Opinión
Nostalgia

"El pasado fue mejor" es una frase que suelo escuchar mucho. Que antes esto y lo otro. Que no había robos, que se cobraba mejor, que había menos preocupaciones, que había más libertad… y sigue y sigue. Enumerando una lista de logros escogidos para ensalzar un momento que ven como glorioso, pero que se olvidan de otras muchas cosas. Una historia a la medida. Una nostalgia de algo que no existió.
Su discurso se fundamenta en una nostalgia de un tiempo que perciben como mejor, pero que en realidad es simplemente tiempo pasado. El pasado es juguetón y la cabeza humana tiende a recordar lo bueno frente a lo malo. La nostalgia también es una industria que el capitalismo, como con todo, sabe aprovechar. Es una manera de hacerte comprar lo que no tuviste de niño, por ejemplo, una manera de agarrarte a unos recuerdos que fueron hechos durante el capitalismo para que te dé miedo la incertidumbre de algo diferente. La nostalgia se traduce en posiciones políticas, en individualismo y en una extrema derecha — y una derecha— que dice todo el rato que el pasado es mejor que el presente, que la dictadura fue mejor que la democracia. Y suben en las encuestas.
Nosotras y nosotros miramos con asombro cómo personas jóvenes, que no han vivido el franquismo o el fascismo, que han vivido con todas las libertades de la democracia, ahora se declaran nazis. Desde La Comuna, gracias a profesores y profesoras que quieren que sus alumnos y alumnas conozcan de primera mano lo que fue una dictadura, nos invitan a sus clases para poder dar testimonio. Sin embargo, a veces, nos encontramos con alumnos (en masculino la mayoría de las veces) apáticos o, en el peor de los casos, agresivos, que te dicen que lo que estás contando es mentira. Eso nos pasó recientemente en un instituto de Móstoles (Comunidad de Madrid) y, sin embargo, cuando ahondamos en las torturas, en las posibilidades de que acaben en la cárcel aplicando leyes franquistas a sus conductas actuales; cuando les explicamos cómo eran las cárceles, las torturas y la represión y cuando les explicamos qué era el garrote vil y cómo funcionaba, ahí, en ese momento, callaron.
Pero, sí, para una gran parte de la juventud, la represión del franquismo es mentira, como si las torturas y la falta de libertad durante el franquismo fuesen mentira. Como si negasen la historia y como si no estuviesen creando una nueva historia a su medida para dar cabida a su ideal político mediante medios "alternativos". Como si esos alumnos que se declaran nazis, y te hacen el saludo nazi, no estuviesen rodeados de alumnos y alumnas migrantes, mujeres, de otras orientaciones sexuales que no sea la heterosexual. Como si esos amigos o familiares que tienen, no fuesen a acabar en la cárcel, deportados o esclavizados, exiliados —en la clandestinidad— torturados y sin ningún tipo de derechos que les hiciese iguales. O quizás no han pensado en la posibilidad de que lo que apoyan los pueda llevar a ellos mismos a sufrir por sus pensamientos.
Sin embargo, la nostalgia solo les vende la posibilidad de un futuro mejor escogiendo realidades adulteradas del pasado. Da soluciones a miedos existenciales individuales como son la falta de vivienda, la supuesta pérdida de privilegios de las masculinidades o la perspectiva de pasarte la vida trabajando en trabajos precarios. El mundo está cambiando y la nostalgia les vende un pasado cómodo donde no se tienen que adaptar, solo seguir la corriente porque son los protagonistas.
Y es curioso que cuando miran a ese pasado glorioso no se fijan en la alta criminalidad (de hecho, piensan que ahora hay más), en la falta de derechos sociales y laborales, en la alta tasa de mujeres asesinadas por sus maridos, en los números récord de personas fallecidas en carretera por no tener cinturones. Tampoco hablan de las muertes y secuelas que dejaba el sarampión, polio, rubeola o el sida, entre otros. Nada sobre la heroína. Ni tampoco sobre el terrorismo, ni el terrorismo de Estado. Entre otras muchas cosas. Están haciendo todo el rato cherry pick para que todo les encaje. Para encontrar una salida cómoda individual en vez de organizarse y luchar por sus derechos porque, además, eso es lo que les han vendido, que la solidaridad obrera no sirve para nada, que el Estado es horrible, que están mal las "paguitas", que si las charos funcionarias y que lo que debe de hacer un buen hombre español es trabajar hasta morir. La España que madruga ¿no? La España que está convencida que tiene que luchar contra sus propios intereses de clase porque tiene que demostrar todo el rato que el pasado era mejor porque era el protagonista de ese pasado.
Sin embargo, gran parte del desprestigio de las instituciones y de las corrientes obreras tiene mucho que ver con el PSOE. Este año, por ejemplo, se cumplen 50 años de la muerte de Franco y se han decidido a hacer multitud de actos, encuentros y declaraciones centradas en la memoria democrática. No obstante, es curiosa la memoria selectiva que tienen sobre qué sucesos pueden aparecen en esos actos y cuáles no. Por ejemplo, el 26 de junio es el día internacional en apoyo a las víctimas de tortura. En España se ha torturado tanto en dictadura como en democracia, ha sido sistemático y una manera de represión generalizada. Y sí, se ha torturado con gobiernos del PSOE. Quizás por eso esa amnesia selectiva de este día. En realidad, no son 50 años de libertad, son 50 años de impunidad porque no existe un mayor apuntalador de la Constitución y del orden posfranquista que el PSOE.
Aun así, hay algo más importante que todo esto y es que, como ya se ha tratado en este artículo, los jóvenes se acercan al autoritarismo no solo por desconocimiento, sino porque en los últimos años no se les ha dado ningún tipo de satisfacción de sus demandas para tener una vida mejor y más digna. Y esas generaciones van creciendo y viendo que van cumpliendo años, que el coste de vida sube, que Europa se va remilitarizando, que les están diciendo que el pasado era mejor, que sería mejor volver a esa España de los 60. Y ¿cuál es la respuesta del PSOE? Que aguanten, que resistan y que se busquen la vida. Que no se va a hacer nada realmente. Que todo es maquillaje. Que te hago actos por el aniversario de la muerte de Franco, pero no hago nada para que España deje de ser la playa de Europa con miles y miles de trabajos precarios y grandes tenedores de casas.
La nostalgia es inevitable en este punto. Quizás a algunas nos puedan dar también nostalgia otros tiempos mejores, pero no para pensar en todas las cosas que se podrían haber hecho y no se hicieron. Dejar de pensar en todos los errores que se cometieron y cerrar el ciclo de una vez. Empezar a construir resistencias. Porque si no se ponen soluciones a los problemas de ahora, la nostalgia y la extrema derecha vencerán y habrá que protegernos de alguna manera.
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