Opinión
Iker, el orgullo de ser facha

Por David Torres
Escritor
Al poco de comenzar su homilía de los jueves por la noche -un programa denominado Horizonte, aunque debería llamarse más bien Chorizonte-, Iker Jiménez anunció que detrás del análisis sobre la figura del nuevo papa, León XIV, y de la polémica sobre la energía nuclear, él y sus invitados iban a centrarse en un debate sobre la guerra civil digital. Lo de “guerra civil” sonaba un poco exagerado, ya lo advertía el propio Iker, pero tampoco iba a cortarse a la hora de trincar audiencia como sea. La “guerra civil digital” consiste en las escaramuzas entre usuarios de izquierdas y derechas en las redes sociales, y más concretamente, en la prácticas de Romàn (@wiesenthal1632), Isidoro Román Cuesta, un periodista de Diario Red, que se ha empeñado en poner nombre a unos cuantos tuiteros anónimos consagrados a esparcir odio, racismo, desinformación, bulos y mierda en sus cuentas de Twitter.
Entre los últimos desenmascarados se encuentran el Capitán General de los Tercios -quien, una vez identificado, da más bien el tipo de alférez de botellines- y Muy Mona -también conocida como @Capitana-espana-, una activista xenófoba que critica a los inmigrantes musulmanes y clama contra la invasión de los moros en la Península Ibérica y que ha resultado ser musulmana y tunecina. En fin, con su equidistancia habitual, Iker preparó una de esas mesas de debate completamente volcada a la derecha y, de paso, manipuló un tuit de 2020 de Román Cuesta para hacer creer que estaba amenazando a Abascal. En realidad, el tuit denunciaba la impunidad con que la ultraderecha puede publicar imágenes de Sánchez o Iglesias con una diana en la cabeza. No deja de ser curioso que un señor que ha dedicado su vida al misterio, decida de pronto que hay misterios que es mejor dejar en paz. La “guerra civil digital” es mejor no removerla mucho, igual que los miles de muertos enterrados en las cunetas.
Lo que no es ningún misterio, desde luego, es la ideología de Iker Jiménez, quien está repitiendo semana a semana aquel pasaje de la novela Contacto, de Carl Sagan, en el que el primer mensaje procedente de una civilización extraterrestre era el discurso inaugural de Hitler en los Juegos Olímpicos de Berlín. Con tanto hablar del Chupacabras, de la Chica de la Curva y de las caras de Bélmez la consecuencia lógica era llevar de invitados a Javier Negre, a Beatriz Talegón y a Dani Desokupa. “Facha para mí es un orgullo” respondió a la pregunta de Risto Mejide en el programa de entrevistas Viajando con Chester.
“Mira, Risto. ¿Qué es facha?” preguntó a su vez Iker y ni Risto ni él supieron despejar la ecuación. Mira que era sencillo responder, aunque fuese con el poema de Bécquer, pero acto seguido, al intentar acotar la cuestión ideológica y ver si era de derechas, Iker fue claro como el agua: “Yo lo que no soy es comunista. Porque he estudiado el comunismo y porque tengo gente que ha vivido el comunismo. Pero, claro, hay muchas cosas muy de derechas que tampoco comparto”. Compartir no las compartirá, vale, pero cada semana en Chorizonte se celebra un desfile de falangistas a neonazis que da gloria verlo.
Para dar ambiente, la entrevista de Risto Mejide tuvo lugar en un refugio de la guerra civil, un sótano tétrico decorado con murciélagos e iluminado a medias. Los murciélagos evocaban la gran exclusiva de Iker al anunciar la pandemia del coronavirus con varias semanas de antelación, aunque luego se le fuese un poco la mano al afirmar que se trataba de un arma biológica china. Cualquier cosa puede esperarse de Iker después de dar voz a teorías conspiranoicas tan rocambolescas como los chemtrails o tan peligrosas como el “Gran Reemplazo”, una paparrucha racista alentada por Elon Musk e ideada por un revisionista del Holocausto que viene a decir que la población europea está siendo sustituida por africanos y asiáticos siguiendo un calculado plan de invasión demográfica. Gracias a Iker, pudimos oír a José Félix Ramajo diciendo: “Todo lo que hay alrededor de Israel no es democrático ni libre (…) Son puros terroristas, basura humana y, para mí, debería ser exterminada”. Ante discursos tan científicos y opiniones tan moderadas, lo de menos es que Iker Jiménez propagara el bulo de que en el parking de Bonaire había centenares de muertos unos días después de la DANA. Orgulloso de ser facha, el tío. De la que se han librado el Yeti, el Bigfoot y el Chupacabras.
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