo que sitúa Galicia como una arcadia de drogas (y marisco) baratísimas. El vistazo exterior y alterizante, dice Nieves Herrero, que tantas veces practicamos nosotras mismas.
La mariscada de fin de camino en Compostela. El reclamo de los paisajes de los productos con denominación de origen, como había explicado Xavier Medina, catedrático de la Oberta de Catalunya, en Santiago de Albá, donde Xosé Luís Carreira elabora quesos de Arzúa-Ulloa ecológicos bajo a marca Arqueixal. El camino son también churrascadas, tradiciones de hace veinte minutos. Y queimada, esa inventio fraguiana de cuando era ministro de Información y Turismo.
La fiesta. Y lo que surja. Celeste Jiménez de Madariaga, profesora en la Universidad Huelva, nos enseña que "el polvo del Rocío" va mucho más allá del polvo (del blanco y del otro) y del polbo, que es como se dice pulpo en gallego. Jordi Roca, de la Universitat Rovira i Virgili, antropólogo del amor, nos acerca en la capilla de A Mota de Arzúa al concepto de limerencia, "ese estado mental involuntario que resulta de la atracción romántica". Como cuando Fernando Esquío desandó el Camino y entró enamorado en la muralla, por la puerta de O Carme:
"O amor que eu levei / de Santiago a Lugo [El amor que yo llevé / de Santiago a Lugo]".
La cadena de copias xacobea se sirve de la atracción y del sobrecogimiento que ya le supuso a Idácio en el siglo IV ver el espectáculo del sol incendiando el Atlántico. Un "temor sacrílego", en palabras de Nieves Herrero. La inventio fraguiana perfecciona y reelabora el mito eterno del Finisterrae.
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